LECTURA POLÍTICA
La condición de “colaborador
Noé Mondragón Norato
”
Desde 1847, los Estados Unidos no invaden nuestro país. Lo hicieron hasta desatar la guerra porque el presidente norteamericano James K. Polk era partidario de aquello que consideraba como “Destino Manifiesto”, es decir, la “natural” expansión de los Estados Unidos con base a su fuerza militar y poder económico. Fue así como logró anexar a su territorio no solo el estado de Texas, sino otros como Utah, Nevada, Nuevo México, Arizona, Kansas, Wyoming, Oklahoma, California y Colorado. Nos cercenaron más de la mitad de lo que antes era nuestra tierra. Hoy los intereses cambiaron. Es cuestión de rastrear algunas pistas.
“COLABORAR”, NO INVADIR. – Dado el nuevo orden mundial, los Estados Unidos cambiaron sus intereses. Y aunque los partidos políticos opositores al Morena, las redes sociales y los medios de comunicación afines al PAN y PRI pregonen una “virtual” invasión del vecino país al nuestro o la extradición de políticos morenistas, esto parece imposible. Porque las relaciones de tensión del pasado entre ambos países, siempre han cedido a las de colaboración. Se lee así: 1.- En su libro “Nuestro hombre
en México, Winson Scott y la historia oculta de la CIA”, el reportero norteamericano Jefferson Morley ─a través de la versión del propio Scott quien estuvo encargado de esa oficina en nuestro país─ identifica cuatro “informantes o espías” de esa agencia en territorio nacional: los ex presidentes Luis Echeverría Álvarez, Adolfo López Mateos Gustavo Díaz Ordaz y José López Portillo. Esa “colaboración” con la CIA se ligaba a la llamada “Guerra Fría” entre los Estados Unidos y la Unión Soviética. Y el natural desarrollo y “contagio” del fantasma comunista por todo el mundo. Los movimientos sociales contestatarios y contrarios a los expresidentes mencionados, se convertían en automático, en enemigos de los Estados Unidos que los asociaba con la propagación del comunismo ruso. Por eso se entiende que durante el gobierno de López Mateos se fraguara en Morelos, el asesinato en 1962, del líder agrario zapatista Rubén Jaramillo junto con toda su familia. Y con Díaz Ordaz la matanza de estudiantes en Tlatelolco en octubre de 1968. Luego, la persecución y exterminio de los movimientos guerrilleros con Luis Echeverría durante la “Guerra Sucia” de los años setenta. Dicho personaje estaba etiquetado como “férreo anticomunista”. Y López Portillo se encargó de cerrar todo ese capítulo siniestro de la historia. Nunca hubo castigo para ellos. Tampoco intento de invasión extranjera a pesar de esos crímenes de lesa humanidad. Porque eran “colaboradores” de los norteamericanos. 2.- Hasta 1981, el periodista Manuel Buendía ventiló en su columna “Red Privada”, que operaban en México 79 espías de la CIA. Buendía tuvo contacto e intercambió información con el agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar, quien fue secuestrado, torturado y asesinado en marzo de 1985 por el narcotraficante recién extraditado a los Estados Unidos, Rafael Caro Quintero. El ex agente de la DEA, Héctor Berrellez reveló que el crimen de Camarena no se ligó al descubrimiento del rancho “El Búfalo” en Chihuahua ─más de mil hectáreas sembradas con marihuana─ sino al descubrimiento que hizo de un campo de entrenamiento de la CIA en Veracruz, para mercenarios que irían al apoyo de la contra nicaragüense, es decir, un movimiento financiado por Estados Unidos para expulsar del poder al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ─de corte izquierdista─ que había derrocado al dictador Anastacio Somoza. Antes de que Buendía pudiera publicar algo al respecto, fue asesinado el 30 de mayo de 1984. Diez meses después, Camarena correría la misma suerte. 3.- En aquel tiempo, Manuel Barttlet Díaz era secretario de Gobernación en el gabinete de Miguel de la Madrid. Y fue director de la CFE con AMLO. Se le ha señalado de estar presente en la tortura de Camarena. Pero el gobierno de Estados Unidos no lo ha tocado. Ni ha pedido su extradición. Acaso porque los intereses del vecino país también cambiaron. Se entiende que, en su momento, Barttlet sabía lo que operaba la CIA en Veracruz. Y no dijo nada. Se convirtió “en colaborador” contra el avance del comunismo. Hoy, el gobierno de México también es “colaborador” de los Estados Unidos. Pero en materia de narcotráfico. Cambió el concepto. De ahí la poca o nula probabilidad de que los norteamericanos exijan la cabeza de algún político mexicano. Porque significaría ir a la caza también, de todos los del pasado. Así de simple.
HOJEDAS DE PÁGINAS…La propiedad del senador morenista Gerardo Fernández Noroña en Tepoztlán, Morelos, valuada en 12 millones de pesos, alcanzó un nivel de ruido mediático que borda el morbo, los excesos y la frivolidad. Porque si se mira bien, la “Casa Blanca” ubicada en Las Lomas de Chapultepec, propiedad de la ex esposa del ex presidente Enrique Peña Nieto y actriz de Televisa, Angélica Rivero, se cotizó en siete millones de dólares. Es decir, aproximadamente 140 millones de pesos. El costo de la casa de Noroña, palidece frente a la de Peña Nieto. La conclusión de este último y visible acto de corrupción es que, hasta 2022, dicha mansión permanece en poder de la ex familia presidencial tricolor. Porque el expediente original que contenía pruebas de presumibles actos ilícitos, simplemente desapareció. Qué tal.
Denuncia en desdeabajo Noticias!
¿Conoces o tienes fotos y videos de algún acto de posible negligencia, corrupción y abuso de autoridad? Mándalo al WhatsApp: de desdeabajoNoticias: 7443262471. ¡Compártelo! Nosotros le damos seguimiento.
Síguenos también en Twitter: @Yae31099C en Facebook: DesdeabajoAca:https://www.facebook.com/profile.php?id=1000636239783
Spanish 
English