DISRUPTIVA
Congreso de Guerrero y la reconstrucción de la Biblioteca
Miguel Ángel Santos
Después de más de tres años de abandono, controversia y opacidad, el proyecto de la Biblioteca Siervo de la Nación del Congreso del Estado de Guerrero finalmente encuentra rumbo.
El reciente anuncio del reinicio de su construcción, impulsado por el diputado Jesús Urióstegui, actual presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), en estrecha coordinación con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda, marca un punto de inflexión en uno de los episodios más polémicos en la historia reciente del Poder Legislativo estatal.
La historia de esta biblioteca se convirtió en símbolo del desaseo administrativo y de decisiones unilaterales que marcaron la presidencia de la Jucopo en manos de Alfredo Sánchez Esquivel, quien en 2021 promovió y gestionó la demolición total del edificio.
Lo hizo, además, sin estudios técnicos que avalaran que el inmueble presentaba daños estructurales graves, como lo afirmó públicamente el secretario de Protección Civil, Roberto Arroyo Matus.
De hecho, este último entregó dictámenes técnicos que indicaban que la biblioteca solo requería rehabilitación, no demolición.
Lo más grave fue que la demolición se realizó durante el periodo vacacional de diciembre de 2021, sin licitación pública, sin banderazo de inicio de obra y con recursos que luego fueron reorientados mediante oficio por el propio Sánchez Esquivel.
De hecho, se trató de una destrucción sin consenso, sin transparencia y sin sustento técnico. Para agosto de 2022, solo los cimientos habían sido colocados, y desde entonces la obra quedó en el limbo, con observaciones de la Auditoría Superior del Estado por irregularidades en el ejercicio de los recursos.
Fue hasta la llegada de la diputada Yoloczin Domínguez Serna a la presidencia de la Jucopo cuando salieron a la luz muchas de estas anomalías.
Ella recibió los dictámenes técnicos que desmentían la supuesta urgencia estructural y, con ello, se confirmó que la demolición de la vieja biblioteca fue un acto apresurado, costoso y, posiblemente, innecesario.
Hoy, el contexto es distinto. Con voluntad política y coordinación institucional, el diputado Jesús Urióstegui ha logrado recuperar el rumbo del proyecto.
El anuncio del reinicio de la obra, hecho público a través de sus redes sociales este 4 de septiembre, refleja no solo un compromiso con la educación y la cultura, sino también con la rendición de cuentas y el rescate de la confianza ciudadana.
La gobernadora Evelyn Salgado ha sido pieza clave en esta nueva etapa. Su respaldo al proyecto y la disposición de su administración para liberar los recursos necesarios permiten vislumbrar que, esta vez, la Biblioteca del Congreso será una realidad.
La reconstrucción de la Biblioteca Siervo de la Nación será ejemplo de lo que hoy vive Guerrero: una tierra que intenta superar las decisiones erróneas del pasado y apostar por una transformación basada en la responsabilidad, el diálogo y la visión de largo plazo.
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