LECTURA POLÍTICA
Escenarios para el 2027
Noé Mondragón Norato
Sobrevivir políticamente era la consigna. Y la apuesta la ganó de algún modo, el senador priista reeleccionista, Manuel Añorve Baños. A pesar de que su aliado del pasado y hoy acérrimo adversario, el exgobernador Héctor Astudillo se llevó una gran parte del voto tricolor al MC, no bastó para derrotar a un senador engallado y todavía con muy escaso oxígeno político para la elección de gobernador de 2027. Pero la prospectiva del poder no se agota en esa simple observación. Hay que auscultar la inédita reconfiguración.
DERROTADOS CON OXÍGENO. – Los estrategas partidistas locales jugaron en la pasada elección con la mira puesta en la siguiente elección: la de gobernador de 2027. Se lee así: 1.- En el MC, el exgobernador Héctor Astudillo quemó sus naves con el excandidato a senador Mario Moreno Arcos. Pulsó el avance en la votación de ese partido para armar sus escenarios políticos del futuro. Así, en la elección presidencial de 2018, ese partido alcanzó el 3.68 por ciento de los votos, mientras que en la pasada elección federal del 2 de junio logró subir a 7.8 puntos porcentuales. En los números, 4.16 puntos más. No es una estadística favorable para alguien que manejo un presupuesto amplio y sembró simpatías por toda la entidad cuando fue gobernador. 
En cierto modo, Astudillo metió a sus cuadros políticos en el MC desplazando a la antigua militancia con el fin de fortalecer su presencia y liderazgo en ese partido para la elección de 2027. Es decir, el eventual candidato a gobernador por ese partido será designado por dicho personaje. O en su defecto, prestará las siglas del MC para aliarse con el PRI o con Morena. Pero hábilmente, se guardó un as bajo la manga: el de su hijo y feneciente diputado local, Ricardo Astudillo Calvo, a quien no quiso enviarlo a la reelección. Ni siquiera por la vía plurinominal. Y Mario Moreno acusará pérdida de fuerza al abandonar la palestra pública por tres años consecutivos. No sería ya, opción ganadora para la disputa por el gobierno estatal. 2.- En soledad y en el plano local, el PRI bajó 2.7 puntos porcentuales, pues mientras en la elección de 2018 alcanzó 19.29 por ciento de los votos, en 2024 se ubicó en 16.59 puntos. Eso no es lo peor para el senador electo, el priista Manuel Añorve. Porque mientras en 2018 obtuvo 376 mil 618 votos, en la del 2 de junio pasado sumó 314 mil seis sufragios. Es decir, en vez de subir en votación, restó 62 mil 612 votos. Su simpatía dentro de la población votante va mermando significativamente. Y como esta tendencia no podría cambiar en tan sólo tres años, es previsible que, de ser postulado como candidato a gobernador por el PRI, reste más simpatías y votos. Pero Añorve parece dispuesto a no dejar su lugar a alguien más en la competencia por el gobierno estatal, de tal modo que apelará a la misma alianza con el PRD y el PAN. Y en el caso extremo, buscaría limar asperezas con Astudillo para que le preste la franquicia del MC, un partido al que buscará “encantar” a fin de lograr sus fines de poder. 3.- El otro escenario está muy visto: de no resultar electa como candidata a gobernadora por el Morena, la actual alcaldesa de Acapulco, Abelina López Rodríguez estaría tentada a renunciar a ese partido y buscar la postulación por una eventual alianza PRI-PRD-PAN-MC. Está claro que, si Marcelo Ebrard no logra armonizar políticamente con la presidenta electa Claudia Sheinbaum, aunado a los distanciamientos o acercamiento que esta mantenga con el dirigente nacional del MC, Dante Delgado, Abelina se iría por la libre. Su reciente reelección en la alcaldía la ensoberbeció al grado de adelantar su participación para la contienda de gobernador de 2027: “tengo un sueño y me veo transformando este estado” dijo al recibir su constancia de mayoría. Pero Acapulco no es todo Guerrero. Los únicos exediles de ese puerto que han ganado la elección de gobernador son el experredista Zeferino Torreblanca en 2005. Y el finado priista René Juárez en 1999. Todos los demás también la han buscado, pero han fracasado. Desde luego, fueron otros momentos y otras circunstancias. Pero parece no ser esta la que beneficiaría a la alcaldesa de Acapulco. Porque son muchos los “fierros en la lumbre”. Pero también las coyunturas. La más dañina para ella sería su eventual alianza con el PRI de Manuel Añorve y el MC de Héctor Astudillo. Porque significaría también, el eventual retorno al poder estatal de ambos personajes. Y fue por ellos justamente, por los que el votante guerrerense les dio la espalda a sus respectivos partidos políticos en la pasada elección del 2 de junio. Ese es el punto.
HOJEADAS DE PÁGINAS…La que se encuentra en el centro del remolino es la secretaria de Salud, Aidé Ibarez Castro, pues el registro de casos de dengue se ha disparado en la región Norte de la entidad. Y avanza con paso firme hacia capital, las dos costas y Acapulco. A la funcionaria parece no alcanzarle el recurso para fortalecer las campañas de abate al mosquito que ya provocó varias muertes en los municipios de Teloloapan y Huitzuco. El problema es que los alcaldes de dichas municipalidades −el perredista Homero Hurtado Flores y el morenista Eder Nájera Nájera respectivamente−, dejan indolentemente los casos en manos de la secretaría de Salud, sin poner a trabajar a sus respectivas unidades municipales en el combate a los contagios. Y con funcionarios así de abúlicos, la factura se pasa negligentemente, a toda la ciudadanía que padece dicha enfermedad.
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