LECTURA POLÍTICA
Expulsiones: purgas partidistas
Noé Mondragón Norato
Las expulsiones partidistas se pusieron de moda. Porque los rejuegos del poder las determinan. Y desde esa óptica debe observárseles. Desde luego, hay algunas que pesan más que otras. Pero en la balanza de los equilibrios del poder, terminan incentivando nuevas alianzas. Amarres que obligan a la radicalización de las disputas por los territorios electorales. Confrontaciones inevitables que se miden con triunfos y derrotas. En Guerrero, ese camino se está pavimentando. El pulso lo dice todo.
LAS ALIANZAS QUE VIENEN. – Las purgas partidistas se asocian por lo general, con errores políticos cometidos. Pero eso no determina el aquietamiento de los actores. Hay puntos en concreto: 1.- A la alcaldesa de Chilpancingo, Norma Otilia Hernández Martínez, el Morena la acaba de expulsar de sus filas. Subyace como argumento central, la reunión que sostuvo con un presunto líder delictivo. Pero lo que aparece de fondo es la derrota en la capital y la consecuente entrega a la alianza PRI-PRD-PAN. Norma nunca compatibilizó con el candidato del Morena, el ex priista y experredista redimido, Jorge Salgado Parra. Tampoco con el polémico dirigente estatal del Morena, Jacinto González Varona. En realidad, en el partido guinda buscaban una coartada legal para expulsarla de ese partido. Fue ese, el cobró político que le asignaron por la derrota del Morena en Chilpancingo.
2.- A pesar de que la alcaldesa asume que hará su defensa por medios legales, la decisión ya está tomada. Y no hay retorno. El punto es que, durante su tercer informe de gobierno municipal, se le vio acompañada de una variopinta gama de actores. Desde el controversial empresario Pedro Segura −quien acaba de ser amenazado a través de una manta dejada en su hotel de Tepecoacuilco−, hasta los descobijados ex alcalde de Acapulco y exaspirante al senado, Alberto López Rosas y Mario Moreno Arcos respectivamente. La acompañó también el diputado local Alfredo Sánchez Esquivel, otro personaje que fue expulsado del Morena en julio de 2023. Y hasta el exedil priista de la capital Marco Leyva. Pero no asistió Jacinto González. Ni el gobierno estatal envió representante. Eran de hecho, malas señales. Con todo, Norma Otilia podría estar en la senda de formar una alianza política con todos esos personajes. Y confluir incluso, con los grupos de los exgobernadores Ángel Aguirre y Héctor Astudillo. El punto es que las rebanadas del pastel no alcanzan para tanto personaje cuestionado del pasado reciente. En algunos casos, con objetivos de poder disímbolos. ¿Cómo encajaría Pedro Segura en el esquema de poder de Aguirre, Astudillo y eventualmente, hasta del senador tricolor Manuel Añorve? ¿Habrá forma de conciliar dos formas atípicas y hasta diametralmente opuestas de entender y practicar la política? 3.- A la alcaldesa de Acapulco, la también morenista Abelina López Rodríguez, el agua le está llegando al cuello. No sólo por el asunto de la violencia que refrenda su incapacidad constante para gobernar, sino porque comienza a brotar el lodo en el aspecto financiero. Así, el pasado 30 de agosto circuló en redes sociales que la Auditoría Superior del Estado (ASE) había detectado irregularidades financieras de la alcaldesa por más de 520 millones de pesos. Ni la propia edil ni la ASE salieron a desmentir la especie. Pudo tratarse de un buscapiés con el fin de acalambrarla. Pero es evidente que el millonario recurso manejado por esa alcaldía, tendrá una constante revisión por parte de dicho órgano fiscalizador. En el peor de los casos, no es descartable que sea llamada a declarar o incluso, ser sometida a juicio político en el Congreso local derivado justamente, del oscuro manejo de los dineros, pues acumulará dos periodos consecutivos manejando ese cuantioso presupuesto. Y como ya se “destapó” como aspirante del Morena al gobierno estatal para la elección de 2027, es evidente que se convierte en un adversario no de peso político, pero sí financiero. La sombra de su eventual expulsión del Morena sustentado en lo anterior es una posibilidad real. Porque sin un padrino político operante −Marcelo Ebrard estará literalmente “congelado” en la Secretaría de Economía− y descubierto él mismo como aspirante presidencial para la elección de 2030, es claro que toda la caballada morenista con más poder, lo neutralizará. Y en ese carril, Abelina no está viendo la película completa. Porque las expulsiones partidistas son las purgas necesarias de los grupos de poder.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Paradojas de la política: en el pasado, AMLO fustigó con la dureza propia de los adversarios políticos al exgobernador veracruzano Miguel Ángel Yunes Linares, −señalado por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y fiscalía general de la República (FGR) por corrupción, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero− sin que al final nada ocurriera. Hoy, el senador panista Miguel Ángel Yunes Márquez, hijo de ese polémico ex priista y panista exmandatario, está convertido en el fiel de la balanza en la aprobación de la Reforma Judicial. El Morena de AMLO lo estaría reclutando en sus filas. Y de esta forma, asegura la mayoría calificada que se requiere para aprobarla. Los “malos” y los “buenos” del pasado cruzan espinosos caminos. Y se reconcilian por los intereses que los mueven.
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