En OPINIÓN
Remembranzas municipales.
Hector Manuel Popoca Boone.
¿Quiénes son los autores intelectuales y materiales del artero asesinato de Marco Antonio Suastegui Muñoz? El pueblo está esperando una pronta respuesta de las autoridades.
Recientemente tuve la fortuna de reencontrarme con mi colega, Raúl González Villalva (RGV), una amistad muy estimada de muchos años atrás, afanado y afamado en la difícil y compleja construcción de un mejor Guerrero. En una reciente toma de café con él, conocí por su voz, los momentos estelares y difíciles, que había tenido como gobernante municipalista, al haber sido como hijo dilecto dos veces presidente municipal de su tierra natal, Chilapa de Álvarez, en períodos no consecutivos.
Comencé preguntándole si no tuvo momentos de hartazgo y cansancio a lo largo de su responsabilidad como primer edil. Él me contestó que afortunadamente la extenuación de sus fuerzas personales jamás superó la voluntad de servicio público en beneficio de su pueblo y de su estado; en especial, en atender a los más pobres y marginados; teniendo siempre presente que Guerrero era un estado de gran pobreza económica y social.
“Por eso no dudé de regresar a Guerrero -ya siendo economista- para trabajar en tareas de planificación en la Región de la Montaña, teniendo como sede de mi oficina la comunidad de Zapotitlán Tablas. El trabajo inicial fue arduo, porque era obtener mediante encuestas domiciliarias y asambleas comunitarias, los perfiles socioeconómicos de los 21 municipios iniciales seleccionados para conformar el primer plan regional de desarrollo de la región de La Montaña, donde se señalaban por comunidad y municipio los principales problemas y prioridades de atención institucional requeridas.”
Continuó diciéndome que a eso se debía que nunca fue ajeno a la realidad concreta de la desigualdad social en Guerrero. “Fue en esa labor cuando conocí realmente la miseria de los pueblos indígenas, sobre todo de los municipios de Metlatonoc y de Cochapa el Grande; a partir de los recorridos que hice a pie, mula o camioneta por los diversos caminos de terracería de aquellos lugares aislados y marginados. Esa vivencia me fue muy útil cuando apliqué la práctica de la planeación, democrática, participativa y comunitaria y/o de barrio, cuando fui por primera ocasión presidente municipal de Chilapa (1981-1983).”
Después le pedí que me reseñara algunos de sus retos en su desempeño como presidente municipal. “Construir prácticamente desde cero y hacer funcionar, toda la estructura orgánica de la administración pública municipal, actualizar el Bando de Policía y Buen Gobierno y conseguir los recursos económicos, materiales, humanos para otorgar un mínimo de atención a la inmensa y diversa demanda ciudadana de 187 comunidades y de la cabecera municipal. Acuérdate que, en aquel entonces, me dijo, los gobiernos municipales eran los paupérrimos de toda clase de recursos para atender directamente a la población en comparación a las instancias estatales y federales.”
“Fue entonces que le di substancia a la idea rectora: pueblo y gobierno, trabajando juntos, podíamos progresar aun cuando no hubiera mucho presupuesto del qué disponer. Introduje la práctica de las periódicas sesiones públicas de Cabildo Abierto para que, con total transparencia, todo ciudadano que así lo deseara pudiera intervenir con su opinión acerca de la aprobación de presupuestos, obras, comunidades y/o barrios a beneficiarse, durante el año fiscal respectivo.”
“De ahí se derivó convocar a los vecinos del barrio o localidad para que aportaran en el caso de la obra pública autorizada la mano de obra no calificada y el acarreo de grava y arena cercanos a la localidad. La dirección técnica y administrativa, la maquinaria, vehículos y herramientas la poníamos nosotros, auxiliados por el gobierno estatal y las dependencias federales correspondientes. De esta manera pudimos abatir costos significativos por obra, ya que las hacíamos por administración directa y no por contrato a precio alzado (con el clásico moche).”
Ejemplifícame esto último, le pedí a González Villalva. “Cuando el Ayuntamiento, en Cabildo Abierto, aprobó la pavimentación con cemento hidráulico de la Avenida Revolución en la cabecera municipal, dos empresas constructoras cotizaron la obra: una por la cantidad de 5 millones de pesos y la otra por un monto de 4.5 millones de pesos. El Ayuntamiento optó por realizarla por administración directa y con la participación de la ciudadanía, el costo total se redujo a 1.8 millones de pesos. Es decir que tuvimos un ahorro de alrededor del 40 por ciento. Eso nos dio la posibilidad de pavimentar otras calles adicionales. Algo parecido lo hicimos también en la construcción de 19 aulas comunitarias rurales donde con el proyecto prototipo nos salía por contrato a 450 mil pesos, las hicimos por administración directa a un costo promedio unitario de 142 mil pesos”
Para concluir le dije a RGV: esas experiencias las retomó el gobernador de Guerrero, Alejandro Cervantes Delgado, para establecer a nivel estatal, durante su mandato, el Programa “Dando y Dando”.
PD. Mañana domingo en Zihuatanejo, el nuevo movimiento político ciudadano alternativo: “SomosMx”, convoca a su sexta asamblea constitutiva distrital en Guerrero a efectuarse en el céntrico Salón ESTEVENS, a las 9.30 a.m.
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