LECTURA POLÍTICA
Trump: populismo de derecha
Noé Mondragón Norato
La política excluyente del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se está aplicando de inmediato. En el primer día de redadas se han detenido a más de 300 migrantes indocumentados. Y también a 39 personas en San Diego, California, que pertenecían presumiblemente a “la mafia mexicana”, vinculada al Cártel de Sinaloa. Con ello, Trump ha despertado sentimientos patriotas, pero también movido a la solidaridad del pueblo mexicano con sus paisanos deportados. Y activó de manera natural el viejo ideal de la lucha por el poder entre opresores y oprimidos. De ahí se lee lo demás.
POPULISMO DE DERECHA. – Un populista de derecha como Donald Trump, maneja un discurso contradictorio que lo sitúa necesariamente, no sólo haciendo alarde de su poder y aplicando políticas extremistas, sino explotando las teorías de los intelectuales radicales de izquierda como Carlos Marx o Michael Foucault. Aunque difiera de ambos.

Con ello se instaló en el lado de los demagogos e impostores. Basta con citar un ejemplo: en su primera toma de protesta como presidente de los Estados Unidos en 2017, alertó en el sentido de que “un grupúsculo de la capital de nuestra nación ha disfrutado de las recompensas de gobernar mientras el pueblo ha cargado con el costo”. Es decir, que existe una visión corrupta y otra que encarna la pureza. El punto es que el pueblo de los Estados Unidos al que ahora somete −y también a todos los ciudadanos americanos que nacieron en ese suelo, pero con orígenes etnográficos diferentes y que ya no reconoce como tales−, padece el costo del grupúsculo que ahora gobierna con él. En otras palabras, una variable del fascismo que todos creíamos superado en la historia del cambio. Hay que ir a los hechos: 1.- El presidente norteamericano no está evaluando el costo en términos humanitarios que significa la deportación de miles de migrantes necesitados de trabajo, hacia sus países de origen. Solamente está midiendo los males que muchos de ellos han causado a la sociedad norteamericana, pero evade reconocer que son la mayoría de los que conforman esa mano de obra depreciada, los que han contribuido con su fuerza de trabajo honesta y denodada, a fortalecer aquella economía. Es claro que la globalización de los mercados, el crecimiento demográfico imparable y los problemas asociados al consumo de drogas, los delitos y la escalofriante devastación del medio ambiente que genera dicha multiplicación, lo están obligando a tomar esas medidas. Pero a diferencia de los estadistas que aplican medidas progresivas, certeras e inteligentes como forma de enfrentar las amenazas que los aprisionan, Trump actúa como un hombre alcoholizado que no domina sus actos y cede fácilmente a la pasión sin razón, el coraje repentino y por instinto y la urgente necesidad de pelear. Y es justo por ese motivo que las puertas de la negociación con nuestro país las está cerrando. En forma intransigente. 2.- Expulsar a los migrantes de nuestro país radicados en los Estados Unidos lleva al menos cinco intenciones visibles: A) presionar al gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum a fin de que ceda en la “cantada” invasión a territorio mexicano con el fin de capturar a los líderes de los cárteles mexicanos. B) Provocar un problema y una eventual crisis de empleo, pues es claro que el gobierno federal no tendrá la capacidad de reclutar y dar trabajo a los miles de deportados. C) Intentar con ello, debilitar al actual gobierno presidencial morenista con el fin de que la propia derecha mexicana se fortalezca, renazca y se reagrupe. D) Sentar las bases para determinar el rumbo y crecimiento económico de nuestro país ligado a las decisiones tomadas en los Estados Unidos. Y E) utilizar la alianza con Canadá para ahorcar la presencia de nuestro país en el acuerdo de libre comercio tripartita o T-MEC. El coraje de Trump para concretar todas esas medidas apunta hacia un solo lado: la decisión presidencial de Claudia Sheinbaum para enfrentar y desafiar por anticipado, todas las embestidas políticas provenientes del vecino país liderado desde el pasado 20 de enero por el magnate hotelero. Es obvio que la diplomacia mexicana seguirá imperando por encima de los desacuerdos bilaterales. Evadiendo y sorteando con habilidad, la cerrazón de Trump. Pero también es real que nuestro país y todos los mexicanos, no parecen decididos a postrarse frente al gigante financiero que pretende someternos. Es justo el momento de cerrar filas.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Una de las empresas multinacionales que ha reaccionado en Guerrero a las decisiones de Donald Trump, es la minera canadiense Equinox Gold, ubicada en la comunidad de Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri. La empresa busca imponer medidas desventajosas a los dueños de la tierra que rentan y de la cual extraen anualmente toneladas de oro. Y reducir en consecuencia, el pago a las comunidades que cedieron para su explotación, mil 300 hectáreas de tierras ejidales. A pesar de ser una empresa altamente lucrativa derivado del producto que comercializa a nivel mundial, alega falta de rentabilidad. E intenta despedir al 83 por ciento de su planta laboral. Los inconformes están demandando cuatro cosas: pagos justos y proporcionales; cumplimiento de acuerdos por parte de la minera; responsabilidad ambiental; e inversión en salud y desarrollo comunitario. Es otro de los retos presidenciales que se están abriendo en tierra sureña.
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