Zona Cero
“No tengo nada que esconder”, responde Héctor Astudillo
Roberto Santos
El exgobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, rompió el silencio sobre la reciente revocación de su visa por parte del gobierno de Estados Unidos, ocurrida el pasado 31 de julio, negando cualquier vínculo con grupos delictivos y calificó las acusaciones en su contra como parte de una “guerra sucia y cobarde”.
La noticia de la revocación de su visa, filtrada a medios nacionales, desató especulaciones sobre una posible investigación en su contra.
Astudillo expresó su sorpresa por la difusión del hecho, ya que —según afirma— fue notificado únicamente por correo electrónico, un documento que, asegura, solo él tenía en su poder.
“Claramente fue con mala intención”, subrayó, al cuestionar la forma en que la información se hizo pública.
El exmandatario estatal negó cualquier sanción o imputación formal. “La revocación no implica culpabilidad ni me han informado de las razones reales.
Lo sabré cuando comparezca ante un funcionario estadounidense”, explicó.
De momento, ya inició el proceso para recuperar el documento, que le fue retirado, insiste.
También sugirió que el trasfondo del asunto podría estar relacionado con declaraciones que hizo días antes sobre los aranceles al jitomate impuestos por Estados Unidos, en las que advirtió del impacto económico que estos tendrían para productores y jornaleros guerrerenses.

“Quizá eso incomodó a algunos sectores”, dijo. Astudillo Flores ha señalado que las acusaciones que lo vinculan con el crimen organizado no tienen sustento y responden, dijo, a intereses políticos y personales.
“Me quieren dañar con perversidad y ruindad, pero no lo van a lograr”, sentenció. Agregó que tiene plenamente identificados a quienes han impulsado lo que considera una campaña de desprestigio, tanto de forma abierta como desde el anonimato.
A cuatro años de haber dejado el cargo, el exgobernador asegura que jamás había enfrentado una acusación “tan grave y malintencionada”.
En ese sentido, adelantó que tomará acciones legales contra quienes, a su juicio, han calumniado su nombre.
“La libertad de expresión no ampara la calumnia. Hay daño moral y voy a actuar conforme a la ley”, dijo.
El ahora emecista ha evitado caer en un tono de victimización, aunque reconoció que su sola presencia en Guerrero provoca reacciones adversas.
“Resulto incómodo, y por eso atacan. Pero no me van a doblegar”, afirmó. Asegura estar tranquilo, con la conciencia limpia y confiado en sus valores personales.
“No soy perfecto, pero siempre he estado del lado correcto”, puntualizó. Finalmente, envió un mensaje a los guerrerenses: “Puedo caminar libremente por el estado y por todo México.
No soy un delincuente, y voy a defender mi nombre”. Con esta declaración pública, Astudillo busca frenar una narrativa que, según su apreciación, pretende desacreditarlo a toda costa. El tiempo —y las investigaciones oficiales—determinarán el desenlace de esta historia, que ha sacudido el panorama político guerrerense.
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