LECTURA POLÍTICA
El beso de Judas
Noé Mondragón Norato
En su célebre obra “Carta al padre”, el legendario escritor judío-alemán Franz Kafka, establecía dos maneras de luchar. “Por un lado la lucha caballeresca en la que se miden las fuerzas de dos rivales independientes: cada uno se vale solo de sí mismo, gana por sí mismo, pierde para sí mismo. Y luego está la lucha del insecto que, al mismo tiempo que pica chupa la sangre para alimentarse. Esa es la táctica del mercenario”. La analogía aplica para muchos políticos de coyuntura. Montados en la ola del oportunismo con el único propósito de no perder sus privilegios del pasado. Se lee así.
ENVIADO INCÓMODO. – Como Valeriano, el histórico emperador romano que se rindió ante los persas y luego fue humillado hasta la ignominia, sirviendo de taburete al rey Sapor I para que montara en su caballo, así ocurrió recientemente con el ex senador aguirrista, ex priista y experredista Sofío Ramírez Hernández, en su desatinado acercamiento con el senador Toro en la guarida de este último llamada “Perritos Felices”. La evidencia brota: 1.- La semana pasada y en una maniobra desconcertante, Sofío acudió a visitar al senador Toro. Se tomó fotos con él. Hubo abrazos fingidos, de esos que les encanta aplicar a los políticos. Quiso mandar una señal de rendición política adelantada: apoyaría al senador Toro para el proyecto por el gobierno estatal en la elección de 2027 pues su puntaje en las encuestas se mantiene y sube. El mensaje sin serlo, parecía obvio: el grupo aguirrista se sometía a la negociación con el senador Toro. Haría lo humanamente posible porque ganara y se quedara con la candidatura a gobernador.
El gesto de rendición de Sofío contrastó con los monosílabos, el rostro duro y por momentos indiferente mostrado por el senador Toro cuando ambos aparecieron en algunas fotografías. Como el emperador Valeriano con los persas, el ex senador aguirrista ingirió la bebida agria y amarga de la humillación. 2.- Tras dicho encuentro, Sofío concedió algunas entrevistas. En ellas cambió y matizó el tono de su discurso. Dijo que apoyaría al senador Toro “si las cosas se le daban y si no, él mismo se anotaría como aspirante a gobernador, pues ya se había registrado como militante del Morena”. Como si eso bastara para redimirlo de todo su oscuro pasado. Como si fuera dueño de un plus político-electoral atractivo y altamente rentable. Como si su último desempeño como senador no hubiese atravesado por la infamante aprobación del Pacto por México en diciembre del 2012, del ex presidente priista Enrique Peña Nieto, que tanto daño causó a los niveles de vida de los mexicanos. Y que Sofío aprobó sin miramientos y con su voto perredista de entonces en la cámara de senadores. ¿Cómo podría entonces encontrar la aceptación ciudadana en su desbocada e inútil ambición de poder? Desde el 2015 el exsenador volvió a su antiguo y verdadero redil del PRI. Su ayuno de poder es prolongado. Por eso y como los insectos percibidos por Kafka en sus luchas, “pica y chupa la sangre para alimentarse” reproduciendo la táctica del mercenario. 3.- El grupo aguirrista ya se metió al partido Morena. Y tiene al menos cuatro nombres con los que jugaría la sucesión gubernamental del 2027: el exaspirante a gobernador por el PRI, Mario Moreno Arcos; la subsecretaria de Seguridad federal, Estela Damián Peralta; la senadora Beatriz Mojica Morga ─a quien en 2014 el propio Ángel Aguirre entusiasmó con la idea de que sería ella quien lo sustituiría en el gobierno estatal por el caso Ayotzinapa─, y el propio Sofío Ramírez quien aparece como un miembro “emergente” de ese grupo. Pero la idea es simple: el ex gobernador priista-perredista presionaría a la presidenta Claudia Sheinbaum con cualquiera de ellos para encumbrarlo como candidato. Y la lucha soterrada con el senador Toro se volvió tensa. Se midió con el silencio mediático e indiferente de este último personaje a toda la perorata discursiva de Sofío. Así, Aguirre y sus aliados tomaron con firmeza, la senda de operar desde ya, el desplazamiento de las verdaderas bases fundacionales del Morena. Así como lo hicieron con el PRD. Con la aquiescencia no solo de la dirigente nacional del partido guinda, Luisa María Alcalde, sino de la propia presidenta del país. Sofío se encargó de aplicar el beso de Judas.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Con la revocación del Trife a la sentencia del Tribunal Electoral del Estado (TEE) que sancionaba por “violencia política en razón de género” a una página y a un comunicador de la región Montaña, se da un respiro a la libertad de expresión, de crítica y de pensamiento. Y las sentencias por violencia en ese sentido tendrían que replantearse en el futuro por parte de los propios integrantes del TEE. Porque ninguna figura pública ─hombre o mujer─ está exento de la crítica en función de que administran y viven de los presupuestos públicos. En consecuencia, su actuar se encuentra en constante revisión por parte de los medios masivos de comunicación y las redes sociales. Y si no quieren que así sea, entonces están obligados a renunciar a sus cargos. Para que nadie los moleste.
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