+ Aceptar el dolor para seguir viviendo
Luis Serieys Zárate
Ciudad de México
14/07/2023
Primera parte
A pesar de que México carece de estudios epidemiológicos sobre la atención del dolor, hay evidencia de que al menos el 27% de la población vive con algún tipo de dolor, lo que convierte el padecimiento en un problema de salud pública no atendido.
Quienes vivimos con dolor por alguna razón que puede ir desde un accidente que deriva en una lesión, hasta el cáncer, tenemos la necesidad de aprender a “convivir con el dolor para seguir viviendo”.
Eso nos lleva a ser una necesidad porque el sistema de salud compuesto por los Institutos Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE), así como los servicios de salud y asistencia gubernamentales, hoy IMSS-Bienestar, tienen catálogos de medicamentos muy limitados.
Normalmente estos sistemas dan para atender el dolor únicamente Paracetamol, porque no hay otros medicamentos más fuertes que recetar, por lo que combinan la medicina para el dolor con medicamentos para desinflamar que son muy variados.
Al final de cuentas, todos esos medicamentos para quienes padecemos dolores crónicos a raíz de algún accidente que puede ser desde una simple caída en un lugar cerrado hasta un accidente vial, tenemos que aprender a convivir con el dolor para caminar, trasladarnos y seguir con nuestra vidas, porque no hay medicamentos a nuestro alcance que realmente eliminen el sufrimiento que conlleva vivir con un dolor como compañero permanente.
Es ahí donde estudios como el publicado por la Asociación Mexicana para el Estudio y Tratamiento del Dolor (AMETD), en el año 2010 nos alerta en el sentido de que se trata de un problema de salud pública, epidemiológico y del que nuestro país carece de cifras reales, porque sólo existen cifras a nivel mundial tan disímbolas como que padecer de dolor entre el 8 y el 80 por ciento de la población.
Ahí es en donde se encuentra el problema de un sistema de salud que es insuficiente para resolver los problemas que muchos mexicanos que vivimos con el dolor crónico, ni para operar por falta de equipo para operar a quienes podrían volver a vivir sin dolor.
Una denuncia pública hecha recientemente a través de las redes sociales nos muestra el ejemplo claro de la ineficiencia del sistema de salud, pues dice a la letra:
+ Hola Luis – soy Silvia, tengo 78 años y necesito una operación para mi columna. Desde hace un año y medio he vivido con dolores crónicos; cuando estaban por operarme en el ISSSTE me dijeron que no tenían los aparatos ni el personal suficiente para mi cirugía. La operación es muy costosa y no me alcanza con mi pensión. Es por eso que exijo al ISSSTE que me atienda y realice mi operación.
Como peste ejemplo tenemos muchos en las redes sociales en donde encontramos que es tan común para al menos la tercera parte de los mexicanos el vivir con el dolor como compañero permanente de vida que terminan por aprender a soportarlo porque los tratamientos o medicamentos privados están fuera del alcance económico de las gran mayoría.
El estudio referido de la AMETD en el sentido de analizar la “Epidemiología del dolor Crónico en México”, refiere que las cifras internacionales marcan lo siguiente: “Si consideramos que México cuenta con 105 millones de habitantes, entonces es posible que poco más de 28 millones de habitantes padezca este tipo de dolor. Esta información, sugiere la necesidad de documentar la epidemiología de este problema de salud en nuestra nación”
Aquí cabe mencionar que un 13 por ciento de los pacientes que van a consulta en una Unidad de Medicina Familiar presentan problemas de lumbalgia que se incrementa al considerar los estudios que al menos el 50 por ciento de la población sufre un episodio de esta enfermedad cada año.
Es aquí en donde decimos quienes padecemos dolor crónico que no hay estrategias reales para atender este problema de Salud Pública que los médicos y las instituciones de salud ven diariamente pero que no identifican realmente como problema de Salud Pública, tal vez porque consideran que la mayoría de las personas que padecen el problema crónico del dolor es mayor a los 55 años de edad.
Ahí entra la consideración de los médicos en el sentido de que no existen suficientes especialista en Algiología para atender el dolor crónico, sobre todo considerando que el alivio del dolor es un derecho humano, del cual nuestro país aún está lejos de reconocer por parte de las autoridades gubernamentales, aunque hay especialistas en dolor que trabajan para otorgarles herramientas para crear políticas públicas que permitan atender este grave problema.
Un artículo publicado por la Revista Mexicana de Epidemiología destaca en sus conclusiones que no hay suficiente estudios y sólo las clínicas del dolor, también insuficientes, hacen registros que permitan en un futuro más cercano ahora, definir el problema del dolor como problema epidemiológico y de Salud Pública.
Por lo pronto ni las autoridades de Salud, ni los legisladores en la Cámara de Diputados o en la Cámara de Senadores voltean en la actualidad a ver el dolor crónico, compañero permanente de aproximadamente 28 millones de mexicanos, como para calificarlo como una problema de Salud Pública y mucho menos como para crear políticas públicas que permitan mejorar los tratamientos que las Instituciones de Salud como el IMSS o el ISSSSTE ofrecen para mitigar el padecimiento en sus pacientes.
Para la siguiente entrega hablaremos de los tratamientos que en las Instituciones de Salud se ofrecen para resolver o mitigar el dolor crónico, ya sea por enfermedades degenerativas, por desgaste de huesos o resultado de algún accidente de los pacientes que hoy por hoy se tienen que conformar sólo con Paracetamol para paliar su dolor.