LECTURA POLÍTICA
Embestida contra el senador Toro
Noé Mondragón Norato
El cónclave morenista de Cuernavaca abre lecturas perturbadoras relacionadas necesariamente, con la sucesión gubernamental de 2027. Y el hecho de que no asistiera el senador Toro ni el dirigente estatal del Morena, Jacinto González Varona le mete mucho ruido. Basta con pulsar algunos escenarios.
CARRERA POLÍTICA ANUNCIADA. – Si se mira bien, la estrategia de seguridad implementada por la presidenta Claudia Sheinbaum y su secretario federal de seguridad, Omar García Harfuch, intentan no sólo atemperar el fenómeno violento y de impunidad en la entidad, sino ajustarlo al reloj de la elección de gobernador de 2027. Se lee así: 1.- Muy en el fondo, la presidenta Claudia Sheinbaum sabe y evalúa que existe un compromiso político incumplido entre el senador Toro y el expresidente AMLO, condensado en la frustrada llegada del primero al gobierno estatal. Y que el liderazgo real al interior de las filas morenistas en Guerrero, lo tiene Félix Salgado.
Este se incrementó con el actual gobierno estatal de su lado. El punto es claro: todos los morenistas que se quedaron excluidos del gabinete de la gobernadora Evelyn Salgado son los que curiosamente, se reunieron en Cuernavaca y no en Guerrero, pretextando un “plan de afiliación y un proyecto de bienestar para Guerrero”. El evento ocurre curiosamente, cuando el propio senador Toro presentó su renuncia al senado por quince días para “realizar proselitismo en favor del Morena”. Si el grupo morenista de Cuernavaca hará lo mismo, ¿por qué razón no sumaron esfuerzos? Ese hecho manda señales claras de una división entre el grupo que alienta la presidenta Claudia Sheinbaum, y el liderazgo regional del senador Toro apoyado por el expresidente AMLO. 2.- El punto que perturba apunta hacia un solo lado: el reclutamiento de los viejos cuadros políticos que ya tuvieron su oportunidad y que no demostraron resultados convincentes. Así, apareció el exgobernador perredista interino Rogelio Ortega Martínez, quien acudió como cuadro político del rector de la UAGro, Javier Saldaña Almazán. Hizo lo propio, Humberto Salgado Gómez, el exsecretario general de gobierno en el periodo del también exmandatario estatal perredista Ángel Aguirre Rivero, y hasta Galdino Nava, un personaje que, trasciende, cobra como trabajador de Servicios Escolares en la UAGro desde hace varios años, pero sin ir a trabajar y se le relaciona como aliado del propio Saldaña. A esa “reunión” asistieron al menos dos adversarios políticos del senador Toro: el exdiputado local expulsado del Morena, Alfredo Sánchez Esquivel −quien en los inicios del actual sexenio hizo equipo anti-Toro con la alcaldesa de Acapulco Abelina López y la ex alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández−, y el actual diputado local, Pablo Amílcar Sandoval que fue “llamarada de petate” en su calidad de contendiente a gobernador en la elección de 2015 y aspirante por segunda vez en 2021. Por la serie de “fierros en la lumbre” que acudieron a esa asamblea, resulta imposible separarla de una embestida política temprana contra el senador Toro. 3.- En los hechos, la mayoría de esos personajes reunidos festivamente en Cuernavaca, no han demostrado resultados convincentes como funcionarios públicos. Ya sea en el PRD en el PRI o en el Morena. Es decir, la presidenta Claudia Sheinbaum está echando mano de recursos políticos desgastados. Portando en sus espaldas la mayoría, una fecha de caducidad vencida. A eso se suma la parte medular del asunto: a excepción de Beatriz Mojica y midiéndose en una elección estatal, ninguno de ellos garantiza votos en las urnas. ¿Cuál es su proyecto entonces? ¿Empujar a un patrocinador político anónimo y que no se deja ver sino a través de ellos? El punto quemante del asunto es que, de seguir reclutando a todos los disfuncionales pedazos políticos del pasado, la apuesta de la presidenta Sheinbaum se percibe aventurada. Incluso, arriesgada. Porque si el asunto no se maneja con la filigrana política que se requiere, lo que se estaría fermentando no es sólo una división de grandes proporciones en las filas guindas, sino la posibilidad real de que el Morena pueda regresarle el gobierno estatal al PRI. Así como ya lo vaticina el senador tricolor Manuel Añorve Baños, quien asegura que, en la elección de 2027, “será el próximo gobernador”. La presidenta tiene la palabra. Y la operación política.
HOJEADAS DE PÁGINAS…En un hecho altamente controversial, la planilla sindical Roja que “compitió contra nadie” para el CEC del STAUAG, obtuvo en la elección del pasado 5 de diciembre y tras el obligado embarazo de urnas, el 96 por ciento de los votos. Y para compensar ese “valioso” trabajo del ilegal dirigente, Ofelio Martínez Llanes, el rector de la UAGro, Javier Saldaña, les regaló un nuevo edificio sindical disfrazando su financiamiento como parte de las “Cuotas Sindicales”. Al final, a Saldaña Almazán lo traicionó el subconsciente cuando afirmó que, “hasta estoy pensando en llevármelo a la administración, ahora que va a dejar el cargo”. Olvidó que a Ofelio el Tribunal Laboral lo desconoció como tal. Y que toda esa elección se caerá. Ante la inevitable evidencia de la ilegalidad que la bañó de cuerpo completo.
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