Tumbando Caña
Tímido y dulce sacerdote humilla a los pobres
Juan Antelmo García Castro
Ignoro quién se irá al cielo o al infierno cuando llegue nuestra hora de entregar cuentas al creador, si este triste mortal pecador por (en este tema) ser portavoz del pueblo o un abnegado padrecito que es acusado de presuntamente humillar a la gente pobre, favorecer a los ricos y exigir dinero a cambio de consejos espirituales, conducta reprobable porque es contraria a los principios fundamentales del cristianismo y del sacerdocio católico…Me refiero al clérigo
católico encargado de la iglesia del barrio San Mateo, Jorge Amando Vázquez Rodríguez, quien hace 37 años fue ungido como humilde sacerdote, pero hoy día es tan grande su egolatría que se siente un gran pensador, por no decir un cuasi ser divino…Según me comentan vecinos que nacieron y siguen residiendo en ese barrio bravo de Chilpancingo, hay una gran diferencia entre Jorge Amando Vázquez Rodríguez y su paisano (de Zumpango) “el padre Osvaldo(+) y el padre Berna(+), quienes fueron muy solidarios, muy comprensivos, con todos los feligreses de nuestra iglesia y los seguimos recordando con mucho cariño, pues se dieron a querer por sus buenas acciones”…Además de denunciarlo por “humillar a los pobres y favorecer a los ricos”, Jorge Amando Vázquez es señalado de exigir dinero (quinientos pesos por sesión, aseguran) a cambio de consejos espirituales, citando a las “ovejas descarriadas”, o más bien a los incautos, en sus lujosas oficinas privadas ubicadas por el rumbo del zoochilpan, cuando las pláticas religiosas o los secretos de confesión se deben realizar en la iglesia, sin exigir honorario alguno, salvo la tradicional limosna voluntaria…Evidentemente -de ser verdad tan temerarias quejas- que esa conducta es contradictoria con el Evangelio, porque Jesús defendió a los pobres y marginados; condenó la hipocresía religiosa y el favoritismo hacia los poderosos (Lucas 4:18, Mateo 23)…Recuerde señor Jorge Amando que un sacerdote está llamado a servir a todos por igual, especialmente a los más necesitados…Además, humillar a los pobres es un acto de soberbia e injusticia y va en contra de la caridad cristiana, que es el amor concreto hacia el prójimo, especialmente hacia quienes más sufren…El trato preferencial hacia los ricos, por interés o adulación, también contradice el mensaje cristiano de igualdad ante Dios…Cobrar dinero a cambio de consejos espirituales o de los sacramentos, puede caer en el pecado de simonía, que es la venta de bienes espirituales; una práctica condenada severamente por la Iglesia, que si bien es cierto permite donativos voluntarios, pero jamás puede haber una exigencia económica como condición para recibir orientación espiritual…En ese contexto, “padrecito” Jorge Amando Vázquez Rodríguez, un sacerdote tiene una gran responsabilidad como guía espiritual; sin embargo, usar ese rol para manipular o beneficiarse económicamente es abuso de poder…Por lo anterior, amigos del tradicional barrio San Mateo, si el sacerdote de referencia sigue incurriendo en esas acciones, debe ser reportado al obispo o a la diócesis correspondiente, ya que la Iglesia tiene mecanismos para investigar este tipo de comportamientos, pero no se queden callados por temor, Dios no es castigador, o de lo contrario busquen orientación en otra comunidad o un sacerdote más coherente con los valores evangélicos, no a un mercenario de la doctrina cristiana.
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