LECTURA POLÍTICA
Lucha de tres en el Morena
Noé Mondragón Norato
La reconfiguración del nuevo mapa político tras la pasada elección del 2 de junio definió también las rutas que se abrieron en la disputa por el gobierno estatal para la elección de 2027. Y aparecen solamente cuatro actores: por el Morena el senador Toro, Beatriz Mojica Morga y la alcaldesa de Acapulco, la reelecta Abelina López Rodríguez; por el PRI, únicamente el también senador reelecto Manuel Añorve Baños. De los cuatro las apuestas se reducen a tres. Basta con armar el escenario.
CARRERA DE CIRCUNSTANCIAS. – La elección de gobernador de 2027 aparece cargada a favor del Morena. Porque los votos de la elección presidencial pasada lo acaban de refrendar. A menos que ocurran eventos verdaderamente extraordinarios. Se lee así: 1.- Fuera Mario Moreno de la contienda por el senado −pese a que señala estar valorando la posibilidad de competir como candidato a gobernador por segunda vez en 2027, cuando como candidato del MC al senado no consiguió la anhelada y cacareada victoria−, el exgobernador priista Héctor Astudillo estaría tentado a regresar sus apoyos hacia Manuel Añorve desde el partido (MC) en su eventual postulación como aspirante por tercera vez, al gobierno estatal. Y el propio Añorve intentaría tejer una alianza no sólo con el PAN-PRD-MC, sino con partidos pequeños o bonsái que otra vez −aunque pierdan su registro en la primera elección− intentarían competir para esos comicios. Astudillo valoraría esa eventual alianza con Añorve, porque el PRI perdió las dos posiciones que el exgobernador heredó antes de renunciar a ese partido: el distrito federal uno que postuló a Mayra Martínez Pineda. Y el ocho donde se registró Rafael Navarrete Quezada, su exsecretario de Obras Públicas. Y las alcaldías de Zihuatanejo y Tlapa fueron ganadas por dos cuadros astudillistas: Lizette Tapia Castro −esposa del actual edil tricolor Jorge Sánchez Allec, empujado a esa alcaldía por Astudillo− y Gilberto Solano Arreaga, a quien también se identifica con el grupo político del exmandatario estatal. Añorve necesita su alianza con Astudillo para que esas alcaldías priistas operen a su favor. Y el senador electo por el principio de primera minoría se placeó oportuno con el virtual alcalde de Chilpancingo de la alianza PRI-PRD-PAN, Alejandro Arcos Catalán, no porque en verdad simpatice con dicho actor −que es más del PRD que del PRI−, sino con el fin de obtener su adhesión con la mira puesta en el 2027. Pese a ello, un triunfo de Añorve se antoja demasiado lejano. 
2.- La alcaldesa de Acapulco, Abelina López intentará meterse a la disputa por el poder estatal del Morena en la elección de 2027, bajo el padrinazgo del ya senador electo, Marcelo Ebrard Casaubón. El punto es que la tendencia favorece más a los también senadores electos Beatriz Mojica y Félix Salgado. Porque su trabajo legislativo no se encuentra tan expuesto al escrutinio público como el de la alcaldesa reelecta, quien padecerá un desgaste político más severo durante su segundo periodo en ese cargo. Sobre todo, en el rubro de la seguridad y la contención de la violencia imparable en el puerto. Aunado a que en la pasada elección fue literalmente, sin competencia alguna dado que el Trife bajó de la contienda a los aspirantes Carlos Granda (PRI-PRD-PAN) y a Yoshio Ávila del MC. Y se las regresó en el último momento. A su desgaste natural por el ejercicio prolongado del cargo, se suma un antecedente político adicional: Abelina no se encuentra en el ánimo político de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum. Y se entiende que, para revertirlo operó en el puerto para favorecer a la candidata presidencial, pero propinando a la vez, estocadas políticas a quien percibe como sus adversarios internos. De este modo y si se mira bien, se refleja con naturalidad en el voto cruzado desde el interior del propio Morena, pues mientras la dupla Bety-Félix alcanzó 623 mil 148 votos para el senado, la candidata presidencial Claudia Sheinbaum lograba hasta el último corte del PREP un millón 40 mil 631 sufragios. Si el voto hubiese sido parejo tanto para Claudia como para la dupla de senadores morenistas, el resultado en números sería muy similar. Pero la carrera por el gobierno estatal ya comenzó desde el momento mismo en que terminó la elección presidencial del pasado 2 de junio. Y en el Morena sus tres actores más visibles saben que la lucha es interna. Afuera, la endeble oposición quedó literalmente, neutralizada.
HOJEADAS DE PÁGINAS…En la virtual derrota del Morena en Chilpancingo operaron muchos factores. Entre otros, la designación de un candidato ajeno a las filas guindas, los resabios de la propia militancia al verse avasallados por esa imposición, los lastres arrastrados por el propio aspirante Jorge Salgado a su paso por el PRI, PRD y luego al Morena, y una campaña gris y desprovista de elementos en los cuales proliferaran las ideas creativas, la garra discursiva y la altura de miras. Trasciende que en el war room del excandidato morenista hay desconcierto y coraje. Y que incluso, se preparan para dar una batalla cerrada y sin cuartel en los tribunales. Pero ya las urnas hablaron. Negarse a la admisión de los adversos resultados sería una necedad innecesaria.
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