LECTURA POLÍTICA
Los “pagos de favores” de Claudia
Noé Mondragón Norato
Lo que sigue podría desencantar a muchos: el pago obligado de los compromisos políticos tendidos por la virtual presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, con todos aquellos personajes opositores que se sumaron a su proyecto. Antes y después de la elección. Por eso mismo, los nombres que aparezcan en su gabinete van a definir de algún modo, el rumbo que trace su gobierno. Y también, la recuperación literal de espacios en el gabinete federal, de aquellos emisarios del pasado de los que muchos ciudadanos renegaron en las urnas. Hay que ir por partes.
PAGOS DE FAVORES. – Pese a que la estadística aplicada por la mayoría de las consultoras falló al concederle esperanzas de meterse a la competencia presidencial a la excandidata opositora Xóchilt Gálvez, al final de cuentas el reacomodo de los actores del poder en el próximo gabinete presidencial lo determinará la relación previa y los acuerdos tomados bajo la mesa con todos aquellos que se plegaron oportunamente al proyecto de la presidenta electa. Se lee así: 1.- “A veces no importa de dónde venimos si estamos de acuerdo en a dónde vamos”, dijo Sheinbaum durante un evento en el estado de Sinaloa en septiembre de 2023. Ahí, se sumaron a su proyecto varios priistas. Entre ellos, los exdirigentes estatales tricolores Jesús Valdés Palazuelos y Cinthya Valenzuela. Con ellos se incorporaron también militantes del PAN y del MC. Fue la más fuerte señal en un solo sentido: la virtual presidenta necesitaba del apoyo de militantes de todos los partidos políticos para llegar fortalecida y con amplias mayorías a fin de empujar las reformas que faltan. Resaltando la del Poder Judicial. Ese desgrane de personajes hacia el Morena lo determinó de algún modo un antecedente innegable: la derrota del PRI en el Estado de México durante la elección del 4 de junio del año pasado. Una entidad que los tricolores no perdían desde 1929. 2.- La derrota mexiquense fue el picaporte literal para que el Morena obtuviera el gane holgado en la pasada elección presidencial. Dos factores fueron determinantes: la deliberada apatía del gobernador priista Alfredo del Mazo Maza −quien “se sentó” durante ese proceso electoral, porque trascendió en corrillos políticos nacionales, habría negociado impunidad con Claudia Sheinbaum derivada de su desempeño corrupto como gobernante mexiquense−. Y, por otro lado, el apoyo de toda la maquinaria morenista que hizo triunfar a Delfina Gómez Álvarez sobre la candidata opositora Alejandra del Moral Vela. A la vuelta de los meses, Alejandra del Moral renunció el PRI el pasado 27 de mayo y se sumó al proyecto de 
Claudia Sheinbaum. “Tenemos más coincidencias que diferencias” dijo la presidenta electa al poner a circular profusamente en redes sociales, una fotografía de ambas. Tres días después −el 30 de mayo de 2024− la Comisión de Honor y Justicia del PRI expulsó de sus filas al exgobernador Alfredo del Mazo Maza “por traicionar al partido con la entrega del Estado de México al Morena”. El propio presidente AMLO llamó “demócratas” a Peña Nieto y a Alfredo del Mazo “por no obstruir el cambio del partido en el gobierno federal y estatal”. ¿Qué negoció del Mazo a cambio de todo ese reconocimiento presidencial y la inquina ambiental de su propio ex partido? ¿Pagará los favores obtenidos la presidenta electa incluyéndolo en su gabinete, así como AMLO incluyó al polémico ex priista Manuel Barttlet Díaz? ¿O simplemente le otorgará impunidad? 3.- Bajo la metralla constante del aniquilamiento político opositor, la virtual presidenta siguió sumando más priistas. El 19 de diciembre de 2023 un grupo de miembros tricolores entre los que destacaban los exgobernadores Eruviel Ávila y Alejandro Murat, los senadores Jorge Carlos Ramírez Marín y Nuvia Mayorga, así como el alcalde de Cuajimalpa, Adrián Ruvalcaba, crearon la “Alianza Progresista” que se adhirió de inmediato a la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum. A ese llamado se sumó en Guerrero el exdirigente estatal del PRI, Cuauhtémoc Salgado Romero, quien renunció también a su militancia para formarse en la fila claudista. Ahora que la presidenta morenista ya ganó. ¿Qué pasara con todos esos miembros tricolores que, de algún modo, “la ayudaron” en su campaña? ¿Los incluirá en su gabinete presidencial? ¿Con qué razonamientos justificaría esas designaciones que también son una forma de regresar al pasado? La presidenta electa tiene la palabra. Y la eventual y polémica decisión.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Uno de los actores políticos que se quedó fuera del reparto de las diputaciones locales plurinominales del Morena, es el polémico y actual diputado federal, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros. Acostumbrado a percibir el ejercicio del poder como una agencia de colocaciones, a este personaje ya se le olvidó que durante la pasada tragedia del huracán Otis, fue de los legisladores federales que se negó con su voto, a que fuera aprobada una partida presupuestal especial para los damnificados. Hoy, alega cínicamente que acudirá a los tribuales electorales para que le regresen la curul local. Sin mostrar resultados convincentes como legislador y bañado de cuerpo completo por esa cultura política acomodaticia priista de la que tanto renegó en el pasado reciente, ahora lucha con uñas y dientes para mantenerse pegado improductivamente, a la ubre presupuestal.
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