Zona Cero
Vinculan a Proceso a quien golpeará al perro “Stitch”, por robar un pan
Roberto Santos
“Stitch” era un perro en situación de calle, abandonado por su dueño, pero querido por los vecinos quienes más de uno le prodigaba algo de comida y agua.
Como todo perro abandonado y hambriento, aprendió las habilidades necesarias para hacerse de comida día a día.
La suerte le cambió cuando fijó como meta apoderarse de un pan. Sí, un simple pan. Pero muy valioso para el panadero, quien no perdonó el atrevimiento del lomito y lo golpeó con tal rudeza que “Stitch” días después perdió la vida.
Si quisiéramos hacer una nota roja, iniciaríamos con un título semejante a este: “Pero roba un pan y paga con su vida.”
Hoy la Fiscalía General del Estado, anunció que ha vinculado a Proceso a Francisco “N”, por el delito de Maltrato Animal, cometido en perjuicio de un ejemplar canino de nombre “Stitch”, por los hechos ocurridos en Chilpancingo de los Bravo.
Y que el día 20 de julio del presente año, se celebró la audiencia, donde se presentaron los datos y elementos de prueba contenidos en la carpeta de investigación, los cuales fueron analizados por el Juez, quien declaró el auto de Vinculación a Proceso, decretando al imputado la medida cautelar de presentación cada 15 días y la prohibición de salir del país, para dar seguimiento a las investigaciones complementarias.
La FGE rubrica su comunicado refrendando su compromiso con las y los guerrerenses, en el combate al maltrato animal.
Nuestro país, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), ocupa el tercer lugar en maltrato animal a nivel Latinoamérica.
Entre 2019 a mayo de 2023, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México ha recibido 27 mil 892 reportes por maltrato animal.
El 91% de los reportes está relacionado con perros, el 7% con gatos, el 2% con animales de abasto como gallinas o conejos y el 1.4% con animales silvestres, entre ellos reptiles.
En nuestro país, 27 estados han avanzado con la tipificación del maltrato animal como delito, alcanzando penas de hasta 6 años de prisión.
En Guerrero el caso “Stitch” causó indignación en las redes sociales.
La agresión en su contra pronto se hizo viral por un video que circuló en redes sociales, donde se ve al perrito golpeado y sangrando.
Algunos vecinos solidarios lo socorrieron llevándolo al veterinario, pero los golpes habían hecho tal daño en “el mejor amigo del hombre”, que ya no resistió y expiró días después.
Este hecho causó conmoción en la sociedad y pronto estábamos presenciando una manifestación para pedir castigo a la persona que causó la muerte del lomito, cuya única culpa –si es que la tenía– fue tener hambre, y cargar con el estigma de ser callejero, por la mala suerte de que alguien de manera irresponsable lo abandonó en la calle.
A “Stitch” los vecinos lo veían con cariño porque era “muy noble e inofensivo”, por lo que lo alimentaban y cuidaban.
Este caso de violencia animal puede llevar a escrudiñar la personalidad de los agresores de animales.
Especialistas señalan que éstos, pueden convertirse en un peligro mayor para su entorno social.
Su perfil destaca que pueden tener reacciones muy violentas o ser incapaces de procesar sus emociones, y con baja inteligencia emocional.
Además, pueden tener una actitud dominante eligiendo víctimas débiles, con falta de empatía, y sentir placer al causar dolor, y actitud desafiante al romper las reglas.
El psiquiatra John Marshall MacDonald, propone en sus estudios, la Triada MacDonald o Triada homicida, cuyos rasgos presentes son crueldad animal, enuresis y la piromanía.
Estos sujetos que se ubican en esta triada también son maltratadores de mujeres.
Ante este tipo de personalidades, los especialistas proponen rehabilitación psicológica para que no se conviertan en un peligro para la sociedad.
Cuando murió “Stitch” la reacción de quienes promueven una nueva cultura de atención y cuidado de los animales, salieron a manifestarse exigiendo castigo al panadero por haber lastimado al perro en situación de calle.
Una manifestación muy interesante, porque los participantes llevaban fotos de perros que también fueron lastimados o víctimas de maltrato.
Al final de la protesta encendieron decenas de veladoras en un acto sensiblemente simbólico “para dar luz a todos los que no tienen luz”, dijeron los organizadores.
Estamos ante una nueva cultura del cuidado de los animales, que inscribe un nuevo compromiso con la calidad de la atención y bienestar animal.
Esto promueve una mejor relación, con mayor empatía y mejores vínculos emocionales.
Promover la agresión hacia los animales, puede ser motivo de que al autor lo persigan en redes sociales, lo agredan y lo llenen de terror por las ciento de amenazas de muerte que recibirá, y si lo detienen las autoridades, una sentencia de algunos años en la cárcel.
“Lamentablemente Stitch ya no está con nosotros, pero siempre va a vivir con nosotros y sus recuerdos”, decía una de las publicaciones.
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