LECTURA POLÍTICA
Lealtades rotas detrás de Jacinto
Noé Mondragón Norato
Las lealtades en política deben correr indistintamente por un mismo río. Son lanchas que al surcar esas aguas desembocan necesariamente, en los acuerdos y las semejanzas en la persecución de objetivos. En compartir éxitos y riesgos bañados por la incertidumbre de lo inesperado. En ir a bordo de ese mismo bote sorteando todos los obstáculos, pese a los riscos y “rápidos” que amenazan con hundirlo continuamente. Pero cuando esa barcaza no es atendida por todos formando equipo y cada cual se niega a realizar su tarea, el colapso aparece como amenaza inminente. Como la certeza ineludible del caos. Y eso es justo lo que está pasando en el Morena-Guerrero. Se lee así.
REBELIONES INTERNAS. – En los últimos meses, el Morena en Guerrero ha pasado de la unidad, a los avisos ciertos y claros de una ruptura de grandes dimensiones que podría estallar con mayor fuerza en la elección de gobernador de 2027. La coyuntura así lo está dictando. 1.- El hasta ayer domingo, dirigente estatal del Morena, Jacinto González Varona, fue destituido como tal en cónclave de los consejeros de ese partido. Y a pesar de que acusó de “ignorantes en materia jurídica” a los consejeros que operaron su salida forzada de dicha dirigencia, en el fondo sabe que le aplicaron puntual, el proyecto de reforma a los estatutos internos de ese partido aprobados apenas el pasado domingo 4 de mayo por la dirigencia nacional morenista.
Jacinto fue de los personajes que celebró lo relacionado con el freno al nepotismo. Pero nunca se imaginó que la “austeridad republicana” −también contemplada en esa ordenanza presidencial−, lo alcanzaría primero. Desde luego, cometió muchos errores propios de su escasa formación política: no renunció a los autos blindados ni a la ostentosa parafernalia que lo protegía integrada por elementos de la Guardia Nacional. Tampoco a su iniciativa por realizar precampaña anticipada por la candidatura al gobierno estatal. Y desde esa dirigencia morenista comenzó a tender alianzas abiertas primero, con los cuadros aguirristas que anunciaron su afiliación al Morena y a quienes gustoso, les abrió la puerta; luego con la alcaldesa de Acapulco, la muy cuestionada por su probada ineficacia en la gobernanza y cuentas públicas no aclaradas, Abelina López Rodríguez; y finalmente, con la aspirante a control remoto a la candidatura a gobernador, Estela Damián Peralta, quien hasta el momento no ha pisado suelo suriano para dejarse ver por sus despistados y acelerados fans. Jacinto no calculó bien el terreno político que pisaba, pues nunca entendió también, que era “juez y parte” en los escenarios de la definición de la candidatura a gobernador por su partido. Lo demás ha sido de mero trámite. Consecuencia innegable de los errores cometidos y nunca enmendados a tiempo. 2.- En el Congreso local, la diputada Diana Bernabé Vega −suplente de Jacinto en la diputación plurinominal− comenzó a mostrar señales de rebeldía. En la sesión del pasado jueves 13 de marzo de 2025, se abstuvo de aprobar la reforma al Poder Judicial alegando “estar en contra de mantener los haberes de retiro para los jueces y magistrados salientes”. Propuso una reserva de artículo para eliminar esa prestación. Diana olvidó que es integrante de una bancada legislativa mayoritaria en el recinto legislativo guerrerense. Y que esa disposición venía siendo avalada desde el centro del país. Es decir, por todo el Morena y por la propia presidenta Claudia Sheinbaum. No evaluó que arrastra, además, con un pasivo adicional que pesa demasiado: la curul que desempeña no cuenta con la legitimación del voto popular pues en la legislatura pasada compitió y ganó en el distrito uno. Y en la pasada elección de junio de 2024 quería reelegirse compitiendo ahora por el distrito dos. Una impugnación ante las autoridades electorales por parte de la militante guinda Silvia Alemán Mundo frenó sus ambiciones. Y entonces Diana se anotó como suplente de Jacinto González en la diputación plurinominal. Hoy, el exdirigente estatal del Morena se verá obligado a retornar a la curul local, dejando fuera de la misma a su cuadro político, Diana Bernabé Vega, la misma que quiso mostrarse rebelde ante la presidenta Claudia Sheinbaum al no aprobar la reforma al Poder Judicial. Pero son costos políticos innecesarios pagados puntualmente por neófitos de la política.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Dos eventos no pueden soslayarse en la reciente coyuntura de poder: la reunión en la Ciudad de México de los exgobernadores priistas, Rubén Figueroa Alcocer, Ángel Aguirre Rivero y Héctor Astudillo Flores, dos días después de la captura de la ex magistrada del Tribunal Superior de Justicia, Lambertina Galeana Marín, derivada de los viejos lodos del caso Ayotzinapa. Y la intervención el pasado sábado del propio Astudillo en una reunión del partido Movimiento Ciudadano (MC) señalando tajante que “a quienes se les encuentre responsabilidad se les aplique la ley”. ¿Será acaso que el propio Astudillo ya puso “sus barbas a remojar” ante los lastres de sus cuentas públicas millonarias no aclaradas? Porque la política es absoluta y completamente imprevisible.
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