LECTURA POLÍTICA
Erick: alcalde autoritario
Noé Mondragón Norato
Recurriendo a la utilización del “garrote” como en el más viejo PRI, el alcalde de Iguala, Erick Catalán Rendón sacó a relucir lo más deleznable de ese pasado que se creía superado pero que forma parte de sus genes políticos de nacimiento. Y lo hizo atacando a creadores de contenido −de los tantos que pululan a raíz de la masificación de las redes sociales y que se auto adjudican de inmediato la etiqueta de “periodistas” como una forma también de intentar blindarse de pasados o presentes azarosos en la función pública−, que habían negociado con él un “convenio de publicidad”. La sórdida historia está mostrando a plenitud, el rostro tumefacto de un edil plenamente autoritario, insensible e intolerante.
ERICK: INSOLENCIAS. – Para dejar muy clara su “política” de Comunicación Social, el edil dividió a los periodistas igualtecos en dos bandos: los que estaban con él. Y aquellos que cobraron generosos convenios en la pasada administración priista de David Gama Pérez. Es decir, sus contrarios. A ellos los dejó fuera. Y de ahí se abrió todo lo demás: 1.- A diferencia de la presidenta Claudia Sheinbaum que les quitó los millonarios convenios a periodistas que comulgaban con el viejo sistema panista, perredista y tricolor, pero los ha dejado seguir criticando su administración;
en Iguala el edil postulado por el PVEM Erick Catalán decidió confrontarse con ellos. Llegar al insulto verbal y hasta “la aplicación de la Ley”. Evaluó que, con ello, su gestión quedaba a salvo de la crítica social. Olvidó que las redes sociales están midiendo los resultados reales de su administración y no aquellos manejados de manera ficticia y convenenciera por sus aliados mediáticos. También sus propios desvaríos y excesos como autoridad. Máxime en la actual coyuntura cuando se encargó de emboscar a dos creadores de contenido. Uno de ellos, exfuncionario efímero de su administración. Primero, los llamó a negociar al palacio municipal. Y al salir fueron detenidos por la Policía Ministerial bajó el cargo de extorsión. Se entiende que el edil grabó toda la conversación con ambos antes de que fueran detenidos. Debe conservarlas como “pruebas” para defenderse ante los tribunales. Pero también para evitar futuras amenazas en ese sentido. Es decir, no habrá convenio publicitario con ellos. 2.- El edil igualteco tiene una fobia personal con su antecesor priista David Gama Pérez. Una morbosa fascinación de la cual descarga su ira en los medios y redes sociales, justamente con aquellos comunicadores y creadores de contenido digital que comulgaron plenamente con David. Como si ellos hubiesen adoptado su figura. O fueran una prolongación encarnada del priista. Por eso, el mejor lugar que Erick desea para el exedil tricolor es la cárcel. Por la serie de auditorías promovidas por él y en su calidad de presidente municipal en turno ante la Auditoria Superior del Estado (ASE). No acaba de entender que la política no es de venganzas, confrontaciones ni rencores personales, sino de acuerdos. Pero su formación es justamente esa: la de un personaje carente de ella. Un improvisado hecho a machetazo limpio. Un neófito que no aprende de los tropiezos en el camino recorrido. Un insensible que no alcanza a entender ni el ámbito ni el momento político que lo rodea. Por esa razón, la gobernadora Evelyn Salgado le enderezó la plana desactivando el conflicto y ordenando la liberación de los dos creadores de contenido. 3.- Apenas el pasado 6 de enero al celebrar con un desayuno a comunicadores de ese municipio por el Día Nacional del Periodista, el edil igualteco aseguró que “la libertad de expresión será un principio intocable durante toda la administración que presido. Los periodistas deben tener libertad para investigar, cuestionar y dar voz a quienes más lo necesitan, por lo que será un derecho que respetamos y defenderemos por convicción. Les brindaremos el espacio y las condiciones para su labor sin restricciones”. Seis meses después de haber dicho lo anterior, preparó pacientemente la emboscada contra los dos creadores de contenido que osaron criticar a su administración. Los percibió no como “constructores de la democracia” −una frase que también evocó el pasado 6 de enero− sino como sus adversarios. Pero es justo de lo que carece: de una convicción democrática a toda prueba. Él mismo se encargó de exhibirlo y confirmarlo. Y ya no hay límites para ese deterioro.
HOJEADAS DE PÁGINAS…La nostalgia por el poder, le pega duro al exgobernador priista Héctor Astudillo. Y no solo por la permanente exhibición de sus millonarios pasivos financieros heredados a la actual administración estatal −de los cuales asume como deuda “histórica” y no como desorden obligado y hasta oscuro en la aplicación del gasto, es decir, no hubo corrupción− sino porque las pistas indican que el crecimiento electoral previsto para el partido Movimiento Ciudadano (MC) para la elección de gobernador de 2027 podría caer en la senda del declive. La creación partidista de Astudillo carece de dos cosas: ni tiene un buen aspirante para esa contienda. Y el dinero escasea. Si a ello se suma la presión sobre la deuda de los 3 mil 240 millones de pesos heredada y la soledad política con la que cabalga, entonces las crisis amenazan con dejarlo fuera de foco. Y si no, al tiempo.
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