LECTURA POLÍTICA
La desaparición que magulla a Jorge Salgado
Noé Mondragón Norato
En un país impune, las desapariciones forzadas encuentran siempre el eco del silencio. La prolongada indolencia de las autoridades convertida después, en olvido. En renuencia a investigar. Dejar pasar el tiempo es la mejor forma de justificar incompetencias. Y hasta complicidades soterradas. Un caso, sin embargo, se ajusta al actual mapa de las campañas electorales por la alcaldía de Chilpancingo: la desaparición del joven indígena Longino Vicente Morales ocurrida el 22 de junio de 2012. Era en ese momento, coordinador de la promoción del voto en la campaña del candidato perredista a la diputación federal por el distrito 7 −y actual candidato del Morena a la alcaldía capitalina−, Jorge Salgado Parra. La historia se quiere dejar como tarea, para efectos de ser borrada, a la desmemoria colectiva.
DESAPARICIÓN ETERNA. – La narrativa de esta inconclusa tragedia se lee desde cuando menos cuatro momentos: 1.- Cerca de las diez de la noche de aquel día, Longino llegó a su vivienda ubicada en la calle Álamo 63 de la colonia San Miguelito en la capital. Vestía camisa de manga larga color uva, pantalón de vestir azul marino, zapatos y cinturón café. Sonriente, arrojó en el sofá el portafolio que siempre llevaba. Salió después a visitar a su vecino Igor Sánchez Espinobarrios, cuya morada estaba a tres cuadras de la suya. Tomaron café. 
Platicaron amenamente sobre la campaña de Jorge Salgado Parra. Y también de la de Alejandro Arcos Catalán, convertido en candidato a diputado local por el PRD en el distrito 1 y al que también ayudaba. Longino pidió a Igor unas fotos de su hija tomadas por la esposa de este en un festival escolar. Las guardó después, en una memoria. Cuando se despidió pasadas las 11, nunca llegó a su casa. Su esposa Bladina Diéguez Castro le envío mensajes. Después realizó llamadas a su celular. Pero no contestó. 2.- Martha Elba Garzón Bernal, la entonces procuradora de Justicia en el gobierno de Ángel Aguirre −quien fue baleada por dos sujetos en su camioneta la tarde del viernes 1 de diciembre de 2017 en pleno centro de Chilpancingo y salió herida, pero sobrevivió−, siempre le dio largas al asunto. El exsecretario general de Gobierno, Humberto Salgado Gómez se interesó al principio en el caso, pero luego lo abandonó. Y Ángel Aguirre en su calidad de gobernador, se negó a conceder audiencia a la familia del joven indígena desaparecido, pese a que también había sido su coordinador juvenil de campaña de gobernador en los municipios de Ayutla de los Libres y Tecoanapa. El actual candidato del Morena a la alcaldía de Chilpancingo, Jorge Salgado Parra le dijo a Bladina que, de plano, él “no se sentía obligado a darle ayuda porque Longino no trabajaba directamente con él, sino con Alejandro Peralta, otro de sus colaboradores”. Es esa la calidad moral y la solidaridad mostrada con quienes lo apoyan, por el hoy aspirante a gobernar la capital. 3.- El 11 de febrero de 2014, la Procuraduría de Justicia a cargo ya de Iñaki Blanco Cabrera, −Martha Elba Garzón había renunciado al cargo el 16 de mayo de 2013− encontró restos óseos y las presumibles ropas de Longino Vicente abajo del puente Mezcala en la autopista del Sol. Pero no pudo comprobar mediante pruebas de ADN exigidas por la esposa, que efectivamente eran los restos del joven indígena. Y Jorge Salgado Parra en su calidad ya de diputado federal, se negó de nueva cuenta a pagar los servicios de un abogado que presionara a las autoridades a fin de esclarecer los hechos. El ex secretario de Asuntos Indígenas, en la administración aguirrista, Marcos Matías Alonso −de quien Longinos fue su secretario particular− lo fustigó: “Jorge Salgado Parra nunca hizo un llamado serio, nunca se la jugó, nunca colocó el tema de la desaparición de Longino como algo prioritario para mover los hilos del poder, porque él es parte de un hilo financiero muy poderoso en Guerrero y desde ese poder pudieron sacudir a las partes oscuras de nuestro estado, pero prefirió ser parte de la negligencia”. 4.- A Jorge Salgado Parra ya se le olvidó la eterna desaparición de Longino Vicente. Como lo hizo con facilidad y sin memoria con su cuestionable pasado priista y perredista. Hoy está concentrado en ganar la elección de alcalde de Chilpancingo, como “destacado miembro fundador del Morena”. Asume fielmente la grotesca encarnación de la 4T cuyos principios de “no robar, no mentir, no traicionar,” rodaron por los suelos ante su atípica e insoluble postulación. ¿Habrá más casos como el de Longino Vicente durante su eventual trienio municipal? No, si el votante capitalino lo evita a tiempo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Al final de cuentas, lo que está en juego en la obcecada eventual reelección por la vía plurinominal de la diputada local morenista Citlali Calixto Jiménez, no sólo es su capacidad para mentir −pues sin contar con cédula profesional se asume como politóloga egresada de la Universidad Iberoamericana y sin participar nunca en marcha alguna de la comunidad LGBT se dice miembro de ella−, sino su ineficacia como diputada local, pues tan sólo en la remoción de la exfiscal Sandra Luz Valdovinos Salmerón y en la toma de protesta de su relevo, Zipacná Jesús Torres Ojeda, cometió al menos tres errores de procedimiento. ¿Le sirve al Morena ratificar como diputada local a Citlali Calixto cuando ya demostró en los hechos su fracaso y procaz mitomanía como legisladora?
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