Saldaña: volar como escarabajo

LECTURA POLÍTICA

Saldaña: volar como escarabajo

Noé Mondragón Norato

En su correspondencia con el escritor inglés Bertrand Russell, el también célebre novelista de ese mismo país Joseph Conrad −autor de la inmortal obra “El corazón de las tinieblas” −, discernía y renegaba del sistema socialista. Lo definía metafóricamente: “No vuela como las águilas, sino como los escarabajos. Y seguramente habrá notado lo feo, ridículo y fatuo que es el vuelo de un escarabajo”, le escribió a Russell. Por la coyuntura, la apreciación de Conrad se ajusta perfecta al actual momento político.

EL VUELO DEL ESCARABAJO. – Osado como hasta hoy no lo había mostrado, el rector de la UAGro, Javier Saldaña Almazán, emula y simula representar a plenitud el águila estampada en el escudo de la Universidad. Pero en realidad y en palabras de Conrad, vuela como un escarabajo. Se lee así: 1.- De entrada y asumiéndose como un militante del partido Morena, les pidió “calma” a todos los aspirantes de ese partido que ya se “destaparon” para competir en la aun lejana elección de 2027. Lo cual se convierte en una aberración en función de que, durante toda su vida,

Saldaña ha sido amamantado en cuna priista. Pero fue más allá: aseguró que la UAGro ha sido “la institución más leal a la gobernadora que el Morena”. Le dio de pedradas al panal. El avispero morenista se le echó encima. Comenzando por el incongruente dirigente estatal Jacinto González Varona, quien le exigió “dedicarse a la academia y dejar de ladito la política”. Desde luego, las huestes de Saldaña pusieron a circular en redes, una información en la que aseguran que la presidenta Claudia Sheinbaum “ya dio luz verde para incluirlo en la lista de prospectos a la gubernatura”. Lo cual es un gazapo informativo. Una tirada de red para ver qué se pesca. Un calambre para todos los aspirantes del Morena que lo perciben justamente, como ajeno a la izquierda e instalado en una vertiente tiránica de entender y practicar el poder. ¿Con qué elementos convincentes y congruentes asumiría como candidato a gobernador por el Morena con los antecedentes de corrupción, imposición y atropello recurrente a la base laboral universitaria? ¿Qué garantías de triunfo real proyectaría después de que no ha ganado una sola elección interna llevando competencia y ha mandado a la disputa sindical a sus empleados −los dirigentes de los sindicatos académico y administrativo− en esas mismas circunstancias? ¿Acaso aspira a que la democracia partidista de afuera lo favorezca cuando al interior de la UAGro ha practicado exactamente lo contrario? 2.- En realidad, Javier Saldaña se puso la máscara que mejor le viene: la de simulador. Ahora se dice leal a la gobernadora Evelyn Salgado, pero olvida deliberadamente que el expresidente priista Enrique Peña Nieto, le condonó el ISR −antes Impuesto Sobre el Producto del Trabajo (ISPT)−que desde 2014 y durante su primer periodo como rector aplicó puntual a todos los trabajadores universitarios, pero como es obvio, sin timbrar el pago de ese impuesto ante la Secretaría de Hacienda. Olvidó también que el exgobernador priista Héctor Astudillo −hoy flamante propietario de la franquicia del partido MC en Guerrero− fue el que mejor lo arropó generoso, en el Presupuesto de Egresos aprobado cada año en el Congreso local. También sufrió de amnesia cuando el exgobernador neoperredista Ángel Aguirre le autorizó soterradas partidas presupuestales adicionales. Y por eso mismo, calló cuando Aguirre, en un momento de ruptura y distanciamiento lo azuzó con aquella frase que se volvió pegajosa: “rector rico con Universidad pobre”. Finalmente, Saldaña omitió reconocer que gracias a las gestiones del senador priista Manuel Añorve, pudo “vender” simuladamente a la UAGro, como una de las mejores del país. El encanto se acabó cuando las estadísticas recientes la dejaron fuera de esa medición. O el rector ya no tuvo dinero para pagar a las encuestadoras desatado como se encuentra por entrar a la competencia morenista por el gobierno estatal. En el fondo, todo el mundo universitario sabe que la UAGro se encuentra saturada de recomendados, familiares, aliados políticos y amigos del rector. Son ellos los que aparecen detrás de esa “calidad académica” de ficción. Son los mismos que cobran las mejores categorías académicas, pero sin ofrecer resultados tangibles y convincentes. Se pulsa así, el fracaso de los cientos de doctorados patito que pululan a su interior. Pero Saldaña Almazán sigue empeñado en pretender infructuosamente, volar como águila. Aunque en realidad lo haga −en palabras de Joseph Conrad−como un escarabajo.

HOJEADAS DE PÁGINAS…La tozudez y la incompetencia están hermanadas. Así, la alcaldesa morenista de Acapulco, la ineficaz Abelina López Rodríguez −quien tuvo la “genial” idea de montar una pista de hielo para patinaje en el puerto, cuando a muchos de sus habitantes no les llega el agua potable− celebra la reforma electoral propuesta por la presidenta Claudia Sheinbaum porque “los cargos no son herencias”. Al igual que el rector de la UAGro olvida que la reelección de la que fue beneficiaria es también una aberración democrática. Y que la negligencia en la función pública debería tipificarse como corrupción. Pero vivimos tiempos en los que la ineptitud nos gobierna. Y es tan aventurada que busca preservarse. Con desparpajo y cinismo.

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