LECTURA POLÍTICA
Sacrificios políticos obligados
Noé Mondragón Norato
Más allá del tratamiento político con que el presidente AMLO decida cerrar la página del crimen contra el normalista de Ayotzinapa, Yanki Kothan Gómez Peralta, las vertientes de ese desgaste van a ser aprovechadas por sus adversarios de la alianza PAN-PRI-PRD que se han quedado quietos y enmudecidos ante la crisis por la que atraviesa. Por eso mismo, una de sus eventuales decisiones tendría que atravesar por el sacrificio de algunas piezas involucradas en ese cruento episodio. Los antecedentes son apenas referenciales.
SACRIFICIOS OBLIGADOS. – Todas las crisis del poder implican cuando menos dos cosas: una ruptura inducida de los equilibrios sociales. Y un acontecimiento extraordinario que afecta la reputación y la estabilidad de los actores involucrados en ella. Hay que ir por partes: 1.- Dos han sido las irrupciones más importantes de los normalistas de Ayotzinapa medida con víctimas en su contra: la muerte a balazos de dos de esos estudiantes —Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús— la mañana del 12 de diciembre de 2011. Y la desaparición de los 43 ocurrida en el municipio de Iguala la noche-madrugada del 26 y 27 de septiembre de 2014. En ambos eventos, se generaron en automático, sacrificios políticos: en el primer caso, tuvo que renunciar como procurador estatal, el exedil perredista de Acapulco y actual aspirante del partido Movimiento Ciudadano (MC) a repetir en ese cargo, Alberto López Rosas. También lo hizo el exsecretario de Seguridad Pública estatal, Ramón Almonte Borja. Y en el caso de los 43 se tuvo que ir tres años después del primer acontecimiento trágico contra los normalistas, el exgobernador perredista Ángel Aguirre Rivero. Ese hecho sumado al abominable Pacto por México de Peña Nieto, permitieron el regreso del PRI al gobierno estatal encarnado en la figura de Héctor Astudillo. 2.-
La muerte reapareció de nuevo por la normal de Ayotzinapa llevándose a Yanki Kothan Gómez. Fue el pasado miércoles 7 de marzo por la noche, justo un día después de que el normalista había participado en el derrumbe de una de las puertas de Palacio Nacional. Pero no fue él quien conducía la camioneta que, en reversa, derribó la alta estructura de madera. Y eso tira por la borda la pretensión del abogado de los padres de los 43 Vidulfo Rosales, quien sugiere tomar como línea de investigación, la participación del finado normalista en esa protesta. Por eso mismo las sospechas crecen y se multiplican. Sobre todo, por las contradicciones de los propios involucrados en la escena del crimen. También del secretario de seguridad pública, Rolando Solano. Y la indolencia de la fiscal Sandra Luz Valdovinos. Lo que sí es cierto es que, por falta de respeto a los protocolos por parte de policías estatales o por una acción deliberada, el normalista terminó asesinado. 3.- Tras el vandalismo reprobable de los normalistas de Ayotzinapa y el pánico causado entre transeúntes y trabajadores de la fiscalía la mañana de ayer martes, se puso en marcha una guerra de boletines de prensa que lo mismo eran enviados desde la fiscalía general del estado (FGE), la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) y la propia Secretaría General de Gobierno (SGG). Todos coincidían en lo mismo: se estaba trabajando en el caso y no habría impunidad. Lo cierto es que los tres funcionarios que las encabezan se están blindando porque temen lo peor: que desde la “mañanera” de este miércoles, el presidente AMLO anuncie la renuncia a sus cargos de alguno de ellos. O de los tres. Por una elemental razón: la crisis política de Ayotzinapa le está pegando de frente no sólo al Morena y a la candidata presidencial Claudia Sheinbaum, sino al propio presidente. Y sus adversarios de la alianza PAN-PRI-PRD desde la oscuridad del anonimato y de su silencio, esperan el desenlace de esta historia para fraguar sus estrategias de ataque. Se están frotando las manos. Por eso, el momento político reclama del presidente una decisión justa y acertada. Que castigue las indolencias en la función pública y ataque de esa forma también, la corrupción. O la actual crisis política estaría creciendo e instalándolo en escenarios indeseables. Ese es el punto.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Como por arte de magia, los candidatos al senado tanto del PRI Manuel Añorve, como del MC, Mario Moreno, callaron en la actual coyuntura. En su calidad de opositores —sobre todo Añorve que es senador y va por la reelección— hacen campaña enmudeciendo. Y aquí, el punto es clave: como ambos ya cayeron de la gracia de los electores guerrerenses, apelan a que las crisis en el Morena les enderecen la plana. Sin embargo, los indicadores sustentados en las encuestas señalan que ni así, podrían meterse a la disputa del primer y del segundo lugar de la fórmula al senado. Porque los agravios que arrastran como priista uno y ex priista el otro, son mayúsculos.
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