LECTURA POLÍTICA
El verdadero control de las cámaras legislativas
Noé Mondragón Norato
Los que pesan son los acuerdos de poder. Y el senador del Partido Verde Manuel Velasco Coello, los ha empujado con éxito. Inicialmente con el PRI y después con el Morena. En el 2012 llegó como gobernador de Chiapas avalado por una coalición partidista integrada por PRI, PVEM y el desaparecido partido Nueva Alianza. Su caso tuvo una resonancia mediática inusual. Porque sin terminar su periodo como gobernador en 2018, se postuló por la vía plurinominal al senado de la república, avalado por su partido, el PVEM. El escándalo lo dirimió el INE con saldo a su favor alegando que se le impedía participar en la elección abierta en la primera y segunda fórmula, pero no en la plurinominal. Luego, Velasco pidió licencia como senador electo para regresar a terminar su periodo como gobernador. Esa aberración la empujó él mismo al modificar la constitución local de aquella entidad. Y el senado de la república la ratificó al concederle la licencia respectiva para abandonar el escaño. Así, el congreso local chiapaneco lo designó gobernador sustituto de sí mismo. Lo cierto es que ya despuntaban sus acuerdos soterrados con el presidente AMLO. Los cuales se transfirieron sin problema, a la actual presidenta Claudia Sheinbaum. De ahí se lee lo demás.
EL FACTOR VELASCO. – Como aquella polémica en la que adquirió un papel protagónico en Chiapas, a Manuel Velasco lo bañó de cuerpo completo otra: la de empujar en el senado la reversa a la iniciativa presidencial que ponderaba la reforma contra la reelección, el nepotismo y las plurinominales que estarían vigentes a partir de la próxima elección de 2027. De ahí se abre lo demás:
1.- A la aprobación por unanimidad de dicha reforma, se adicionó un artículo transitorio que prorrogaba hasta la elección de 2030, aplicarla contra el nepotismo y la reelección. En su calidad de coordinador del PVEM en el senado, Velasco Coello antepuso a sus acuerdos políticos con la presidenta Sheinbaum, la prioridad de preservar el estado de San Luis Potosí para esa futura elección. La entidad es gobernada por su partido a través de Ricardo Gallardo Cardona, quien pretende heredar la gubernatura a su esposa, la senadora Ruth Miriam González Silva. La fracción legislativa del Morena cedió a su petición. Y la reforma de la presidenta Claudia Sheinbaum no pasó. Otros hilos de poder se movieron. Incluido desde luego, el manejado por el expresidente AMLO. 2.- La reacción de la presidenta Sheinbaum fue voltear la cara hacia dentro de su partido, aunque su alianza con el PVEM termine por hundirla en el momento decisivo. Porque si bien es cierto que aludió en su Mañanera de ayer a la aplicación de los estatutos internos del Morena “contra la reelección y el nepotismo desde la perspectiva moral”, −y le hizo coro la dirigente nacional de ese partido Luisa María Alcalde Luján, quien aplicando puntual el nepotismo, heredó a muchos de sus familiares como funcionarios en la Secretaría de Gobernación y acaba de admitir como militante del Morena al corrupto ex gobernador priista de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa−, al final de cuentas la contradicción más severa y visible se hará realidad cuando el PVEM, en alianza con el PT y el Morena, disputen el gobierno de San Luis Potosí en 2027 llevando como candidata a Ruth Miriam González. Es decir, la presidenta estaría asignando la regla contra la reelección y el nepotismo en casa, pero por otro lado la avalará eventualmente, con su aliado externo, el PVEM. Y por supuesto, con el polémico senador de ese partido, Manuel Velasco. 3.- El problema de la presidenta Claudia Sheinbaum es que no tiene el control político de ninguna de las cámaras. El coordinador del senado es el tabasqueño Adán Augusto López Hernández, un personaje que fue secretario de gobernación con AMLO. Y su pase al escaño senatorial avalado por el expresidente del país. Lo mismo ocurre en el Congreso de la Unión. La coordinación de los diputados federales morenistas está a cargo de Ricardo Monreal Ávila. Este personaje fue acusado de “traidor” por las huestes políticas de la actual presidenta del país, endosándole la perdida de nueve de las 16 alcaldías de la Ciudad de México −sobre todo en la alcaldía Cuauhtémoc− en la pasada elección de 2021. Pero, hábil en la negociación política, Ricardo pactó exitosamente con AMLO su actual posición de poder. Es, además, hermano del senador Saúl Monreal, quien aspira a relevar en el gobierno de Zacatecas a su otro hermano David Monreal en 2027. Todos los cables se están conectando. Y los únicos sorprendidos fueron aquellos que no entendieron los jaques y enroques del ajedrez político.
HOJEADAS DE PÁGINAS…En un intento fallido por darse “baños de pueblo” y mostrarse “abierto al diálogo”, el secretario de Educación Ricardo Castillo Peña no pudo contener ni al sindicato oficial −SNTE− ni al magisterio disidente agrupado en la CETEG. Los primeros abandonaron ayer el auditorio “Sentimientos de la Nación” donde se desarrollaba el Foro Estatal para la Construcción del Nuevo Sistema para Maestras y Maestros, sin lograr ningún acuerdo. Y los de la CETEG irrumpieron violentamente en el lobby del edificio con un vehículo alegando que el gobierno federal “no toma en cuenta las propuestas del magisterio disidente y no fuimos invitados a esa discusión”. Castillo Peña ya pulsó que, lidiar con el monstruo magisterial no significa ir de día de campo. Y ha callado sobre el estado en que le heredó esa dependencia, el extitular Marcial Rodríguez Saldaña.
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