Palabras Mayores
“Ni rateros, ni pendejos, ni huevones”
con Xóchitl, pero se colaron en fotos
por Jorge Romero Rendón
En su discurso en el Ángel de la Independencia en la Ciudad de México, la virtual candidata a la presidencia de la república del Frente Amplio por México, Xóchitl Gálvez Ruiz, advirtió que en su eventual gobierno no tendrán cabida “ni rateros, ni huevones ni pendejos”, aunque lamentablemente s5r45e le colaron varios en las fotografías de su reciente visita a Acapulco, avalados por dirigentes de los partidos que la apoyan.
Es el caso de personajes de muy mala fama que andan buscando candidaturas o al menos una chamba, escudados en la “fuerza” de su pasado político que supuestamente podría aportarle votos a la candidata de la alianza PRI-PAN-PRD.
Un mal ejemplo del intento por volver a figurar es el del expresidente municipal de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre –quien cumple varios de los requisitos mencionados por doña Xóchitl-, o de su escudero político, Ramiro Solorio, que nunca se le despegaron al dirigente nacional perredista, Jesús Zambrano, apareciendo en todas las fotos de los eventos de Gálvez en el puerto.
Lo que motiva al menos dos reflexiones muy importantes sobre el tipo de candidatura que quiere construir Xóchitl Gálvez de cara al próximo proceso electoral concurrente del 2024:
¿Será una candidata ciudadanizada que responda a las expectativas sociales o se sujetará a los intereses y compromisos de los partidos que la apoyan…?
Obviamente en el régimen de partidos que predomina en México, la candidatura de Xóchitl debe contar con el apoyo de los partidos políticos y de sus estructuras para hacer viable su campaña. Pero también es cierto que por primera vez en mucho tiempo, la suya es una candidatura que ya ha permeado en la sociedad civil y que hay centenares de grupos de apoyo ciudadanos que ven en ella una alternativa política para dar lugar a una nueva fase de alternancia democrática, que podría construir una nueva estructura de promoción al voto paralela a los partidos.
En esas condiciones, dar preferencia a los intereses de los partidos representaría una gran pérdida para Gálvez, pues ya se sabe que los partidos de la coalición que la apoya –PRI, PAN y PRD- no tienen capacidad de triunfo por sí mismos frente a Morena. Por lo que debe buscarse un equilibrio entre ambos sectores –sociedad y partidos-, dando preferencia a la imagen y expectativas ciudadanas, evitando el apoyo de posibles candidatos cuestionados para ocupar senadurías, diputaciones locales y federales, y presidencias municipales, e incorporando a ciudadanos distinguidos y de buen nombre a algunas de las principales candidaturas.
Eliminar a los malos y apoyar a los buenos y de buen nombre será la mejor fórmula para dar credibilidad ciudadana –y por ende, partidista- a doña Xóchitl, al margen de sus propuestas y posiciones políticas y personales de ella como candidata y como personaje público cuya figura sufre ya el acoso del escrutinio permanente que ya no le abandonará en medios de comunicación y en redes sociales…
¿Cómo le harán los partidos…?
¿Mantendrán los partidos sus compromisos internos para repartir candidaturas…?
No cabe duda que antes de haber sido declarada ganadora del proceso interno por la candidatura presidencial, Xóchitl Gálvez ya ha rebasado las expectativas de partidos y ciudadanos, convirtiéndose en un fenómeno político-social altamente competitivo rumbo a la elección del 2024.
Y que, como citamos arriba, no puede darse el lujo de perder puntos dejándose ver, y menos conviviendo en alianza política de campaña con personajes señalados de ser “rateros, huevones o pendejos”. Sobre todo porque en las expectativas de la sociedad civil, se busca que la candidata sea un ejemplo de auténtica pureza política y moral.
Pero ante eso se erige el muro de los políticos profesionales y de sus estructuras partidistas que presionan por obtener cargos a cambio de su apoyo político, que también suma –aún- votos. Lo malo es que muchos de ellos han acumulado una mala fama hecha de fraudes, peculados y otras lindezas, cuyas caras no se pueden lavar, y que aún lavadas atraen el rechazo de la gente.
Lo peor es que en una elección tan encarnizada como la que viene se requiere de todos los apoyos posibles, y ya hemos visto cómo los partidos adoptan a quien sea que aporte dinero, votos o presencia regional –incluídos los de cacicazgos tradicionales-.
Por lo que veremos una muy tradicional selección de candidaturas vía intereses personales y de grupos, en los que será difícil ver ciudadanos independientes. Y más difícil será por el factor de creciente influencia del crimen organizado en los procesos electorales, en especial presidencias municipales.
Así que el tema de las candidaturas a cargos legislativos y municipales –que será polémico sobre todo ante la perspectiva de la competitividad, tanto de Morena como partido del presidente, como de una crecida oposición-, será una moneda en el aire que acarreará más problemas que la pura elección presidencial…
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