LECTURA POLÍTICA
Voto nulo en la UAGro
Noé Mondragón Norato
En su libro “Ensayo sobre la lucidez” el escritor portugués y premio Nobel de Literatura, José Saramago plantea una historia no muy alejada de ser aplicada por los votantes desilusionados con los políticos y con los partidos depredadores: la emisión en las urnas de un voto en blanco. En la elección formal detallada en esa narración, el recuento de los votos muestra un resultado inesperado: más del 70 por ciento de los votos fueron sufragados en blanco. Preocupados, partidos políticos y empoderados convocan a una segunda elección. Pero el resultado es peor: ochenta y tres por ciento del padrón vuelve a votar en blanco. La propuesta del poder para atacar tal desacato cívico consiste primero, en proclamar el Estado de Excepción. Y después, en dejar aislados en la ciudad a quienes la habitan y votaron atípicamente en contra de todos los partidos políticos. A merced de la falta de servicios y de los delincuentes. Pero se niegan a evaluar que el catastrófico resultado para sus fines de poder se asocia con la peste moral de la política y la desilusión de los votantes orientada a dejar de ser observados de forma utilitaria por quienes los convocan reiteradamente a elecciones. Es decir, su condición única de medio de un apretado círculo de beneficiarios para arribar y asegurar el poder. Es también, un mensaje de rebeldía cívica enfocada a empujar un nuevo acuerdo social y político en el que se les incluyera a todos en las decisiones que los impactan. El contexto narrativo de Saramago cuadra para ser aplicado en la actual coyuntura.
VOTO NULO EN VEZ DE BLANCO. – Si hay algo que preocupa a todos los que van a ser beneficiados en el cuatrienio como rector de la UAGro de Javier Saldaña, es alcanzar a través del voto de estudiantes y trabajadores la mayoría suficiente a fin de lograr legitimidad. Por eso se entienden las marchas multitudinarias en calles y plazas, el acarreo sistemático de estudiantes en eventos a modo en preparatorias y facultades por parte de maestros y directivos que esperan así, el cumplimiento de compromisos posteriores; y la profusión sistemática de mensajes en los medios de comunicación orientados a vender la imagen de Saldaña como un prohombre. Y en las redes sociales, como galán de telenovela. Un remedo grotesco en el estilo de hacer campaña similar al empleado en su momento, por el expresidente priista Enrique Peña Nieto. Hay que ir a los puntos concretos: 1.- Como en el libro de Saramago, en la UAGro hay un cansancio natural ante la prolongada permanencia del mismo hombre dirigiendo los destinos de la Universidad guerrerense. Y un voto nulo mayoritario por parte de los universitarios conscientes de los atropellos reiterados a la democracia real —si es en blanco, ellos marcarían las boletas— abriría la posibilidad no sólo de abrir una negociación incluyente con todos los trabajadores y estudiantes —entre ellas la contención de la corrupción, los tráficos de influencias, la reducción obligada de las cuotas de inscripción y reinscripción, uno de los veneros de la riqueza personal de Saldaña, pero también los atropellos laborales hacia trabajadores con base en su antigüedad que no se respeta, por abrir paso a los “recomendados”—, sino de frenar a las corrientes que secuestraron desde hace más de dos lustros, la rectoría en la UAGro. A estas alturas, ya no hay otra opción. Porque el hueco legal que se formaría ante un resultado electoral abrumador e inesperado las obligaría a “bajarse” a pactar ese nuevo acuerdo con trabajadores y estudiantes. 2.- El mayor temor de Javier Saldaña y del Grupo Universidad por Guerrero que lo respalda, es encontrarse de frente no con un escenario abstencionista, sino con otro que se incline mayoritariamente por anular su voto. Marcar de lado a lado la boleta. Dejar de manifiesto su repudio e inconformidad con la imposición. Y esa prerrogativa nada ni nadie se las puede quitar a los votantes. Están en su libre derecho de sufragar como les plazca. Una votación adversa forma parte de los riesgos para quienes evalúan estar a un paso del agandalle reiterado del poder sin competencia. Y por supuesto, del fortalecimiento democrático. La elección del próximo 25 de mayo medirá así, el grado de madurez, toma de conciencia y de rebeldía de la comunidad universitaria de la UAGro. O de sometimiento voluntario y convenenciero. La lección cívica del libro de Saramago está en juego. No hay mañana.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Mientras la alcaldesa morenista de Acapulco, Abelina López Rodríguez asiste a programas nacionales a ofertar su atropellada, violenta e insegura administración y vuelve a auto detonarse al hablar —“en Acapulco hay de todo, menos sargazo”—, la de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández no logra revertir las mediciones adversas en las encuestas que la sitúan en el penúltimo lugar nacional respecto de todos los alcaldes del país que gobiernan las capitales de los estados. Y con más del 70 por ciento de simpatías ciudadanas en contra si busca la reelección. Con PRI, PRD o Morena gobernando Acapulco y la capital guerrerense, los déficits e ineficacias son los mismos.
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