LECTURA POLÍTICA
Los pactos de Claudia
Noé Mondragón Norato
El problema del Morena es que su propia contaminación priista, panista y perredista la inauguró el expresidente AMLO cuando ganó la elección presidencial de 2018. Y así, imposible cuajar lo que se percibía como una urgente transición a la democracia. Para acallar voces el exmandatario instruyó justamente, los programas sociales que fueron su parapeto para justificar, por ejemplo, el arribo como director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de Manuel Bartlett Díaz, un añejo ex priista que “tumbó el sistema” en la elección presidencial de 1988 robándole millones de votos al entonces candidato del Frente Democrático Nacional (FDN) Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Y con ello, la misma presidencia del país. De ahí que la inoculación del PRI-PRD-PAN hacia el Morena, venía dándose en cascada desde 2018 hasta llegar al momento actual. Es cuestión de atar los cabos.
PACTAR ABOMINACIONES. – El reciclamiento de muchos personajes de ese pasado oscuro que ya nadie quiere recordar, pareció convertirse en norma dentro del Morena. Se entendía por una simple razón: el propio AMLO había sido amamantado en la escuela política tricolor. De ahí se lee lo demás: 1.- El 19 de diciembre de 2023, un grupo de notables priistas se sumó al proyecto de la actual presidenta Claudia Sheinbaum. Destacaron el exgobernador mexiquense Eruviel Ávila Villegas, el ex gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, la entonces senadora Nuvia Mayorga Delgado −cuadro de Miguel Ángel Osorio Chong, ex secretario de Gobernación con Peña Nieto− y el ex alcalde de Cuajimalpa por el PRI, Adrián Ruvalcaba Suárez, entre otros. Previamente y durante un evento en Sinaloa en septiembre de 2023, en su calidad de coordinadora nacional de los comités de defensa de la Cuarta Transformación, la propia presidenta del país definía su estilo de aplicar la política en el futuro reclutando a quien fuera y del partido político con origen diferente al Morena: “no importa de dónde vienen, sino a dónde vamos”, sentenció. Los priistas le tomaron la palabra. Y así, Eruviel Ávila llegó como diputado federal arropado por el PVEM y el Morena. Alejandro Murat se afilió al Morena −enfrenta acusaciones por megacorrupción desde que salió como director del Infonavit en 2015 para ir a competir por la gubernatura de Oaxaca auspiciado por el PRI, cobrando un bono de 22.7 millones de pesos para él solito y la presidenta Claudia Sheinbaum no lo menciona en las investigaciones− y ganó la senaduría en la pasada elección de 2024. Nadie puede molestarlo, pues lo cubre el fuero morenista. Los demás tricolores que “la apoyaron” se encuentran en sala de espera.
2.- Pactar en el pasado con quien sea “y de dónde vengan” y pagar compromisos actuales con aquellos personajes que siempre estuvieron en contra del Morena y de la izquierda, podría conducir progresivamente a la aberración política en el partido presidencial. Al menos esa es la señal que la presidenta Claudia Sheinbaum mandó al movilizar a sus operadores políticos Héctor Ulises García Nieto y Alfonso Ramírez Cuellar, con el propósito de reclutar al ex priista y actual emecista −pues no ha hecho pública su renuncia al MC ni el exgobernador Héctor Astudillo y propietario político de ese partido en Guerrero, ha confirmado al respecto−, Mario Moreno Arcos. Y en su intervención en Acapulco durante una conferencia de prensa el pasado viernes, la senadora Beatriz Mojica Morga −aspirante a la gubernatura− no sólo justificó esta aberración, sino que la calificó como “un tema ético”, porque todo mundo tiene derecho a participar. Lo plasmó en una sola vertiente: se tienen que afiliar a 10 millones de personas para la causa morenista. Y ponderando este objetivo, la lógica indica que el Morena tendría la tarea de reclutar no solo a los ex priistas y experredistas, sino a todos los militantes de todos los partidos políticos. Es decir, acabar con la oposición partidista sumándola al Morena. Y entonces ¿de qué sirvió la lucha social del pasado? ¿Dónde extravió Bety los postulados centrales de la ideología de la izquierda que plantea un futuro político alejado de los autoritarismos de los que ella misma renegó en el pasado? ¿Cómo haría la diferencia el Morena en la gobernanza postulando a cargos de elección popular a esas rémoras del pasado que ya agotaron y desgastaron su ciclo político? ¿Por qué ese empeño insano de justificar lo injustificable? En el fondo, será la presidenta Claudia Sheinbaum la que decida hasta dónde abrirles la puerta a los priistas del pasado. Y por el momento, parece que tienen cancha abierta.
HOJEADAS DE PÁGINAS…En cien días de gobierno municipal en la capital, el alcalde suplente Gustavo Alarcón Herrera, pasó del gris al oscuro. Su desempeño es realmente patético. No sólo porque ha descuidado los servicios públicos −los camiones recolectores de la basura redujeron de dos a uno los días en que pasan a recogerla−, sino porque la seguridad pública lo aprisiona. Y en su informe no mencionó absolutamente nada al respecto. Como si viviera en otro municipio o en otro planeta. Como si su burbuja protectora alcanzara para cubrir a todos. El alcalde ni siquiera ha presentado a los ciudadanos su proyecto de gobierno municipal. Se entiende: es médico, no político. Tampoco administrador. Y por eso está echando a perder para aprender. La clásica pose de los improvisados que buscan el cargo para manejar el dinero, no para la mejora real del municipio que gobiernan.
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