EN OPINIÓN
La justa medianía como principio ético.
Lic. Moisés Torres Salmerón.
La polémica por los viajes al extranjero y el uso de artículos de lujo por parte de figuras destacadas de Morena ha abierto el debate sobre la congruencia entre los principios fundacionales del partido y el comportamiento de sus representantes. En este contexto, la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ) se encuentra ante una disyuntiva ética y política. ¿Cómo debe actuar frente a conductas que, aunque no constituyen delitos, podrían contradecir el ideal de “justa medianía” que el partido promueve?
La CNHJ es el órgano encargado de salvaguardar los principios estatutarios de Morena, incluyendo la austeridad republicana, la congruencia ética y la cercanía con el pueblo. Su función no se limita a sancionar actos ilegales, sino también a evaluar comportamientos que puedan dañar la imagen del movimiento o generar desconfianza entre la militancia y la ciudadanía.
¿Qué está en juego?
Credibilidad del discurso político.
Cuando dirigentes son captados en hoteles de lujo o con relojes de más de un millón de pesos, se erosiona el mensaje de transformación y austeridad que ha sido bandera del partido.
Coherencia interna.
La CNHJ debe velar por que los principios no sean letra muerta. Si se permite la ostentación sin consecuencias, se corre el riesgo de normalizar prácticas contrarias al ethos fundacional.
Unidad y ejemplaridad.
Como señaló Luisa María Alcalde, “el poder es humildad” y vivir en la justa medianía no es una prohibición de viajar, sino un llamado a evitar los excesos.
La CNHJ debe asumir una postura proactiva, sin ceder a la presión mediática ni caer en la lógica del escarnio. Algunas acciones posibles:
– Apertura de procedimientos de oficio cuando existan indicios públicos de incongruencia con los principios del partido.
– Emisión de criterios interpretativos sobre lo que se considera ostentación incompatible con la justa medianía.
– Amonestaciones públicas o privadas, según la gravedad del caso, como prevé el reglamento interno.
– Diálogo con la dirigencia nacional para reforzar los lineamientos éticos y evitar ambigüedades.
Si la CNHJ no actúa, se envía el mensaje de que los principios son negociables. En cambio, una respuesta firme pero proporcional puede fortalecer la institucionalidad del partido y recuperar la confianza ciudadana.
La CNHJ no debe limitarse a ser un árbitro pasivo. En momentos como este, su papel es crucial para preservar la integridad del movimiento. La justa medianía no es una consigna decorativa, es una brújula ética que debe guiar el comportamiento de quienes aspiran a representar al pueblo.
Actuar con congruencia no solo honra a Juárez, sino también a la esperanza de millones que confiaron en una transformación auténtica.
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