En OPINIÓN
¿Seremos prioridad?
Héctor Manuel Popoca Boone
No es una pregunta baladí, porque es meritoria. Las decepciones reales en el actual sexenio que termina se han forjado en el tiempo transcurrido. Su génesis la encontramos al estar ubicados como la entidad federativa más marginada y empobrecida de la República. Aún más que Oaxaca y Chiapas. (INEGI). Pero del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), -al cual, le otorgamos cientos de miles de votos para que conquistara la Presidencia de la República- no recibimos mayor gracia los sureños de él, en lo que se refiere a inversiones públicas destinadas a crear una plataforma de infraestructura productiva básica, que fuera detonante para el desarrollo de mediano plazo que mucho necesitamos y anhelamos.
No dejo de reconocer, por supuesto, los múltiples beneficios que recibió el pueblo pobre sureño de los programas sociales implementados por AMLO, cuya dispersión alcanzó a alrededor de 30 millones de familias mexicanas, con un costo de 25 mil millones de pesos anuales a nivel del país y que son ya, de carácter constitucional y universal. O también está la aplicación del vital programa de vacunas contra el covid-19, a pesar de los errores gubernamentales cometidos, o la reparación de una parte de los daños masivos causados por el huracán OTIS en los municipios de Acapulco y Coyuca de Benítez.
Una decepción fue la no aminoración de la presencia y acción letal de la delincuencia organizada. Muy por el contrario, el número de homicidios creció y su actuación homicida se expandió a más del 75 por ciento del territorio estatal; provocando gran inestabilidad social y precaria paz social constructiva. “Dejar hacer; dejar pasar” Tal fue la consigna que prevaleció como estrategia principal de seguridad pública que fracasó estrepitosamente.
Además, la pregonada aspiración por hacer realidad el denominado: “Cuarto Nivel de Gobierno (Federal, Estatal, Municipal y Comunitario)” ha quedado frustrada por que la delincuencia organizada se adelantó, usurpándola. Es una realidad en Guerrero que gran parte de las comunidades y ciudades están bajo el dominio y poder de los bandoleros regionales y nacionales organizados, que hacen de las suyas sin que nadie impida la laceración social cotidiana que provocan al imponer a los pueblos inermes, por la fuerza de las armas, su propia ley, ordenamiento económico regional, movilidad y relaciones sociales en la localidad; las cuales giran en beneficio a sus propios intereses privados; coartando seriamente a libertad y prosperidad popular.
Mientras tanto, las autoridades gubernamentales responsables de garantizar la seguridad pública han permanecido en una fase contemplativa durante más de seis años, situación que ya es intolerable. Guerrero es uno de los estados que más ensangrentado está por acatar, sin mayor discernimiento, la vigencia de la consigna presidencial: “Abrazos, no balazos”.
Extrañamente en Guerrero, no protestamos mucho por la semi militarización que le impuso al país, AMLO. No obstante que somos sabedores y sufridores de amargas experiencias en décadas pasadas por acciones ilegales del gobernante federal en turno y del Ejército.
Parece habérsenos extraviado de nuestra memoria histórica, lo que las fuerzas armadas han hecho a hombres y mujeres guerrerenses en episodios socialmente trágicos del cercano pasado, como “los vuelos de la muerte” (desde la aeropista militar de Costa Grande, en la década de los 60´s del siglo pasado); con los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa; con los indígenas y estudiantes asesinados en El Charco, Ayutla; por solo mencionar algunos casos muy evidentes.
Cierto, los soldados son pueblo; nada más que uniformado y adiestrado para matar; contando con buen armamento para cumplir con su principal deber en la salvaguarda del pueblo. Pero hay que tener en cuenta que, desde hace varias décadas, los oficiales graduados son educados, entrenados y graduados, en el Colegio Militar y otras instituciones de la misma naturaleza, dentro y fuera del país, donde su adoctrinamiento y preparación distan del respeto de todos los derechos humanos.
Lo que siempre ha echado a perder a buena parte de la oficialidad militar mexicana ha sido el poder, el dinero y las canonjías provenientes de fueros. Los soldados de línea y sus clases solo obedecen órdenes, como en todas partes, con sumisión y sin conciencia.
En conclusión y sin terminar, tenemos que recordarle a la nueva mandataria federal, Claudia Sheinbaum que, sin mayor retribución económica, Guerrero durante muchas décadas, ha dotado y subsidiado de agua del río Cutzamala y de electricidad generada en las hidro y termo eléctricas establecidas sobre el río Balsas, a la mayor parte de la demanda de la población que habita el valle del Anáhuac. Pero no ha habido la reciprocidad debida, para un desarrollo regional mutuo. Nos quedan a deber mucho con lo que se llevan, en comparación a las participaciones fiscales federales que nos aportan. Sin dejar de mencionar nuestra eterna queja de nuestra aportación histórica en la forja de este país.
PD1. El genocidio perpetrado por el gobierno israelita sobre el pueblo palestino asentado en Franja de Gaza continua; cegando cientos de miles de vidas de seres humanos inocentes, frente a una comunidad mundial demasiado insensible. Así comenzaron los alemanes nazis con el criminal e histórico holocausto ocurrido el siglo pasado.
PD2. Recomendable es otorgarle una segunda lectura cuidadosa a la Editorial de El Sur del 04/06/2024, para aquellos interesados en el próximo devenir de México y de Guerrero.
porelrescate@outlook.com
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