LECTURA POLÍTICA
Claudia, Marcelo y Aguirre; metidos en Guerrero
Noé Mondragón Norato
Nadie debió sorprenderse. Tratándose del exgobernador priista-perredista Ángel Aguirre Rivero, cualquier maniobra se justifica y entiende. Aunque sea ignominiosa y hasta descalificable. Subyace de fondo la permanencia. El nocivo hábito de resistirse a la jubilación política. Reciclarse pese al visible agotamiento de los ciclos del poder. Intentar redimirse ante la opinión pública de un pasado bañado por la polémica en el ejercicio del poder. Mostrar el músculo a todos sus adversarios vendiéndose como exitoso operador político. Esto último parece ser la más rentable apuesta de dicho exmandatario estatal. Es cuestión de ubicar su movilidad para confirmarlo.
SUCESIÓN EXPLOSIVA. – En la ruta de la sucesión gubernamental de 2027, los personajes que la disputan se arropan, acuerdan y hacen alianzas. La que está causando estupor es la de Ángel Aguirre, la presidenta Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. Se lee así: 1.- En corrillos políticos corre fuerte la especie: a falta de un operador político exitoso en Guerrero por parte del actual secretario de Economía, Marcelo Ebrard, este se estaría decantando por Aguirre para que opere aquí sus intereses en dicha coyuntura. El antecedente lo confirma: Ebrard fue en su momento, la bisagra que abrió la puerta de Aguirre Rivero para que el PRD y la tribu los chuchos de Nueva Izquierda −la misma que aprobó el infame Pacto por México de Peña Nieto y llevó a ese partido a la quiebra electoral−, lo postularan como su candidato a gobernador en la elección de enero de 2011. Esa amistad entre ambos personajes se fortaleció.
Y Marcelo ya percibió que la alcaldesa de Acapulco, la morenista Abelina López Rodríguez es un cero a la izquierda. No le aporta nada a su proyecto presidencial de 2030, el cual él mismo abrió apenas cuando Claudia Sheinbaum había sido decretada como ganadora de la elección presidencial. Aunado a que Abelina se convirtió en rémora. Por la serie de dislates, frivolidades y errores cometidos. Por eso mismo, la movilidad política del exgobernador se intensificó en las últimas semanas. 2.- La confirmación de lo anterior se dio a partir de una elocuente lectura: en todas las encuestas Abelina López aparece por debajo de la senadora perredista-morenista, Beatriz Mojica. Es decir, la capacidad de disputar la candidatura a gobernador por parte de la alcaldesa se ha visto mermada y limitada. Por eso mismo, Marcelo posó la mirada en la senadora morenista a la que Aguirre Rivero alienta con todo su grupo político. Incluido el inefable y convenenciero, Mario Moreno. En el contexto anterior una cosa parece clara: si Claudia ya negoció con Marcelo Ebrard la candidatura a gobernador por Guerrero para la elección de 2027, sería ese el anticipo de que efectivamente, sería apoyado por la presidenta para la elección presidencial de 2030. Una forma de tomar distancia adelantada del expresidente AMLO. Y la estridencia del ruido mediático acaparado por Esthela Damián Peralta −la actual subsecretaria de Prevención de la Secretaría de Seguridad Pública federal− se plasmaría en ese mismo escenario, dados los apoyos de cientos de priistas que sumaría. Entre ellos el del exdirigente estatal del PRI, Cuauhtémoc Salgado Romero. Es decir, se trata de quitarle a AMLO el control en la designación del candidato a gobernador. De lo contrario la presidenta quedaría relegada. Y Marcelo también. Por eso se entiende la demostración de fuerza política aplicada por Claudia en su Mañanera, contra el senador Toro. 3.- El hecho de mandar al exdirigente estatal del PRD Alberto Catalán Bastida, cuadro político de pura cepa aguirrista, como “distinguido militante del PRI” –pues fue nombrado por “Alito” secretario general adjunto de la presidencia del CEN del PRI, excluyendo y cercenando derechos a la vieja militancia tricolor−, forma parte de la estrategia política de doble banda del exgobernador Aguirre. Porque por un lado manda la señal a la presidenta Claudia Sheinbaum de que jugaría la sucesión gubernamental en el PRI si la negociación en el Morena se descarrila. Y por el otro, que unido al senador Manuel Añorve y a una eventual ruptura interna de grandes dimensiones en el Morena-Guerrero, daría forma a una triada política integrada por Añorve-Figueroa-Aguirre. Más toda la vieja escuela política del pasado que se sume. El PRI más vetusto negado a irse. Desde luego, este bloque político contaría con los apoyos soterrados del propio Marcelo Ebrard que está sumamente interesado por lo que ocurra en Guerrero. La política es de operación. Y todos los grupos ya lo están haciendo. Del Morena y del PRI. También de los partidos bonsái. El ensayo podría ser explosivo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…La que se instaló de plano, en una especie de sueño guajiro, es la diputada federal del Morena, Yoloczin Domínguez Serna. Sin visión, olfato ni fogueo político verdadero −pues como diputada local fue de Día de Campo, sin aportarle absolutamente nada positivo a los guerrerenses con su tarea legislativa, así como lo redita en la curul federal−, se sumó como muchos otros advenedizos de la política, a la pelea por la candidatura a gobernador por el partido guinda. Posteó en su cuenta de Facebook: “se aprobó la reforma de No Reelección y Nepotismo para el 2030. 2027…No diré nada, pero habrá señales”. El atrevimiento y la insolencia parecen no tener límites. Pero será la coyuntura de poder la encargada de ir desechando progresivamente, esos arrebatos e impulsos desbocados propios de quienes no alcanzan a entender ni a medir, su propia circunstancia.
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