StorIA
Amazon cierra Wondery, ¿el último clavo en el ataúd del podcast como audio
Storybakers: Al audio le han cerrado la boca.
Le han condenado a un hipernicho que no es prioridad de ninguna tecnológica.
Si se hiciera un paralelismo, el audio es al podcast lo que el impreso al periodismo.
Se le valora por lo que representa, pero no por lo que puede generar como negocio ni por cómo conecta con una audiencia cada vez más visual.
Si apenas en el envío de ayer hablaba de cómo los periodistas han de trasladarse del texto al video, cuando menos en su manifestación prioritaria frente a la audiencia, a los podcasters les ha ocurrido lo mismo en los últimos meses.
Han de encender la cámara.
De crear clips virales para redes sociales.
De dominar las miniaturas de YouTube para ser algo más redituables con el video como respaldo.
El audio por sí mismo no va.
No en formato podcast.
No como esa confidencia que durante años pensábamos que estaba de regreso tras el éxito de Serial.
El audio ha ido recibiendo múltiples sentencias de muerte.
Ha sido un exterminio con Amazon cerrando Wondery como la lápida más reciente.
En el cementerio del audio, así se ve la línea de tiempo:
En octubre del 2022, tras haber adquirido Gimlet Media por aproximadamente 230 millones de dólares en una apuesta decidida por ser la gran plataforma de podcasting, Spotify cancela 11 podcasts originales de Gimlet y Parcast, esta última adquirida por 100 millones de dólares en el 2019.
En junio de 2023, Spotify anunció el cierre de Gimlet y Parcast como entidades independientes. Ambas se fusionaron en una unidad llamada Spotify Studios, eliminando alrededor de 200 empleos (~2 % de la fuerza laboral global) y cortando shows como Conviction de Gimlet y múltiples series true crime de Parcast.
En septiembre del 2023, Google anuncia el cierre de la app Google Podcasts.
Este 4 de agosto, tras haber cerrado sus divisiones en México y Brasil en febrero de este mismo año, Wondery cierra de forma definitiva.
El mensaje es siempre el mismo.
Las tecnológicas siguen amando el poder de las historias.
Pero no como sólo audio.
Spotify insiste en que el podcast le interesa pero bajo la dinámica del video.
Google apunta en la misma dirección.
Crece su interés en el podcast, lo convierte incluso en prioridad, pero bajo el control y estilo de YouTube, la nueva gran plataforma de podcasting.
Y en Amazon coinciden.
El futuro del podcast no pasa por el audio.
Pasa por los creadores.
Por el video.
Y por el descubrimiento algorítmico que el audio jamás pudo desarrollar.
Aquí un extracto del memo enviado por Steve Boom, vicepresidente de Audio, Twitch y Juegos en Amazon (pensándolo bien, él mismo debería actualizar su cargo)
“The podcast landscape has evolved significantly over the past few years. As video podcasting has grown in popularity, we have learned that creator‑led, video‑integrated shows have different audience needs and require distinct discovery, growth and monetization strategies compared to audio‑first, narrative series.”
¿Hay esperanza para el podcast en audio?
Sólo como una experiencia muy acotada para determinada audiencia.
Si las tecnológicas han perdido la esperanza, también la mayoría de los estudios que en su momento apostaron por ello.
En México, por ejemplo, Troop y Sonoro han dejado de impulsar el desarrollo de producciones originales.
Ni siquiera esa promesa de entender el audio como producto mínimo viable para después convertirlo en propiedad intelectual para plataformas de streaming en video ha marcado la diferencia.
El problema principal no es ni siquiera la audiencia.
Es más bien un contexto en el que ni las marcas ni las plataformas entendieron cómo hacer negocio con el podcast entendido como audio.
Las burbujas tienen sus consecuencias.
Spotify y Amazon tienen su alto grado de responsabilidad en la devaluación del audio.
Esos errores estratégicos que cometen por subirse a oleadas ante el temor de quedarse fuera, funciona como efecto búmeran para industrias que quizás hubieran estado mejor sin ese boom que las pone en los reflectores.
Lo mismo está ocurriendo con las deficientes ejecuciones de Deko, aún vivo aunque con cada vez menos programas, y Blacky TV, que ya cesó operaciones, en la búsqueda mexicana por replicar el caso del streaming argentino.
El audio, cuando menos en el futuro próximo, no se va a recuperar.
Como tampoco el papel volverá a ser el motor del periodismo.
Y sí, ambos generan confianza e intimidad, pero no por eso jugarán un rol protagónico en el futuro de sus respectivas industrias.
Al podcast ya se le ha bautizado como videopodcast.
¿Qué sigue?
Que hablemos de shows sin más.
Que se comoditice a grado tal, como ya lo está haciendo, que obviemos el término.
El contenido en estos tiempos es tan líquido que calificarlo por formato resulta ocioso.
Como ocioso resulta negar lo que ha ido ocurriendo
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