+ Los sindicatos enfrentan diversos desafíos en la actualidad empezando por superar el que llamo “Síndrome de Fidel Velazquez o de Don Fidel”
Luis Serieys Zárate
Ciudad de México
29/06/2024
Buscando información sobre la actualidad que viven los sindicatos en el internet y aprovechando a la Inteligencia Artificial encontré un resumen de la situación de los sindicatos en México y resulta que comparativamente con otros países de primer mundo pareciera ser que aún cuando hay mejoría en las leyes, no se ve un panorama muy alentador.
A continuación y una vez comparados los temas con las leyes actuales y el actuar de los dirigentes sindicales hoy, que poco se ven ya opinando sobre política laboral, economía o sociedad, me parece muy adecuado darlo a conocer.
Se señala que existe un declive de la afiliación sindical, ya que en muchos países, la tasa de sindicalización ha disminuido en las últimas décadas, especialmente en el sector privado, lo cual se debe a factores como la globalización, la automatización y el cambio hacia empleos más precarios.
Hay una adaptación a nuevas formas de trabajo y con la aplicación del aumento del trabajo temporal, a distancia y en plataformas digitales, los sindicatos han tenido que repensar sus estrategias para organizar y representar a estos nuevos tipos de trabajadores.
Aún existe, dicen especialista, oposición empresarial, algunas empresas han implementado tácticas agresivas para dificultar la sindicalización de sus trabajadores, como campañas antisindicales y despidos de líderes sindicales.
Los trabajadores actuales tienen una amplia gama de preocupaciones, desde salarios y beneficios hasta temas de conciliación laboral y familiar, lo que plantea nuevos retos para los sindicatos.
Sin embargo, también hay algunos signos positivos, como el surgimiento de nuevos movimientos sindicales creativos que buscan adaptarse a los cambios en el mercado laboral. En general, los sindicatos continúan desempeñando un papel importante en la defensa de los derechos de los trabajadores, aunque enfrentan importantes desafíos en la actualidad.
En México sólo alrededor del 14 por ciento de los trabajadores mexicanos están afiliados a algún sindicato. Esta tasa es significativamente más baja que en otros países desarrollados.
Aún y cuando las autoridades dicen combatir estas prácticas, hay un predominio de “sindicatos blancos”, porque muchos de los sindicatos existentes en México son considerados “sindicatos blancos”, es decir, sindicatos cooptados por los empresarios y el gobierno, que no representan realmente los intereses de los trabajadores.
Aunque hubo algunas reformas laborales en 2019 para fortalecer la libertad sindical, aún persisten varios obstáculos legales y prácticos que dificultan la organización sindical independiente.
Además activistas y líderes sindicales independientes a menudo enfrentan hostigamiento, intimidación e incluso violencia por parte de empresas y autoridades, así como de otros de los llamados sindicatos tradicionales.
Precisamente los sindicatos grandes y tradicionales, como los integrantes del Congreso del Trabajo, mantienen un gran poder e influencia política, a pesar de sus prácticas clientelares y alianzas con el gobierno, que se ha visto “rota” desde la llegada al poder del Movimiento encabezado por Andrés Manuel López Obrador, por lo que los “viejos” sindicalistas se están aliando con MORENA para sobrevivir a los cambios.
En los últimos años han surgido algunos sindicatos y organizaciones de trabajadores más combativos y progresistas, especialmente en industrias como la automotriz y la maquila, aunque muchos de los sindicatos afiliados a las grandes centrales obreras buscan modernizar sus prácticas para mantener a sus afiliados, lo que resulta problemático porque las dirigencias difícilmente como en la CTM, CROC, CROM y otras viejas centrales permiten el paso a nuevas generaciones de dirigentes.
En resumen se puede decir que el panorama sindical en México se caracteriza por un bajo nivel de sindicalización, la persistencia de “sindicatos blancos” y varios obstáculos a la libertad y autonomía sindical, todo lo cual dificulta una genuina representación de los intereses de los trabajadores.
Y como colofón yo diría que el “síndrome de Fidel Velázquez” ( o sea dejar el puesto sólo con los pies por delante), se contagió en todo tipo de sindicatos que como se dijo anteriormente no permite rejuvenecer, actualizar y renovar a las dirigencias sindicales.
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