Contexto Político
Evelyn Salgado, Guerrero y la gobernabilidad
Por Efraín Flores Iglesias
Quien pretenda gobernar un estado tan bronco y convulso como Guerrero, debe estar preparado para enfrentar las crisis que se presentan a cada momento. De lo contrario, no tiene caso que ilusione a los electores de que solucionará los graves problemas sociales.
No todos los gobernadores han concluido los periodos para el que fueron electos. Ni siquiera aquellos que presumían carácter y amplia experiencia en el servicio público, y que ahora se dedican a dar consejos y/o recomendaciones de cómo gobernar.
Rubén Figueroa Alcocer (1993-1996) y Ángel Heladio Aguirre Rivero (2011-2014), por ejemplo, no concluyeron sus respectivos mandatos. Dos graves sucesos propiciaron su caída: la matanza de Aguas Blancas (28 de junio de 1995) y la desaparición y asesinato de normalistas de Ayotzinapa en Iguala (26 y 27 de septiembre de 2014).
Los cuatro últimos gobernadores que gobernaron seis años fueron José Francisco Ruiz Massieu, René Juárez Cisneros, Carlos Zeferino Torreblanca Galindo y Héctor Antonio Astudillo Flores. Y no porque no hubieran enfrentando serios problemas, sino porque evitaron que algunos crecieran.
Depositar mucha confianza en los colaboradores, no siempre es recomendable. Distraerse en la tarea de gobernar y delegar el poder a familiares y amigos, es un grave error. Y eso lo entendieron demasiado tarde Rubén Figueroa y Ángel Aguirre.
Gobernar Guerrero no es –ni será– una tarea sencilla, ya que la entidad enfrenta serios problemas ancestrales.
De 1849 a la fecha, el estado de Guerrero ha sido gobernado por 80 personajes (79 hombres y una mujer).
Evelyn Cecia Salgado Pineda es la primera mujer en ocupar la titularidad del Poder Ejecutivo estatal. Y, a diferencia de sus predecesores, jamás se imaginó que competiría en una elección de gobernador, sin contender antes en una elección de diputado o de presidente municipal.
Las circunstancias político-electorales de 2021 le favorecieron a ella y a su partido (Morena). Ganó la elección de ese año y hoy por hoy, gobierna a los guerrerenses.
Tal vez no ganó con la amplia diferencia de votos que los dirigentes de su partido esperaban. Pero en una democracia se gana o se pierde por un voto.
El próximo 15 de octubre cumplirá dos años al frente del Poder Ejecutivo estatal.
Desde luego que no han sido 22 meses fáciles para ella ni para los guerrerenses.
La violencia se ha disparado en la entidad y los criminales pretenden doblegar a su gobierno. Por lo que la gobernabilidad está en riesgo.
Se entiende que tiene la mejor intención de dar buenos resultados a sus gobernados. Y es evidente que se esfuerza todos los días para cumplir con los compromisos que hizo en campaña y que ratificó en el Congreso local durante su toma de protesta como gobernadora de la entidad.
Antes de asumir el poder estaba consciente que la situación en Guerrero era muy complicada y que gobernar no sería un día de campo.
El problema es que muchos de los que forman parte de su gobierno no entienden que la campaña es cosa del ayer y que los guerrerenses exigen resultados inmediatos en los diferentes rubros.
La entidad requiere todo el apoyo del gobierno federal. Pero un apoyo real, y no sólo en el discurso, porque las palabras fácilmente se las lleva el viento.
La gobernadora Evelyn Salgado Pineda requiere urgentemente hacer cambios en su gabinete y rodearse de un mejor equipo, de un equipo que verdaderamente le ayude en el arte de gobernar. Porque mucho ayuda quien no estorba.
También es necesario que su padre, el senador Félix Salgado Macedonio, contribuya para que las cosas caminen bien en Guerrero.
Bajarle a su protagonismo en las redes sociales y asumir una actitud seria en las sesiones del Senado de la República, en los eventos oficiales en donde es invitado y en las reuniones con sus simpatizantes, ayudarían bastante.
Insisto, la gobernabilidad en Guerrero está en riesgo.
Y los guerrerenses demandan más seriedad de los políticos.
La gobernadora Evelyn Salgado ha mostrado seriedad y ha estado alejada de los escándalos. Y sus declaraciones a los medios de comunicación han sido responsables.
La mayoría de los guerrerenses queremos que le vaya bien a la titular del Poder Ejecutivo estatal, porque si le va bien a ella, le irá bien a Guerrero.
La gobernadora Evelyn Salgado debe analizar también que los enemigos no siempre están en la oposición, sino en el partido al que pertenece o al interior de su gobierno. Además de que en política, los amigos son falsos y los enemigos verdaderos.
ENTRE OTRAS COSAS… La que sigue dando de qué halar es la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez. Ni siquiera las “corcholatas” presidenciales la tienen en buena estima.
Durante su visita a Guerrero, Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard le pidieron solicitar licencia al cargo y rendir cuentas por la reunión y/o “desayuno fortuito” que tuvo con un jefe criminal que opera en la región Centro de la entidad.
Por cierto, el 90% del Cabildo de Chilpancingo no le ha manifestado su apoyo en esta difícil situación que enfrenta y del que ha caído en contradicciones.
El único que lo apoya incondicionalmente es el síndico Andrei Marmolejo Valle, quien antes del narco video generó polémica por utilizar la terraza del Palacio Municipal para casarse y presumir su frivolidad y soberbia.
Comentarios:
efrain_flores_iglesias@hotmail.com
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