Zona Cero
Evelyn Salgado, poder con respeto y compromiso ciudadano
Roberto Santos
En México vivimos un momento donde la soberbia se disfraza de liderazgo y el poder se ejerce como herramienta de egos lastimados.
Eso contrasta con aquellos que hacen de la política un verdadero ejercicio de servicio público.
La gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado Pineda, se ha posicionado en el quinto lugar nacional en aprobación ciudadana, de acuerdo con la encuesta de junio de Demoscopia Digital, con un 65 por ciento de respaldo.
Este puede ser reflejo de cómo se valora a quien gobierna dando resultados.
El avance en la reconstrucción de Acapulco tras los devastadores huracanes Otis y John, el impulso a obras y acciones en diversas regiones del estado, así como el fortalecimiento de leyes en contra de la violencia hacia mujeres y niñas, han sido acciones concretas del gobierno del estado.
Sin embargo, hay que mencionar que lo que también distingue a Evelyn Salgado es su talante político.
Y eso debe ser cuando en el país el insulto ha sustituido al argumento y la descalificación al debate.
Ante esto, la gobernadora ha optado por el respeto.
Ha sido promotora de la unidad, antes que caer en provocaciones o polarizaciones.
En lugar de atacar a la oposición o dividir a la sociedad, ha mostrado un liderazgo prudente, abierto y respetuoso, tanto hacia otros actores políticos como hacia los medios de comunicación.
Este comportamiento contrasta con otros casos preocupantes en la escena nacional, donde representantes que, amparados en el poder, han decidido censurar, intimidar o simplemente callar las voces críticas.
Desde disculpas forzadas a ciudadanas que se atrevieron a opinar, hasta amenazas abiertas contra periodistas, pasando por demandas absurdas y el intento de silenciar medios.
Es decir, se está utilizando el poder como garrote, no como mandato democrático.
Es evidente que algunos políticos han confundido el cargo con un trono, creyendo que desde ahí se gobierna con ira, no con razón.
Han permitido que sus maltrechos egos afloren en su forma de hacer política, y que la intolerancia sea una de sus herramientas cotidianas.
La historia, no deberían olvidar, tiende a ser implacable con quienes abusan del poder. Porque el electorado no es ciego, ni el fuero es eterno.
Los políticos que permanecerán en la escena electoral serán aquellos que entiendan que la autoridad no es para atropellar, sino para servir.
Aquellos que, como Evelyn Salgado, han hecho del respeto a las libertades, a la crítica, a la diversidad de pensamiento, una guía de su ejercicio público.
Frente a la peligrosa normalización del abuso de poder, la gobernadora de Guerrero representa un ejemplo de sensatez.
Una muestra de que se puede gobernar con equilibrio. Y que el respeto —tan menospreciado por algunos— sigue siendo un valor fundamental en la política.
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