En sus mejores años El Café La Habana fue un punto de encuentro para escritores y pensadores, quienes acudían a conversar y tomar un buen café.
Por Redacción/EL FINANCIERO
20/09/2025
Ciudad de México
Imagina ir a una cafetería de la Ciudad de México y encontrar a tu escritor favorito bebiendo un expreso; poder tomar un lechero junto a un gran revolucionario o tener horas de interesantes debates mientras el aroma del café y cigarro inundan tu nariz.
Una utopía que Café La Habana, una de las cafeterías más antiguas de la Ciudad de México, logró, ya que en sus mejores momentos fue un punto de encuentro para revolucionarios, literatos, periodistas y grandes poetas.
Aunque en la actualidad Café La Habana ya no es el sitio en el que los escritores se reúnen horas y horas para beber tazas de café y conversar, entre sus paredes y mesas se han concebido grandes ideas y hasta supuestos planes revolucionarios.
¿Cuál es la historia del Café La Habana?
Desde su origen, el Café La Habana ha sido un punto de encuentro entre diferentes ideales y culturas: fue fundado en 1952 por un español en la Ciudad de México, quien buscaba abrir un lugar para los cubanos.
“Lo fundó un español al que le decían ‘el centavo’, porque era muy bajo de estatura. Al llegar él no sabía qué era la Ciudad de México. Cuando arribó preguntó en donde había una zona de cubanos y aquí siempre ha sido zona de Cubanos”, explica sobre los orígenes Ricardo Mendoza Mendoza en entrevista con Simi Televisión.
Fue por este motivo que Café La Habana se estableció en la esquina con Bucareli y la Avenida Morelos, muy cerca de dos redacciones de periódicos, por lo cual, muy pronto el lugar se llenó de periodistas.
Desde el inicio fue un sitio que los escritores hicieron suyo, tal como lo menciona la escritora Guadalupe Pita Ochoa en declaraciones retomadas por el diario El País, en donde recuerda cómo era el ambiente de La Habana.

“Llegábamos cualquier cantidad de jóvenes melenudos, con morrales, muchos libros y que consumían poco. Casi nadie llevaba dinero, a veces solo alcanzaba para un café con leche. Pero no era un lugar para ir a comer, sino para ir a tomar café y fumar, fumar, fumar, y hablar, hablar, hablar”, recuerda.
Café La Habana dejaba de ser una cafetería, para convertirse en un club de lectura y debate: “Leíamos poesía en voz alta, versiones libres de traducciones de poetas, o de algún libro expropiado de alguna biblioteca. Era básicamente un lugar de periodistas”.
Ricardo Mendoza afirma que La Habana no fue concebido como un restaurante: “(al inicio) era cafetería, él no empezó con este monstruo que tenemos, pero gracias a que él comenzó y tuvo la iniciativa de seguir adelante, la cafetería se transformó”, dijo para Simi Televisión.
Fue así que pasaron de vender solo bebidas frías o calientes a enchiladas, chilaquiles y muchos platillos más de la gastronomía mexicana, aunque el café ha sido el producto estrella de Café La Habana.
¿Cómo eran las reuniones del ‘Che’ Guevara y Fidel Castro en el Café La Habana?
Si las paredes de Café La Habana hablaran, ¿qué no contarían? El restaurante siempre recibió bien a todas las personas sin importar sus inclinaciones políticas, uno de los aspectos que hacían tan ricos los debates.
Así, La Habana se volvió uno de los lugares preferidos para el cubano Fidel Castro, quien después de dos años en prisión en Cuba por un primer y fallido intento de revolución, llegó a la capital mexicana en 1955.
Como si se tratara del destino, la persona que le conseguía dinero al revolucionario vivía a unos cuantos pasos del restaurante, el cual se volvió un ‘lugar de paso’ para Fidel Castro, recuerda Ricardo Mendoza.
No es casualidad que luego de conocer a Ernesto ‘El Che’ Guevara — quien llegó de Guatemala a la capital en 1954— en la colonia Tabacalera, fueran a tomar café y a conversar en Café La Habana.

