LECTURA POLÍTICA
El eventual retorno del pasado
Noé Mondragón Norato
Hay una agenda política que mete prurito. Y se asocia con la forma en que los grupos políticos externos al Morena se involucren decisivamente en la sucesión gubernamental de 2027. Ahí hay dos lecturas inmediatas: la presidenta Claudia Sheinbaum cerrará por anticipado esa puerta. O la dejará abierta deliberadamente para que pasen. Con muy pocos o hasta nulos obstáculos. Porque es real que todos ellos no solamente se formaron por anticipado en la fila, sino que ya están tocando esa puerta para hacerse oír. Lo anterior con base en una lógica de poder: los políticos pueden soportar un sexenio fuera de la nómina gubernamental. Pero dos son ya insoportables. Es cuestión de pulsar la coyuntura.
RETORNO O RECHAZO. – La presidenta nacional del Morena, Luisa María Alcalde, presumió recientemente que su partido tiene una preferencia electoral del 50 por ciento en Guerrero. Pero los actores del poder envían sus propias señales. Se lee así: 1.- La subsecretaria de Seguridad Pública federal, Estela Damián Peralta ya levantó la mano para anotarse como candidata morenista. Nada más que hay un detalle: su movilidad política se asocia con la de los grupos políticos de los ex gobernadores Rubén Figueroa y Ángel Aguirre. Y la prueba más tangible es que su operador principal en Guerrero, es el ex dirigente estatal del PRI de pertenencia figueroísta, Cuauhtémoc Salgado Romero, quien arma reuniones y cónclaves desde Cuernavaca. Además, quien ha guiado la carrera política de Estela es su tío, el empresario Pioquinto Damián Huato, un personaje polémico que ha sido arropado por el grupo Figueroa desde que llegó como diputado local plurinominal por el PRI en la 53 legislatura local (1990-1993). Y Alfonso Damián Peralta ─hermano de Estela─, fue titular de la entonces auditoría general del estado (AGE) en el trienio de Ángel Aguirre. Y siguió durante todo el sexenio de Héctor Astudillo. Es decir, la actual subsecretaria de Seguridad Pública tiene el apoyo soterrado de ambos grupos políticos. Quizá por esa razón, la presidenta Claudia Sheinbaum no le permite abandonar su centro de trabajo en el norte del país para venir a Guerrero a realizar proselitismo abierto. Y así no crecerá en las encuestas. Con un detalle adicional: a diferencia de Ricardo Mejía Berdeja ─el anterior subsecretario de Seguridad federal con AMLO─, la presidenta no le cede a Estela, los reflectores mediáticos en las “Mañaneras”. 2.- Aparte de
Estela, el ex gobernador Aguirre maniobra con al menos tres personajes más: la senadora Beatriz Mojica, quien perteneció a la tribu perredista Los Chuchos de Nueva Izquierda y fue beneficiaria política de ese grupo y del propio aguirrismo, el ex candidato a gobernador por el PRI, Mario Moreno Arcos, quien se agazapa y espera los tiempos. Y el ex senador y pieza legítima aguirrista de origen, Sofío Ramírez Hernández. Este último ha tratado de sorprender y se declaró recientemente partidario del senador Toro, pero a condición de que, si dicho legislador federal no resulta favorecido con la candidatura a gobernador, él se anotará. Y pide ser considerado en las encuestas morenistas. Como si los del Morena estuvieran esperando a que se decidiera en ese sentido. Como si fuera imprescindible en esas filas partidistas. El silencio prolongado del senador Toro ha sido la respuesta al tamaño de ese disparate y anhelo desproporcionado. Sin embargo y para efectos de retornar al poder como antaño, Sofío no quita el dedo del renglón. 3.- Durante su visita a Guerrero el pasado 24 de agosto, la presidenta Claudia Sheinbaum rechazó un obsequió enviado justamente, por el ex gobernador Ángel Aguirre. “No recibo regalos de ellos”. “A Aguirre ni lo conozco ni tengo ganas de conocerlo”, fueron las respuestas de la mandataria federal. Algunos agoreros del aguirrismo lo tomaron como una franca descortesía política. Pero lo cierto es que el mensaje aparece nítido. Y es la raya del plumón marcando distancias muy visibles. Pero, ¿será real el alejamiento político entre ambos? ¿O es solamente un juego de espejos para alejar suspicacias y operar al final, una maniobra de poder que permita entender el retorno de esos grupos del pasado al gobierno estatal? En los próximos siete meses se despejarán esas interrogantes.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Cuando parecía que se aportaría algo novedoso, ninguna información relevante se desprendió de la reunión de este jueves 4 de septiembre, entre los padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y la presidenta Claudia Sheinbaum. Todo quedó en la incertidumbre y la expectación. Sin embargo, se programó una nueva reunión para inicios del mes de noviembre. Dentro de las pláticas se consideró que el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) retome la investigación del caso. De ser así, las variables sobre los puntos clave de dicho suceso siniestro ocurrido hace once años, podrían abrir nuevas esperanzas para los padres de los 43. El punto negativo es que, durante los festejos por dicho aniversario el próximo 26 y 27 de septiembre, los normalistas vuelvan a radicalizar sus acciones. Y vandalicen los edificios públicos. Esa amenaza está latente.
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