+ Pasadas las 5 de la tarde se rompió el quorum de asistencia de los 66 diputados que conforman el Congreso de la Ciudad de México, al estar presentes en el Salón de Sesiones sólo 25 de ello.
Luis Serieys Zárate
Ciudad de México
23/05/2024
Nunca como hoy en la II Legislatura del Congreso de la Ciudad de México se dejó ver tanto discurso de odio que tienen los legisladores de la izquierda contra los de la derecha y viceversa, cuando se discutió y aprobó en lo general la nueva Ley del derecho para la Igualdad y el Bienestar de la Ciudad de México, cuando MORENA y sus aliados no lograron aprobar a tiempo las reservas propuesta.
Todo el rencor acumulado por activistas universitarios, dirigentes de grupos sociales conocidos por agresivos e invasores de predios y legisladores levantadedos entre los que se encuentran los que llegaron por tómbola, salió en la sesión en donde sólo faltó que le mentaran la madre a la oposición o se les fueran a los golpes porque les demostraron sus errores, incluso de redacción.
Es mucho el rencor acumulado que sólo le permite a los diputados de la mayoría oficialista repetir las arengas del Presidente Andrés Manuel López Obrador que se quedaron estancadas en la década de 1970, que dieron paso al eterno pleito en ésta legislatura sobre quién es el “dueño” de los programas sociales o quien los creó.
Con la nueva ley aprobada sólo con las propuestas para afinar los errores que les marcó la oposición, pero sólo cuando las propuso uno de sus diputados, se cancela de facto o con sus propias palabras “los programas sociales dependerán de las posibilidades presupuestales del Gobierno de la Ciudad.
Con ésta aprobación unánime con 57 votos a favor de la Ley para la Igualdad y el Bienestar de la Ciudad de México queda en el aire la posibilidad de que las alcaldías vean limitadas sus facultades otorgadas en la Constitución por las decisiones o “posibilidades” presupuestales del Gobierno Central.
Muchas veces se habló de ser coherentes con el artículo 53 sobre las facultades para las Alcaldías que dice en su apartado Desarrollo económico y social, numeral 34:
“Ejecutar en su demarcación territorial, programas de desarrollo social, tomando en consideración la participación ciudadana, así como políticas y lineamientos que emita el Gobierno de la Ciudad de México”.
Queda claro que por ambas partes hay mentira tras mentira que quieren que al repetirlas mil veces se vuelvan verdades, aunque cada quién le da la lectura que le conviene en ésta época electoral, para convencer a la gente de quién es el creador de los programas sociales que existen desde hace más de 50 años y quienes son los únicos que pueden hacerlos realidad.
Lo cierto es que la Constitución de la Ciudad de México otorga algunos de los programas sociales a diversos grupos de la sociedad, pero son las leyes que emanan de la Constitución de la Ciudad de México las que reglamentan las formas en que se otorgan los beneficios para la sociedad capitalina, corriendo el riesgo de volverlos clientelares.
Y también es cierto que la nueva Ley para la Igualdad y el Bienestar de la Ciudad de México sólo otorga al Gobierno Central la facultad de decidir sobre los programas sociales y a los alcaldes sólo los invitarán a la Comisión encargada de tomar esas decisiones con voz y sin voto para decidir sobre los programas sociales.
Entonces, con la Ley Aprobada en lo general y a partir de la disposición presupuestal hay un alto riesgo de que los programas exitosos que los gobiernos de las alcaldías, en especial las de oposición, no puedan otorgar esos programas sociales sobre todo cuando no se consulten a los pueblos y barrios originarios y a la ciudadanía.
Al final de cuentas y después de muchos calificativos y descalificaciones entre los diputados y diputadas, donde se incluyeron agresiones del personal del ,PAN en contra de diputados que renunciaron a esa fracción ´parlamentaria, que la discusión se canceló a la hora de votar las reservas que propuso el diputado Martínez Urincho de MORENA que quedan pendientes para la próxima sesión.
En lo que llegamos a la discusión de las reservas que faltan y su correspondiente votación, les ofrecemos que aquí analizaremos la Ley artículo por artículo y trataremos de definir que podrán hacer los alcaldes sin necesidad de “la bendición “ del Jefe de Gobierno y cuales son las limitaciones que enfrentarán.
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