The Muffin
Google retira las vistas rápidas de recetas: ¿en verdad es lo mejor para el usuario?

Storybakers:
Google ha decidido tapar el sol con un dedo.
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Darles a medios y creadores una victoria que, en el fondo, no cambia prácticamente nada.
Porque incluso si Google aspirara a que este escenario fuera permanente, sus competidores se encargarían, como lo han estado haciendo, de mostrar que hay otro camino.
Uno más práctico para los usuarios.
Uno que cumple con la máxima de que la tecnología ha de hacer más fácil la vida de las personas.
Tras varios meses de prueba, desde octubre del 2024, Google anunció que dejará de utilizar las vistas rápidas o “quick views” de recetas.
Con dicha funcionalidad, el usuario podía elegir ver una receta directamente en Google sin tener que ir a un sitio.

Para mostrar dichas vistas rápidas, Google compensó económicamente a los medios y bloggers participantes. Pero no lo suficiente como para paliar las pérdidas por anuncios no mostrados dentro del sitio.
El consenso en la industria de medios es aplaudir este tipo de medidas.
Google se ha limitado a decir que este experimento, como muchos otros, formó parte de una constante búsqueda por mejorar la experiencia del usuario.
No da más detalles.
Sin embargo, esta victoria no es más que una postergación de lo inevitable.
La visita a un sitio, lo he dicho, quedará tan obsoleta como el “pase a la página 70” de los impresos.
Sobre todo frente a un producto, las recetas, que no requieren en estricto sentido más que una lista de ingredientes y un paso a paso para la preparación del platillo.
Si bien existen recetas patentadas, muchas entran en el terreno del dominio público.
Que tan susceptibles son de ser registradas como propiedad intelectual depende tanto de la originalidad de las mismas como de las legislaciones de distintos países.
Incluso si se determinara que Google y otras plataformas deben pagar por mostrar las recetas sin que un usuario visite un sitio, ¿cuántas fuentes requeriría?, ¿en verdad le importaría al usuario común?
El viejo modelo de negocio en el mundo digital se aferra a prolongar su caída definitiva.
Google lo ha permitido porque también es el gran representante de dicho ecosistema.
De ahí que lo esté haciendo de forma paulatina.
Con más cautela de la que lo haría si no fuera juez y parte.
En el fondo, de poco importará en el futuro si es en Google, en ChatGPT, en Claude o en Perplexity.
Lo que el usuario buscará, lo demuestra ese 7% que ya consume noticias a través de chatbots, es concentrar su consumo en una sola plataforma.
Sin tener que ir y venir.
Sin esa dispersión que sirvió para imprimir anuncios pero no para hacer llevadera su experiencia.
Vendrán, por supuesto, los modelos de negocio que enturbiarán el consumo de contenido en formato conversacional.
Si la publicidad llegó al streaming después de que muchos pensaban que el modelo de suscripciones acabaría con ella, hemos de aceptar que pronto vendrán muchos de esos males necesarios a la dinámica de los chatbots.
Lo que también podemos apostar, y es lo que más duele, es que para hacerlo esta vez no harán falta miles de medios.
Serán unos cuantos los que formen parte del revistero.
Los que sean seleccionados por esas plataformas.
Después de todo, para dar una receta para hacer pollo en adobo no se requiere de muchos proveedores.
Tampoco, lamentablemente, para contar la misma noticia.
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