LECTURA POLÍTICA
Claudia: ¿presiones de Trump?
Noé Mondragón Norato
La presión parece venir directa de los Estados Unidos. Porque a raíz de la detención del capo Ismael El Mayo Zambada en julio pasado, la llegada también de Claudia Sheinbaum a la presidencia de México y el eventual triunfo en la presidencia del vecino país del polémico magnate Donald Trump en la próxima elección del 5 de noviembre −la encuesta de septiembre pasado lo ubica arriba de su oponente Kamala Harris con tres puntos en Carolina del Norte, cuatro en Georgia y cinco puntos en Arizona, tres estados clave para ganar aquella elección, de acuerdo con especialistas−, parecen formar una triada coyuntural que les está moviendo el piso a varios grupos delictivos. Es cuestión de enlazar cada evento para entenderlo mejor.
PRESIÓN GEOPOLÍTICA. – La relación bilateral México-Estados Unidos podría descomponerse en materia económica, política y migratoria si el republicano Donald Trump gana la elección presidencial de los Estados Unidos. Porque manejó un discurso abiertamente rupturista con el anterior gobierno de AMLO. Y eventualmente, podría reeditarlo con el gobierno de Claudia Sheinbaum. Se lee así: 1.- El actual presidente de los Estados Unidos Joe Biden, no ha registrado evidencia en el sentido de que en el pasado reciente exigiera a AMLO “condiciones” o lo presionara abiertamente en materia de lucha contra el narcotráfico. Y por ese resquicio, Donald Trump se coló para atacar en el discurso y durante su campaña por la presidencia, a los grupos delictivos en México. La revista estadunidense Rolling Stone, documentó en mayo pasado que Trump “planea mandar grupos de asesinos a México con el fin de capturar o asesinar a los líderes de los Cárteles, con o sin el consentimiento del gobierno mexicano”. La advertencia debió calar hondo en el gobierno de la actual presidenta Sheinbaum. Porque apenas tomó posesión el pasado 1 de octubre, los enfrentamientos en Sinaloa entre el bando de “los Chapitos” y “los Mayitos” se recrudecieron. Los muertos se contabilizaron por decenas. Ante ese cruento panorama, el Ejército mexicano entró como el tercero en discordia. La disputa adquirió la condición de guerra. 2.- A los eventos sangrientos de Sinaloa, se sumaron también los de Chiapas, un territorio que es disputado justamente por el Cártel de Sinaloa y el CJNG, lo que ha provocado el éxodo de miles de personas hacia el sur de aquella entidad. Allá no sólo se disputa el trasiego de drogas por la frontera con Guatemala, sino también el tráfico de migrantes que conectan con todo Centroamérica. Y que llegan a los Estados Unidos provocando un problema adicional a ese país.
Por eso la agenda bilateral está demasiado tensa. Vino después Guerrero con los enfrentamientos en Tecpan de Galeana ayer jueves, que arrojaron una cifra de varios muertos y detenidos. Ante la demostración de fuerza de un grupo delictivo que tomó por asalto dicha municipalidad, esta vez el Ejército, la Marina, la Guardia Nacional, la Policía del Estado y la Preventiva Municipal se sumaron a la confrontación armada. Pero el mensaje político debe leerse en el contexto de la obligada geopolítica que marca las relaciones entre nuestro país y los Estados Unidos. 3.- A diferencia de AMLO, la presidenta Claudia Sheinbaum comenzó a imprimir su propio estilo de gobernar. Manda señales de alejarse políticamente del ex presidente del país. Y de comenzar a fraguar su verdadero carácter en la gobernanza pública. No sólo porque olfatea un eventual gane de Donald Trump el próximo 5 de noviembre, sino porque tiene encima la presión de muchos actores, partidos políticos, grupos empresariales y sociedad en general en materia de seguridad, justicia y violencia. Pero, además, entiende que para salir avante del proceso inacabado de la reforma al Poder Judicial, la agenda pública la acosa en ese sentido. En consecuencia, está obligada a generar respuestas. Por las pistas dejadas, la presidenta buscaría en el corto y mediano plazo, cuando menos dos cosas: devolverle cierta tranquilidad a los ciudadanos mexicanos que demandan paz y sosiego. Y conjurar la amenaza futura y violatoria de la soberanía nacional expuesta por Donald Trump. Al final de cuentas, la política es al arte de generar los entendimientos. Empujar acuerdos civilizados e inteligentes. Pero, sobre todo, de mantener firmeza en las relaciones diplomáticas con el vecino y poderoso país. Mientras eso ocurre, la violencia no tiene reposo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Todo un espectáculo circense grotesco está generando la alcaldesa morenista de Acapulco, Abelina López Rodríguez. Apelando a ese estilo que ya hizo cómico para desatar la hilaridad y la algazara. Primero, porque financió una escultura para “conmemorar” el primer aniversario del huracán Otis −como si mereciera esa distinción que arrojó desgracia−, con la intención de acaparar reflectores. Y cuando la inauguró ayer verbalizó un gazapo: impostó con su ronca voz, el sonido “penetrante y que generaba miedo” del huracán Otis. Un episodio degradante y muy propio de una niña de preescolar que se viralizó en redes sociales. A la “doctora” en Derecho se la cayó ese ostentoso título que, en realidad, le sirve de adorno y presunción. Le estimula el ego. Pero de esa hebra está hecha mucha de la militancia morenista.
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