EN OPINIÓN
De poder a poder.
Héctor Manuel Popoca Boone.
Si definimos al poder como el ejercicio de control y dominio de seres, cosas, actividades, recursos, modos de vida y comportamientos sociales dentro de un territorio determinado; podemos considerar que, en un país, región, ciudad, o comunidad dada, coexisten diferentes poderes que son detentados por uno o diferentes grupos sociales de los cuales el preponderante será aquel que tiene la supremacía y predominio de la fuerza violenta, legal o ilegal, para imponer su voluntad a los demás y marcar el orden que debe acatarse ineludiblemente por el conglomerado.
En el municipio, concretamente hablando de la ciudad de Chilpancingo existen: I.- El poder político. Formalmente lo detenta la presidencia municipal democráticamente surgida de la clase política, conformada por partidos políticos que, bajo las leyes establecidas y bajo pacto social constitucional tiene a facultad junto con sus instituciones, leyes y bandos, a dirigir la gobernanza y otorgar gobernabilidad adecuada, circunscrita al territorio municipal; teniendo facultades de recabar recursos fiscales para su sostenimiento. Para tal efecto, cuenta también con la coadyuvancia de los gobiernos superiores: estatal y federal; imponiéndose y ejerciendo la fuerza institucionalizada, representada por la policía municipal.
II. – El poder económico. Representado por los grupos empresariales que poseen capital económico y que influyen y actúan para hacer valer sus intereses propios de clase social, a través de las ganancias económicas emanadas de sus empresas y negocios particulares. Es un poder que se genera mediante dinero lícito acumulado gracias a sus capacidades y habilidades empresariales y profesionales; arriesgando su capital privado que colocan ya sea en el comercio, la producción de mercancías y de servicios; generando empleo a la clase trabajadora que vende su fuerza de trabajo. También los empresarios escrupulosos tienen capacidad de vincular el medio urbano con el medio rural que es el generador de alimentos básicos.
III. – El poder ideológico de las creencias sociales en general, pregonadas por las iglesias, centros de estudios y grupos pensantes de investigación social organizada que actúan en el conglomerado civil; tratando de escudriñar, convencer y expandir su propia fe, convicciones, e ideales; difundiendo los principales aspectos de su fe, principios, moral, ética y civilidad, motivados por las circunstancias de convivencia que prevalecen en la sociedad.
IV. – El poder militar nacional. Constituido por las fuerzas armadas (ejército, marina y guardia nacional), constituidas y financiadas por el gobierno federal establecido; mismas que están destinadas a proteger al pueblo y a preservar nuestra soberanía nacional; cuyos centros de operación son los cuarteles que fungen como sedes de acción regional y cuyo comandante general es localizado en el Poder Ejecutivo de la Nación.
V. – El poder de la delincuencia organizada. Contemporáneamente surgido en grupos dedicados al delito que usan la para lograr sus finalidades con fuerza eminentemente violenta e ilícita; otorgándoles a su vez fuerte poderío económico y preeminencia social. Originalmente deriva de la muy lucrativa producción y tráfico de estupefacientes, que les permite actuar con suficiente impunidad mediante el soborno, la extorsión, el homicidio y la tortura para infundir temor y terror para expandir sus acciones ilícitas e incursionar en otras actividades generadoras de ingresos económicos ya sean estas legales o francamente ilegales.
VI. – El poder ciudadano. – Generado por movimientos civiles contestatarios y/o reclamantes al poder gubernamental establecido. Provocado por las múltiples ineficiencias, contradicciones, latrocinios y falsedades en los actos de gobernar. Motivados por causas, reivindicaciones y luchas de carácter social, específicas o generales, que nacen del hartazgo en malestares, injusticias, imposiciones, sumisiones y afectaciones paralizantes en el ámbito civil, que dada su agudeza con la que actualmente se presentan lesionan sus derechos humanos y su convivencia y quehacer cotidiano pacífico dentro de la sociedad.
En su devenir para expandir sus intereses, el comportamiento de estos poderes, entran en contradicciones, pugnas y disputas entre sí; o también en alianzas, complicidades y contubernios mutuos por establecer algunos objetivos comunes. Con los resultantes ya conocidos por todos. Por ejemplo, en la ciudad capital de Guerrero el poder dominante de facto es la delincuencia organizada, que ha infiltrado al poder político y al económico lo mantiene extorsionado y a la ciudadanía sometida mediante el temor y la violencia; las víctimas son a cuenta de ciudadanos, sacerdotes, políticos y funcionarios o políticos que no se someten o pactan en lo oscuro. Las estadísticas de la criminalidad asi lo señalan. El poder militar se mantiene impertérrito y contemplando, con algunos de sus malos elementos ya convertidos en cómplices de la delincuencia organizada. Las creencias de la paz social cada día se ven más remotas de alcanzar. ¿O no?
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