Fidel Castro era uno de los habitantes más frecuentes de Café La Habana. (Fotoarte: El Financiero / Crédito: EFE Manuel Carretero / Cuartoscuro Victoria Valtierra Ruvalcaba)
“El Che y Fidel se reunían aquí (en el café La Habana), porque vivían a ocho cuadras. Se sentaban y platicaban al fondo del bar”, dijo Victor García, coordinador del establecimiento, en entrevista con El País.
Se cree que durante sus largas pláticas llegaron a planear la caída del dictador Fulgencio Batista, explica Google Arts & Culture una leyenda urbana de la que solo son testigos los muros del restaurante, ya que no hay quien pueda confirmar este relato.
En caso de ser verídico, todo se debió planear con la máxima discreción, ya que Ricardo Mendoza afirma que la Secretaría de Gobernación estaba muy cerca y dado el perfil de las personas que solían acudir a La Habana “los tenían muy checados a todos”.
Con esta declaración, coincide el diario El País, quien afirma: “Al lugar acudían diariamente policías y soplones por su cercanía con la Secretaría de Gobernación”.
¿Qué escritores han visitado el Café La Habana?
Lejos de los planes de revolución, entre los famosos que llegaron a pisar el Café La Habana se encuentra el destacado escritor Roberto Bolaño, quien ayudado por la cafeína habría realizado parte de una de sus obras más emblemáticas en el restaurante.
“Roberto Bolaños aquí escribió un libro que se llamó los Detectives salvajes”, compartió Ricardo Mendoza en entrevista con Simi Televisión. Hacer una lista de los máximos exponentes de la literatura que pasaron por La Habana sería muy largo.
A pesar de ello, algunos de los nombres que más se recuerdan son los del periodista Jacobo Zabludovsky, quien “venía desde su programa que tenía a tomar café” y el del escritor Octavio Paz.
Otros pensadores y periodistas reconocidos que pisaron Café La Habana y aparecen en la placa que está en el restaurante, son los siguientes:

Cristina Pacheco visitó el Café La Habana debido a que realizó uno de sus programas ahí. (Foto: Cuartoscuro) (Cuartoscuro)
- Gabriel García Márquez
- Jesús Martínez ‘Palillo’
- Renato Leduc
- Carlos Monsiváis
- Mario Santiago Papasquiaro
- Cristina Pacheco
Menú y precios: ¿Qué venden en el Café La Habana?
En el Café La Habana un imperdible son las bebidas, ¿por qué? Lo único que se conserva original son las cafeteras: “deben tener 65 años, yo creo”, comentó Mendoza. En el restaurante también se muele el café.
Además, un clásico es el Omelette Habana preparado con pierna de cerdo horneada, con chorizo, papa cocida acompañada con salsa roja, queso y plátanos fritos, explica Rosalba Zabaleta en entrevista con Google Arts & Culture.
Aunque comenzó como una cafetería el menú es sumamente amplio e incluye sopas, pastas, sándwiches, tortas, pescados, mariscos, aves, carnes, machetes y hasta postres, sin contar con su amplia variedad de bebidas, pues se ofrecen cafés, tés, bebidas frías, cervezas y vinos.
Los precios van de los 63 pesos (por la sopa del día) a los 315 pesos (por la carne Habana con chistorra, guacamole, tocino y plátanos fritos). Las bebidas cuestan desde 35 pesos (por el agua embotellada) a los 155 pesos (por el agua de fruta natural de 2 litros).
¿En dónde está el Café La Habana?
El Café La Habana se encuentra ubicado en el mismo lugar desde su fundación: en la esquina de Bucareli con Avenida Morelos. La dirección completa es avenida Morelos 62, Juárez, Cuauhtémoc, Ciudad de México.

El restaurante abre de lunes a sábado en un horario de 7:00 de la mañana a 12:00 de la noche, a excepción de los domingos cuando abren a las 8:00 de la mañana y cierran a las 11:00 de la noche.
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