La Razón Pura
*Cuarto Informe y lo inconmensurable
José Luis González C.
“Este no es un balance frío de una administración, este informe es un retrato de un movimiento social y político que ha hecho del humanismo y su cercanía al pueblo su sello distintivo”.
Esta fue la primer frase que atrapé sentado en la butaca donde pude acomodarme después de que fui invitado a pasar al recinto del Auditorio Sentimiento de la Nación, donde transcurría el Cuarto Informe de la gobernadora del estado, Evelyn Salgado Pineda.
Ya había superado mi resignación de que mi trabajo este día, se limitaría arrancarles algunos sintagmas a los funcionarios que iban llegando con su pase de invitados, sobre algún adelanto de su enfoque del informe u alguna otra temática de la coyuntura política y los escenarios violentos.
Atrapé unas cuantas como la que anticipaba que este iba a ser un acto de “muy buenas noticias para el pueblo”.
Sobre el concreto del encauzamiento del río Huacapa, bailaban unos tlacololeros mientras unos tigres ensayaban “el porrazo” y dos jovencitas bailaban una danza.
Una vez sorteado el laberinto de vallas metálicas, logré ingresar y todavía con la poca visibilidad por el encandilamiento, descubrí dos butacas sin ocupar, en uno de los palcos desde donde podía ver y escuchar a la mandataria ataviada de un atuendo en dos partes: una blusa de manga larga entallada y una falda holgada del color su partido (guinda), con un bordado floreado en cuello y mangas.
El Auditorio Sentimientos de la Nación olía a fiesta política. Afuera, los pasillos hervían de saludos apresurados, abrazos calculados y fotografías de rigor. Adentro, la música era una oferta del repertorio de la filarmónica y el ballet folclórico del CBTIS 56 de Iguala, mostraba sus habilidades y destrezas atribuyendo un aire cultural a un acto institucional cargado de solemnidad.
Era el día de Evelyn Salgado Pineda, la primera mujer que gobierna Guerrero, y todos parecían saberlo: funcionarios, líderes comunitarios, empresariales, eclesiásticos, representantes federales, de gobernadores, senadores y alcaldes, se dieron cita invitados ex profeso, para escuchar, aplaudir y vitorear los logros de la 4T en Guerrero.
Esa Cuarta Transformación que se ha instalado desde los programas sociales entre los adultos mayores, las mujeres, los jóvenes, los sectores vulnerables, etc., por la que han propagado el mantra: “por el bien de todos, primero los pobres”, que expresó ahí la gobernadora.
En el escenario, tras el obligado rosario de nombres y el repaso de los integrantes del gabinete recompuesto que le ha acompañado en este tramo, Salgado Pineda habló de transformación. Con voz firme, aseguró que “la transformación llegó a todos los rincones de Guerrero” y desplegó cifras que dibujaron un estado en marcha: 270 mil personas fuera de la pobreza, 9 mil 500 millones de pesos en infraestructura, más de 3 mil kilómetros de caminos rehabilitados, hospitales modernos en Tlapa y Acapulco, clínicas de hemodiálisis en varias regiones de las que promete, habrá una cuando menos en cada región, antes de cerrar su mandato. Una lluvia de números que buscaban convencer de que, a cuatro años, el cambio se toca con las manos.
La mandataria desbrozó su Cuarto informe en cinco ejes que alternando con pausas de presentación de las personas que le acompañaron e imágenes que reforzaban con evidencias las acciones de sus políticas públicas:
1.infraestructura para el Bienestar y Justicia Social.
2.Bienestar, Igualdad y Derechos Sociales.
- Transformación Turística y Desarrollo Económico.
- Administración, Buen gobierno y Gestión de Riesgos.
- Transformando Guerrero
El público aplaudía, cuando un logro era enfatizado y las imágenes se sucedían una tras otras en las pantallas digitales de alta definición con esa narrativa que se construyó desde los mismos ejes de su Plan Estatal de Desarrollo.
En los gestos serios de algunos asistentes se adivinaba la distancia entre el discurso oficial y la realidad cotidiana. Porque mientras adentro se celebraban hospitales nuevos, afuera miles de familias aún recuerdan la devastación de los huracanes Otis y John, y esperan todavía apoyos que siguen pendientes.
Ofreció el dato alentador que Guerrero está entre los estados con menos observaciones de la Auditoría Superior de la Federación, muchos se preguntaban si esa limpieza administrativa y tiene que ver con la eficacia y la disciplina administrativa o los tiempos fijados por los fiscalizadores.
Porque remarcó, llevándose sus brazos hacia sí misma como si se abrazara, que han trabajado en su gobierno 24/7, sin descanso, con honestidad, austeridad y transparencia.
La gobernadora también habló de mujeres. Resaltó la Tarjeta Violeta y la Alerta Violeta como ejemplos de una administración sensible al drama de la violencia de género. La cifra sonó poderosa: 93% de efectividad en la localización de mujeres desaparecidas. El aplauso fue automático, en este rubro que entre las filas de organizaciones feministas causa prurito y escepticismo: ¿qué tanto cambian estos programas la raíz de la violencia en un estado que sigue siendo de los más peligrosos para las mujeres?
Hubo un momento simbólico cuando Evelyn Salgado afirmó: “Nunca más un gobierno sin nuestros pueblos indígenas y afromexicanos”. La frase resonó en el auditorio, como resuenan en la Montaña o en la Costa Chica, en muchas comunidades en las siguen clamando agua potable, maestros, caminos transitables, seguridad, etc.
La gobernadora cosechó aplausos para sí misma para su padre el senador Félix Salgado Macedonio cuyo nombre resonó en el auditorio que lo hizo incorporarse y ponerse de pie: “¡Félix!”, “¡Félix!”, “¡Félix!”…
El ritual se cumplió: rendición de cuentas, discursos de cercanía, fotos familiares, amigos, gabinete, colaboradores, invitados.
La gobernadora se mostró serena, segura, convencida de que su narrativa de honestidad y cero tolerancia a la corrupción, es un capital político suficiente para sostenerse y continuar hasta cerrar su ciclo.
Pero la crónica deja un sabor agridulce. Guerrero sigue siendo tierra de contrastes: carreteras recién pavimentadas y comunidades sitiadas por el crimen, programas sociales con rostro de mujer y feminicidios que no cesan, hospitales modernos en construcción y clínicas rurales sin médicos ni medicinas.
Por eso ella lo expuso cuando se dirigió a los alcaldes y demás actores del poder: “tenemos bien puesta la camiseta y por esa camiseta que se llama Guerrero, trabajamos juntas y juntos”.
El Cuarto Informe fue, al mismo tiempo, un acto de celebración y descargo, una manera de decir que se puede marcar la diferencia, de que hay otra forma de gobernar, que quizá no sea tan nueva.
Evelyn Salgado está transformando Guerrero, administrando con más pulcritud, bregando contra la vieja herencia de rezagos, desigualdad y violencia.
Está haciendo un gobierno cercano, justo y responsable”. así lo dijo.
Al final nos recordó que es un ser humano y le puso un toque sublime a su informe que me hizo recordar a Barba Streisand cuando cantaba:/“I am a woman in love”./“And I do anything”./“To get you into my world”./“And hold you within./“It’s a right I defend”./“Over and over again”./“Soy una mujer enamorada”./“Y hago cualquier cosa”/“Para meterte en mi mundo”/ “Y mantenerte adentro/ Es un derecho que defiendo”/ “Una y otra vez”/.
El destinatario de su mensaje abierto y en público hacia su pareja sentimental fue un acto valiente inconmensurable.
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