Relató que como investigador marino antes de Otis se percataron que las aguas del mar estaban calientes e hicieron el alertamiento porque ello da lugar a la formación de ciclones tropicales.
Marcial Campuzano
24/06/2025
Chilpancingo, Gro.
Por el calentamiento de las aguas marinas los huracanes serán más intensos, más frecuentes y más lentos en el Océano Pacífico frente a las costas mexicanas que los hacen sumamente peligrosos, alertó el biólogo Marino, Juan Manuel Barnard, quien con otros especialistas en el tema realiza investigaciones vinculadas a la temperatura del agua del mar, y el comportamiento de especies marinas incluidas los corales que resultaron severamente afectados por el aumento de la temperatura.
Resultados de estudios de campo indican que a nivel global hay un desbalance en lo que se conoce como cambio climático, “que siempre ha existido”, que inició hace unos 150 años y fue provocado por la mano del hombre por el uso desmedido de combustibles fósiles que generan una capa que hace el efecto invernadero que hace que se caliente más el planeta”, explicó. Aclaró que el mar es un regulador del clima.
Un investigador dio a conocer que, en los últimos 50 años el 90 por ciento de la radiación solar fue absorbida por los océanos, lo cual derivo a tener agua marina más caliente que ayuda al fortalecimiento de ciclones de intensificación rápida, dijo.
Recordó que el huracán Otis pasó muy rápidamente de categoría 1 a categoría 5. Es decir, en un lapso de 12 horas pasó de tormenta tropical a huracán categoría 5, lo cual antes no se veía.
Relató que como investigador marino antes de Otis se percataron que las aguas del mar estaban calientes e hicieron el alertamiento porque ello da lugar a la formación de ciclones tropicales.
Informó que el conteo calórico está homogéneo hasta 30 metros de profundidad, “antes cuando uno se metía al mar, el agua en los pies se sentía más fresca, ahora eso ya no ocurre, se siente la misma temperatura”.
Recordó que cuando se formó el huracán Otis había en el mar temperaturas de hasta 32 grados a 30 metros de profundidad, cuando lo normal era de 28 o 29 grados en el verano.
Señaló que el año pasado antes de que se formara el huracán John, había en las aguas marinas frente al litoral de Guerrero las mismas condiciones que propiciaron la formación del huracán Otis.
Informó que se han dado a la tarea de colocar sensores marinos para medir la temperatura del agua, y lamentó que, pese a haber tocado puertas de instancias de gobierno no recibieron ningún tipo de apoyo, y determinaron que ya no más tocarán puertas “porque no ayudan”.
Como parte de la investigación, dijo, colocarán sensores en Puerto Escondido, Oaxaca, que es una zona donde el agua de mar de más caliente, con la idea de hacer lo mismo en Zihuatanejo para tener una red de sensores a nivel estado.
Alertó que la pandemia del covid-19, no será nada con el gran problema que se avecina por el calentamiento global. La única forma de parar lo que viene es dejar de usar combustibles fósiles, frenar la deforestación y la sobrepesca, y combatir la contaminación de los océanos, toda vez que el 80 por ciento de las aguas residuales del mundo llegan al mar sin ser tratadas, no obstante que el mar es el motor del planeta.
Aparte de que los huracanes serán más intensos y más frecuentes, tendrán una velocidad de desplazamiento más lento, lo cual es sumamente peligroso porque ocasionan más daños, esto independientemente de la fuerza de los vientos que tenga el fenómeno. Recordó que apenas pasó el huracán Erick y ya se está formando otro ciclón frente a las costas mexicanas en el Océano Pacífico.
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