¿Y si eliges una carrera poco popular, pero con mente abierta?
Marcial Campuzano
06/08/2025
Chilpancingo, Gro.
La Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro) tiene un dato que llama la atención: más de 3,000 espacios en licenciaturas con poca matrícula. Esto quiere decir que, mientras cientos de jóvenes se quedan fuera de sus primeras opciones, hay carreras donde los salones siguen vacíos. Y surge una pregunta inevitable: ¿vale la pena estudiar una carrera universitaria que no quieres?
Muchos dirán que sí. Que es mejor estar en la universidad que en casa. Que cualquier título abre puertas. Que se puede “agarrar cariño” a la carrera con el tiempo. Y aunque esas frases tienen algo de verdad, también esconden un problema serio: el conformismo disfrazado de oportunidad.
¿Qué pasa cuando estudias algo que no te gusta?
Lo más probable es que termines frustrado. La motivación cae, las materias se vuelven una carga y el rendimiento se desploma. En el peor de los casos, se abandona la carrera. Pero incluso si logras terminarla, ¿de verdad quieres dedicar tu vida profesional a algo que no te llena?
Estudiar sin pasión no solo te afecta a ti. También afecta al entorno laboral, donde hay profesionistas que trabajan por obligación, sin compromiso, y muchas veces sin las habilidades blandas que solo se desarrollan cuando hay entusiasmo real por lo que se hace.
¿Y si eliges una carrera poco popular, pero con mente abierta?
Esa es la otra cara de la moneda. Hay carreras con baja demanda que tienen gran potencial: mejor atención personalizada, menos saturación laboral, y en algunos casos, nichos de especialización poco explorados. Si logras encontrar un propósito dentro de ellas, podrías destacar más fácilmente que en una carrera saturada.
Pero eso requiere algo fundamental: una orientación vocacional real, y no solo tomar lo que queda por desesperación o presión familiar.
¿Qué le toca hacer a la UAGro?
La universidad tiene el reto de no solo llenar espacios, sino formar estudiantes comprometidos. Eso implica replantear el sistema de admisión, fortalecer los programas de orientación y dar a conocer mejor las opciones académicas. También debería promover la movilidad entre carreras, porque no siempre acertamos a la primera, y eso está bien.
En conclusión, elegir una carrera es una de las decisiones más importantes en la vida. No debe tomarse a la ligera, ni por presión ni por estadística. Si vas a estudiar una licenciatura, hazlo con propósito. De lo contrario, puede que logres un título… pero no una vida que te entusiasme vivir.
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