LECTURA POLÍTICA
¿Acuerda Alito con Astudillo y Mario?
Noé Mondragón Norato
Conforme se abre la baraja del poder, las cartas se acomodan en la mesa de juego. Y uno de los partidos que mantiene en vilo a varios actores del pasado, es Movimiento Ciudadano (MC). Hay una verdad de Perogrullo oculta: en la coyuntura actual, ese partido pretende operar su despegue como bonsái. Salir de la percepción de estar convertido en un instituto político meramente simbólico. Atrayendo hacia su causa a los más inverosímiles y polémicos personajes. Como si eso bastara para persuadir a los electores. El otro escenario es que se quede igual. O peor. La radiografía es elocuente.
MC: CRECER O QUEDAR IGUAL. – Si en la política nacional se observa una serie de divisiones y rupturas es por cuando menos dos situaciones concretas: el viejo sistema de partidos está colapsando. Y el presidente AMLO dispone de la operación política para generarlas con el firme propósito de que la candidata del Morena a la presidencia, Claudia Sheinbaum Pardo, gane holgadamente la elección de junio. En Guerrero se lee así: 1.- A la tempestad política desata en el PRI por el senador Manuel Añorve Baños, tras registrarse para la reelección por el senado, surgió un escenario perturbador: la posibilidad de que el exgobernador Héctor Astudillo o su pupilo Mario Moreno Arcos compitieran por el MC para disputar dicho escaño. Sin embargo, los indicadores apuntan hacia otro lado. Es decir, ya existiría un acuerdo forzado al interior de la alianza PRI-PAN-PRD: de los ocho distritos federales en juego, el PRI obtuvo tres: el uno, el dos y el ocho. El PRD cuatro. Y el PAN uno. En el primero con cabecera en Tierra Caliente, Héctor Astudillo habría empujado a su ex secretaria de la Mujer, Mayra Martínez Pineda. En el segundo de Acapulco, a su hijo, el actual diputado local Ricardo Astudillo Calvo. Y en el octavo de Costa Chica, a su exsecretario de Obras Públicas y exdiputado local, Rafael Navarrete Quezada. Los tres personajes, de pura cepa astudillista. Trasciende que a Mario Moreno lo estarían ubicando como diputado federal plurinominal. Y el grupo de Manuel Añorve tuvo que apechugar únicamente con la candidatura al senado. En este escenario, ya no habría rupturas ni emigraciones partidistas en el PRI. Porque a todas las amenazas que pendían sobre ese partido, les habría tocado huesos que roer. 2.-
Para que el MC despegara en verdad, tendría que haberse dado una fuga priista de cuando menos tres actores: el exgobernador Héctor Astudillo. Y el propio Mario Moreno sumado al también exgobernador Ángel Aguirre, un personaje que, a pesar de haber sido perredista efímero, tiene sus verdaderos sentimientos y corazón político dentro del PRI. Y sus acuerdos políticos con Astudillo parecen inquebrantables. Al ver que las señales están indicando que el MC no recibirá al final a ninguno de ellos —pese a que dicha franquicia partidista en Guerrero es propiedad de Astudillo y hasta de Aguirre—, ese partido le abrió la puerta al polémico excandidato a gobernador en 2021 por la alianza PT-PVEM Pedro Segura, un personaje que fue expulsado la semana pasada del Partido Encuentro Social (PES), junto con su hermano Pablo, este último había renunciado irónicamente al MC apenas en diciembre de 2023. Por su folclor, exabruptos y arrabalerismo Pedro Segura ha ganado ciertos adeptos en las redes sociales. Pero sin llegar con éxito al verdadero grueso de los votantes que lo perciben con recelo. Como sea, el MC se quedaría con su reserva de votos actual, postulando a cualquier personaje distinto a los priistas mencionados. Tendría un candidato de paja. 3.- El MC buscaba de algún modo y de manera indirecta, hacer la cuña electoral del Morena. Porque si postulaba como candidato al senado a Mario Moreno o a Héctor Astudillo, dividiría necesariamente el voto de la alianza PRI-PAN-PRD que beneficiaría de soslayo, al partido presidencial. Y el actual senador priista Manuel Añorve, corría el riesgo latente de no pasar al escaño senatorial al perderlo en la contienda constitucional de junio. Por eso, el dirigente nacional del PRI Alejandro Moreno Cárdenas Alito, le cedió a Héctor Astudillo las tres diputaciones federales de la alianza opositora. Comió sapos, culebras y tepocatas (dixit Vicente Fox) a fin de mantener inquebrantable “la unidad” tricolor en Guerrero. Pero ni eso les alcanzaría para ganar elecciones a “los mismos de siempre”.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Pese a que ya se habría acordado de que el PRD iría a la competencia por la alcaldía de Chilpancingo, cobijado por PRI y PAN, al final de cuentas los grupos priistas de Mario Moreno y Héctor Astudillo no parecen dispuestos a cederla en función de que el PRD ya tiene la candidatura a la alcaldía de Acapulco. Y evalúan que es muy poco para ellos la senaduría y tres diputaciones federales. El afectado en este caso sería el exaspirante aguirrista, Alejandro Arcos Catalán, quien es hoy miembro de la tribu ADG, liderada por Carlos Reyes su hermano Crescencio y el exdiputado local Celestino Cesáreo Guzmán. Los caciques priistas Héctor Astudillo y Mario Moreno consideran impensable abrirle la cancha en la región centro —que consideran suya— a otras fuerzas políticas externas menores. Qué tal.
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