Presiones desesperadas de nuñistas

LECTURA POLÍTICA

Presiones desesperadas de nuñistas

Noé Mondragón Norato

A pesar de que el propio presidente AMLO fustigó la formación de “corrientes políticas” al interior del Morena −lo contemplan incluso, lo estatutos internos de ese partido−, la realidad es que, pasada la elección presidencial del 2 de junio, alguna militancia morenista pretende tomarle la medida a la presidenta electa Claudia Sheinbaum, haciendo alboroto tempranero y hasta contraviniendo esa disposición. Y se mueven clamando espacios políticos como si ese partido fuera suyo y no formara parte de la apertura democrática e incluso, de la propia ciudadanía que los ha hecho crecer como opción de gobierno. Basta con asomarse a los hechos recientes.

JACINTO Y SUS ALIANZAS. – Vendido como un subproducto de lo que ahora se bautizó como la corriente “nuñista” al interior del Morena, el dirigente estatal Jacinto González Varona acudió a un cónclave tan selectivo como sectario −no se permitió el ingreso de la prensa y tampoco de otros militantes incómodos− bajo el pretexto de celebrar el 82 aniversario del nacimiento de César Núñez Ramos, un personaje que fue fundador del Morena en Guerrero, pero que no llegó siquiera, a ser ungido como diputado local. Pero ahora sus miembros ya amenazaron con que “el próximo gobernador o gobernadora será del equipo nuñista o no será”. Es decir, pretenden lucrar políticamente con el cadáver de Núñez Ramos. Pero esa circunstancia pretenciosa y de albañal, se topa de frente con las realidades concretas: 1.- Como si la política partidista se escriturara como patrimonio de una cofradía segregacionista −muy al estilo de la escuela priista caciquil−, los nuñistas evalúan falsamente poseer una fuerza que no se justifica sin la base social de la marca Morena. Fuera de ese partido, ninguno de los integrantes nuñistas cobra relevancia. Ni tiene fuerza alguna. Y dada su vulnerabilidad en ese sentido, apelan a encarecer absurdamente la negociación con la presidenta electa, Claudia Sheinbaum. Por otro lado, buscan impedir por adelantado, que la gobernadora Evelyn Salgado intervenga en la sucesión gubernamental de 2027. Pero todo gobernante lo ha hecho desde siempre. Lo refrendó el propio presidente AMLO al empujar como sucesora a Claudia Sheinbaum. ¿Por qué tendría la mandataria estatal que renunciar a esa prerrogativa del poder? Los nuñistas olvidan, además, que el senador Toro es un activo político con arrastres electorales muy amplios y nunca proyectados incluso, por el propio César Núñez. Eso justificaría un hecho incontrovertible: en su momento, el desaparecido morenista fue desplazado como delegado estatal de los programas federales, por el diputado federal en funciones, Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros. Y de los aspiracionistas que pretenden colar como candidato a gobernador a un miembro de su clan para la elección de 2027, no existe ninguno con perfil ganador. Buscan que la marca Morena les enderece la plana. Sin trabajo político ni base social verdadera que los respalde. 2.- El dirigente estatal del Morena se dejó ver como uno de los posibles aspirantes a disputar el gobierno estatal. Pero Jacinto González no ha ganado hasta el momento, ninguna elección abierta en urnas. Sus dos pases como diputado local han sido por la vía plurinominal. Quedó bajo sospecha el hecho de que pudo vender varias candidaturas en la pasada elección, en contubernio con el dirigente nacional Mario Delgado Carrillo. Y recientemente se le observó apoyando al polémico rector de la UAGro, Javier Saldaña Almazán. Como si en los hechos, dicho personaje proyectara una alta plusvalía en materia de simpatías y votos. Cuando nunca ha ganado una elección abierta llevando competencia. Por otro lado, el edil de Coyuca de Benítez, Ossiel Pacheco Salas, está cerrando su periodo como alcalde en forma polémica. Porque como autoridad municipal nunca pudo explicar la presencia del crimen organizado en su demarcación, cuya mortandad alcanzó a casi toda su policía preventiva. Luego, con el asesinato de un regidor y un aspirante a serlo que fue ejecutado en Acapulco junto con su esposa. Y finalmente, el aspirante priista a esa alcaldía, Alfredo Cabrera Barrientos, silenciado a balazos el pasado 30 de mayo. Ossiel enmudeció ante esos hechos. ¿Es con esa indolencia mostrada como desea presionar en las filas morenistas para obtener más poder? ¿De qué recursos políticos se valdrán los nuñistas para encarecer por adelantado, la negociación política? En realidad, no tienen nada que ofrecer. Y su cónclave cerrado representó un grito desesperado. Porque se están quedando justamente, sin poder. Ese es el punto.

HOJEADAS DE PÁGINAS…Por una imprudencia del propio edil de Malinaltepec, Acasio Flores Guerrero, ocurrió su lamentable deceso. Porque él sabía de antemano del conflicto agrario de hace varias décadas con la vecina comunidad de Alacatlatzala. No podía negar que había un caldo de cultivo que podía desatar la violencia. Y aún así, se aventuró a correr el riesgo. La ironía del caso es que ahora los presidentes municipales se visten de ciudadanos comunes y se victimizan exigiendo justicia, cuando ellos mismos encabezan un poder y gobiernan un territorio. Se entiende que, en consecuencia, deben tomar en cuenta los riesgos que corren al postularse como autoridades municipales en demarcaciones peligrosas y hasta marcadas por el delito. No pueden nada más administrar cómodamente un presupuesto millonario y deslindarse de la seguridad pública que están obligados a garantizar a los propios ciudadanos que gobiernan. La lección alcanza a todos los alcaldes en funciones.

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