The Muffin
DAZN y el Mundial de Clubes: el viejo futbol se convirtió en el nuevo futbol
Storybakers:
El Mundial de Clubes marcará un antes y un después.
Aunque los medios se regodearon con notas previas que hablaban de reducciones en el precio de los boletos y de falta de interés de los anunciantes, el Mundial de Clubes ha sido un éxito.
Es cierto que no ha estado exento de entradas pobres, pero ese factor tiene más que ver con una deficiente selección de los equipos participantes que con un fracaso del Mundial como formato.
A ese respecto, El Español publicó una tabla comparando las asistencias a los partidos de la primera ronda con la capacidad de los estadios.
La FIFA, al cierre de la primera tanda de partidos, reporta un 58% de asistencia a los estadios.
No es un logro menor.
El Mundial de Clubes, a diferencia de la Copa del Mundo, no goza de la unión de todo un país en torno a un equipo.
No garantiza, tampoco, el turismo deportivo que provoca un encuentro multicultural en las calles.
Depende, en cambio, del arraigo, historia, popularidad y geografía de cada uno de los equipos participantes.
Dicho lo anterior, se comprende que un partido como el del Ulsan de Coreo del Sur vs Mamelodi de Sudáfrica tuviera apenas 3 mil 412 asistentes.
Pero también está el notable efecto que se genera cuando en cuestión de días se puede ver un PSG vs Atletico de Madrid, al Real Madrid en el debut de Xavi Alonso como técnico y al Inter de Milán enfrentándose al Monterrey mexicano.
El primero y el segundo resultaron de atractivo global.
El tercero gozó de un notable impacto en México y Estados Unidos.
Para medir la trascendencia del Mundial de Clubes ha de hablarse de la conversación que genera.
De la relevancia cultural que ha alcanzado en las interacciones de a pie.
Es ahí donde el Mundial de Clubes se destaca como el último gran invento de la FIFA.
Quizás haya que trabajar en la elección de la sede para ediciones futuras y en el mecanismo para garantizar que sean principalmente equipos de popularidad los que estén ahí, pero es incuestionable la relevancia global que ha alcanzado.
Lo ha hecho, además, en múltiples horarios de oficina en distintos mercados.
En Latinoamérica no hay día que no se hable de lo que ocurrido en el Mundial de Clubes.
Aunque se asumía que Europa terminaría dominando por completo, el Botafogo derrotó al vigente Campeón de la Champions League.
El resultado le dio la vuelta al mundo.
El Real Madrid, en su debut, no pudo ganarle al Al Hilal de Arabia Saudí.
El Porto quedó casi eliminado tras perder con el Inter de Miami gracias a un gol de Lio Messi.
El Mundial de Clubes se ha convertido en un generador de páginas históricas para el futbol en cuestión de días.
Atendió correctamente la necesidad de reconfigurar la geopolítica del futbol.
Identificó el extravío identitario en que están cayendo las ligas locales, donde siempre ganan los mismos y donde el interés cada vez se pierde más.
En esa reinterpretación del juego, DAZN ha sido una pieza clave.
En parte por necesidad y en parte por estrategia, DAZN optó por entregar todos los partidos del Mundial de Clubes de forma gratuita.
¿En qué ha derivado esa apuesta?
En que por un momento el futbol ha vuelto a sentirse como un bien común.
Y ese efecto se manifiesta de inmediato en la trascendencia de lo que ocurre.
La gente habla del Mundial de Clubes.
La gente habla de DAZN.
Se produce por primera vez, más allá de los muy esporádicos momentos en Copas Intercontinentales y en el anterior formato del Mundial de Clubes, un verdadero enfrentamiento continental entre América y Europa.
La gratuidad garantiza trascendencia.
La gratuidad paga de otras maneras a quienes la practican.
Por unos días, el futbol ha vuelto a ser tan relevante como solía ser hasta antes de que las plataformas de streaming fragmentaran la atención entre ricos y pobres.
Entre los que pueden y entre los que no pueden.
El futbol en televisión ha llegado a tal extremo que a veces aún estando suscrito a tres plataformas, no es posible verlo porque ha llegado una cuarta a la que has de suscribirte por sólo un partido.
La gratuidad genera fenómenos culturales que no se ven de otra manera.
El único servicio de pago que se aproxima a ese tipo de efecto es Netflix con su capacidad de masificar lo que presenta.
Al nuevo entendimiento de la geopolítica del deporte y a la gratuidad a través de DAZN, se suma un tercer factor que es también sintomático.
En el Mundial de Clubes, cuando menos en Latinoamérica, no ha importado sólo lo que pasa en la cancha.
El supuesto crush o match entre Marc Crosas, ex jugador del Barcelona y hoy analista de futbol, y la narradora argentina Lola del Carril se convirtió en un melodrama en sí mismo.
La gente comparte lo que se dicen.
La gente aplaude los intentos de Crosas.
Se ríe del desinterés de Lola del Carril.
Ocurre todo desde la transmisión en vivo de Crosas a través de TikTok cuando le toca compartir espacio con Lola.
La gente ve el partido con DAZN como first screen.
Y esa misma gente se come como palomitas el show montado por Marc Crosas y Lola del Carril.
Su historia, vale decir, no depende de lo atractivo que resulte el partido en la cancha.
De hecho, su gran explosión se produjo en un cero a cero en el que la audiencia se concentró mucho más en los piropos de Crosas y en los silencios que muchos interpretaron como tensión sexual.
En el Mundial de Clubes incluso el árbitro se ha convertido en espectador.
La incorporación de una cámara sujetada a su cuerpo abrió nuevas perspectivas de un partido.
No sólo por lo que captan, también por lo que dicen.
Aquí, por ejemplo, se ve el modo en que la cámara del árbitro mexicano César Ramos captó el primer gol de Boca Juniors en el Mundial de Clubes.
El “TÚNEL” que tira el árbitro César Arturo Ramos en plena jugada de Lautaro Blanco y el gol de Boca, todo desde la cámara corporal.
— Ataque Futbolero (@AtaqueFutbolero) June 17, 2025
Increíble toma. 😅📹pic.twitter.com/9E2BkPhjuY
Queda para la reflexión que el dirigente más crítico del Mundial de Clubes haya sido Javier Tebas.
El mismo que un día calificó la Kings League como un circo.
Respecto al Mundial de Clubes, habla de que se ve mal futbol.
Que los equipos no tienen ritmo.
Que parecen partidos amistosos.
Y sin embargo, el mundo entero está hablando de ellos.
La FIFA lo ha hecho.
Ha creado una nueva gran competencia.
Y DAZN ha sido el insospechado gran aliado para que ocurriera.
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