LECTURA POLÍTICA
La “reflexión” de Astudillo
Noé Mondragón Norato
Las bajas pasiones políticas del país no buscan transformar de fondo un cierto estado de cosas sino mantenerlo, abrazar ese cuerpo tumefacto y degenerado, identificarse plenamente con él. Pero, sobre todo, multiplicarlo en todos sus defectos y vicios. Venden un discurso de cambio fincado en una presumible honradez que está muy lejos de ser verdadera. Plantean que ahora sí y por fin, las cosas serán diferentes. Como si todos los ciudadanos estuvieran esperando ansiosamente, a ese emisario de “los resultados”. El “iluminado” que resuelva todos los problemas. El “mesías” político al cual colgarle los nuevos collares con frescas flores de cempasúchil. Como si fuera un santo o deidad. En su descargo y ante tanta pleitesía rendida por miles de incautos, ellos se regodean hablando de paz y estabilidad. De prometer lo imposible. Ponderan estrategias exitosas en la gobernanza pública sin haberlas puesto nunca en la práctica. Porque nunca han tenido el poder que persiguen. A veces, ni siquiera un cargo menor. Es cuestión de pulsar cómo se están moviendo algunos para entenderlo mejor.
ESTRATEGIAS, NO RESULTADOS. – Hay varios escenarios opositores al Morena que ya se están construyendo rumbo a la sucesión gubernamental de 2027. Se leen así: 1.- Apenas el pasado 13 de septiembre, el exgobernador Héctor Astudillo llamó a formar una alianza partidista opositora. La vendió como “reflexión”, pero es obvio que ya tiene trazado ese camino. “Yo no soy nadie como para andar diciendo que se haga o no se haga una alianza, no soy dirigente de un partido nacional ni de un partido local, es una reflexión, una valoración”, asumió. El punto es que el empresario Pedro Segura Valladares comenzó a moverse en los últimos días. Puso bajo los reflectores mediáticos y de las redes sociales a varios de sus seguidores en Ometepec. Ahí estuvo su hermano. Se placea abiertamente en otros lugares. El punto es que, de acuerdo con trascendidos políticos, Segura sería postulado como candidato a gobernador justamente por el partido MC, cuyo propietario en Guerrero es Héctor Astudillo.
Lo anterior con la venia y apoyo del también ex gobernador tricolor Rubén Figueroa Alcocer. El punto es claro: con un posicionamiento aceptable en las encuestas del polémico empresario, y que incluso, alcance y rebase al senador priista Manuel Añorve Baños, este último sería llamado por ambos ex gobernadores tricolores, a declinar a favor de Pedro Segura. Astudillo ya evaluó que Segura está vendiendo el factor “novedad” que Añorve ya perdió. 2.- A este escenario de eventual declinación se sumaría el actual edil de Chilpancingo, el panista-priista Gustavo Alarcón Herrera, cuya afinidad de poder con el PRI de Añorve, Figueroa y con el propio Pedro Segura, ha quedado más que evidenciada. Pero lo que más perturba es un asunto que pretende pasar desapercibido: ¿por qué el gobierno federal detuvo el pasado 12 de agosto y luego el 20 de ese mismo mes liberó a Pedro Segura, fincándole cargos por su presunta intervención en el caso Ayotzinapa? ¿En verdad es un informante de la DEA tal y como el propio empresario lo sugiere públicamente y entonces dicha agencia estadunidense intervino a su favor? ¿Acaso fue pactada esa entrega y posterior liberación con Omar García Harfuch? ¿O fue una forma deliberada de “victimizarlo” y mandarlo a la competencia con el fin de restarle puntos en las encuestas al senador Toro? En los juegos perversos del poder, todo es absolutamente posible. 3.- La maniobra del exgobernador Astudillo topa, sin embargo, con realidades política duras. Porque ni el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas ni el propio Manuel Añorve estarían prestos a “perdonar” al personaje que los traicionó renunciando a la militancia tricolor para convertirse en propietario del MC. Y menos a formar una alianza partidista con él. De ser hipotéticamente así, podrían demandar que el candidato de la eventual alianza PRI-MC-PAN fuera Manuel Añorve y no Pedro Segura. Y es algo que el empresario no aceptaría. Así, y fuera el MC de la alianza PRI-PAN, el partido naranja rondaría la pérdida de su registro. Esa es “la reflexión” que realmente preocupa a Héctor Astudillo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Para mandar la señal de que el MC es un partido con baraja política amplia en lo referente a la designación de su candidato a gobernador para el 2027, el exgobernador Héctor Astudillo descartó a la polémica alcaldesa morenista de Acapulco, Abelina López, como nueva militante del MC. Y si esta última acudió al informe de la diputada local emecista Erika Lhürs, en septiembre pasado, Astudillo lo calificó como “un acto de civilidad política”. Sin embargo, ¿por qué no fue a ese evento ningún otro aspirante a gobernador por el Morena? ¿Acaso los invitó y ninguno de ellos asistió? Abelina sabe en el fondo, que ya cayó de la gracia política presidencial. Y entonces le hace guiños políticos a quien se deje. Pero su capital político deflagró. Su imagen en consecuencia está muy devaluada. Con Abelina como eventual candidata del MC a gobernadora, en vez de inflar sus votos, el partido naranja los perdería. Astudillo cometió un error de cálculo político al invitarla. Y después quiso recular. Pero fue demasiado tarde.
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